martes, 1 de septiembre de 2015

Aeroflot adquiere Transaero: fusión como parte de un rescate para generar un desarrollo futuro de la aviación comercial en Rusia

Por Ricardo J. Delpiano

Transaero A321 (Airbus)
Foto: Airbus 
“En el interés de desarrollar la aviación comercial y crear uno de los más grandes grupos de aerolíneas en el mundo, la comisión aprueba la adquisición de JSC Transaero Airlines por Aeroflot Group”. Ese es el comunicado con el cual la mayor compañía privada de Rusia, indicaba la decisión de aceptar la propuesta de compra por parte de Aeroflot, su principal competidora.

Según la aerolínea la operación estaría respaldada por el Gobierno ruso y se enmarcaría como parte de un esfuerzo del país para rescatar a la segunda aerolínea de ese país de su delicada situación financiera. A través de la emblemática Aeroflot, Rusia busca generar un mecanismo para mantener estable su mercado aéreo y generar condiciones que permitan una viabilidad en el largo plazo de su aviación comercial.

Aeroflot adquirirá el 75% de las acciones de Transaero por un valor simbólico de un rublo. En los meses siguientes se procederá a la reestructuración de la empresa para luego integrarla a Aeroflot. Como resultado de esta operación, Aeroflot obtendrá un incremento importante en la participación de mercado en los vuelos domésticos e internacionales desde Rusia, viéndose ampliamente beneficiada en el segmento chárter y vacacional, principales mercados atendidos por Transaero en Europa, Medio Oriente, Asia y el Caribe.

A fecha de hoy, Aeroflot posee una flota de 161 aviones (familia Airbus A320, A330, Boeing B737-800, B777-300ER y Sukhoi SuperJet 100) mientras que Transaero dispone de 106 aparatos (A321, B737 de segunda y tercera generación, B747, B777 y Tupolev Tu204 y Tu214). Se desconoce por ahora cuáles serán los cambios que se darán a nivel de flota, aunque en la industria se estima que aviones más antiguos y menos eficientes de la compañía privada sean dados de baja en el corto plazo.

Transaero viene atravesando una delicada situación financiera por las sucesivas crisis económicas, la pérdida de poder adquisitivo de los viajeros rusos y la inestabilidad política en varios de mercados que atiende (como el Medio Oriente). En el primer semestre de 2015, la aerolínea registró pérdidas por US$ 128,5 millones. La situación se agravó también por la devaluación del rublo frente al dólar encareciendo los viajes y la capacidad de la compañía para adquirir servicios, repuestos y mantenimiento para su diversa flota (con algunos ejemplares con varios ciclos y de distinta procedencia).

Aeroflot por su parte, obtuvo en el mismo periodo pérdidas por US$ 60 millones y una situación más favorable como consecuencia del aumento de los ingresos, impulsados por la focalización del negocio en el mercado doméstico, impulso en la eficiencia en los procesos empresariales y la promoción de incentivos para mantener la fidelidad del cliente.

La aerolínea Transaero se convirtió en un símbolo de la aviación comercial rusa tras el término de la Guerra Fría y la caída de la Unión Soviética (U.R.S.S.). Fue una de las muchas compañías aéreas privadas y estatales que surgieron en Rusia y la Comunidad de Estados Independientes, pero la que obtuvo una mayor relevancia en el mercado junto con S7 Airlines. Transaero se especializó en atender vuelos chárter y regulares a destinos vacacionales, siendo ese rol su principal contribución a Aeroflot.

La fusión Aeroflot y Transaero mediante compra representa un nuevo reflejo de la consolidación de la industria aérea a nivel global. La operación permitirá a Aeroflot continuar fortaleciendo su negocio creando barreras para enfrentar las variaciones del mercado, los escenarios geopolíticos, además de una activa y creciente competencia desde tres frentes (Europa, Medio Oriente y Asia). 

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