Por Ricardo J. Delpiano
Foto: Juan Carlos Guerra / FlyAPM |
Los aviones serán incorporados en régimen de arriendo a AerCap y actualmente están operados por China Southern. El acuerdo es por siete años comenzando a partir de 2016. Los equipos a recibir poseen una antigüedad de 6 a 12 años, equipadas con motores IAE V2500 los mismos que equipan la familia A320 que United opera. Antes de ser entregados a su nuevo operador, cada uno de los aviones será sometido a un completo mantenimiento y retrofit de sus cabinas – que incluye la instalación de internet Wi Fi, por ejemplo-, con el fin de homologarlos al resto de la flota de United.
Estos 25 A319 serán utilizados para compensar la desprogramación de 130 aviones regionales de 50 asientos a partir de este año. Algunos también se utilizarán en vuelos internacionales hacia Latinoamérica, principalmente a aquellos destinos fronterizos en Canadá y México.
United tiene contemplado transferir gran parte de sus operaciones regionales a su operadas por la línea principal con el objetivo de reducir los costos por asiento (CASK) al privilegiar el uso de aviones de mayor capacidad y versatilidad, además de homologar su producto.
Los aviones regionales de 50 pasajeros son considerados menos eficientes por su alto CASK. Esto implica que un operador que utiliza este tipo de aeronaves posee menos oportunidades para cubrir los costos de la operación limitando la venta de estos asientos a sólo a clientes con una alta disposición a pagar. Ante la mayor competencia, las aerolíneas buscan incluir nuevos pasajeros al viaje en avión y la utilización de aviones con poca capacidad representa un inconveniente.
Por otro lado en los Estados Unidos, una parte importante de las operaciones de carácter regional son realizadas por terceros que utilizan la marca de la aerolínea que los contrata, por lo que el servicio integral y la operación misma que se ofrece, no siempre es similar al servicio que un pasajero paga afectando la percepción del cliente.
Como consecuencia, tanto United como otras de las grandes compañías aéreas de Estados Unidos están reduciendo su dependencia de sus divisiones regionales y están asumiendo parte de esa operación con sus propios aviones del módulo 100 a 150 asientos. Una oportunidad que permite generar beneficios al interior de cada compañía en función de conseguir menores costos y mayor versatilidad al momento de programar las operaciones.
La estrategia es similar a la implementada desde hace algunos años por Delta Air Lines cuando se hizo cargo de los Boeing 717 de AirTran luego de que esta última fuese adquirida por Southwest. Actualmente, los B717 de Delta operan en la compañía con base en Atlanta en varias rutas de menor densidad complementando en parte a la flota regional.
United busca mantener un estricto control de la capacidad a medida que genera una mayor eficiencia en la red doméstica e internacional. La incorporación de estos aviones no representará un crecimiento en la oferta ni afectará las proyecciones para el año 2015 y los siguientes.
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