Por Ricardo J. Delpiano
Como parte de su reestructuración ante el
nuevo escenario internacional para la industria aérea, Delta Air Lines resolvió
poner fin a su subsidiaria regional de Cincinnati, Comair, fijando para el
próximo 29 de septiembre como el último día de operaciones.
La decisión se tomó por el incremento en los
costos operaciones, especialmente producidos con un aumento del precio del
petróleo, y la necesidad de rentabilizar las operaciones de la compañía. Este
proceso contempla la reducción de la flota de aviones regionales –especialmente
aquellos de 50 asientos del tipo ERJ145/CRJ200- en todas las compañías que integran
la red Delta Connection, pasando de 350 equipos a tan sólo 125, según indica el
comunicado oficial de la compañía. A esto, se asocia también la eliminación de
HUBs como Memphis y Cincinnati para concentrar los servicios en las principales
ciudades como Atlanta o Nueva York.
Bombardier CRJ900NG de Comair, el avión con mayor capacidad de la compañía que cerrará en septiembre próximo. Foto: Comair / Delta Connection
Comair desempeñaba un rol importante para
Cincinnati y toda la economía del estado de Ohio. El fin de esta compañía
tendrá un impacto en forma directa en más de 1.000 personas las cuales quedarán
sin trabajo, impacto que según USA Today será significativo en las economías de
las familias de Ohio y del norte de Kentucky. De acuerdo a ese medio, 816
pilotos, 445 tripulantes de cabina y 225 mecánicos quedarán cesantes. La
Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas ha indicado que ante el escenario que se
presenta muchos de ellos deberán desplazarse hacia otras áreas del país o
cambiar de área.
Delta ha indicado oficialmente que el cese de
operaciones de Comair no representará un impacto significativo para los
servicios generales que la compañía ofrece, asegurando que posee la
flexibilidad para acomodar a los pasajeros que no podrán volar con esta
subsidiaria desde el 29 de septiembre próximo. Actualmente, la red de Comair
representa el 1% de la capacidad de la compañía.
El cierre de Comair y la venta progresiva que
están haciendo las aerolíneas de aviones de alrededor 50 asientos, marca un
cambio en la aviación comercial de hace algunos años, cuando el mercado se
llenó de este tipo de aviones para atender mercados de baja demanda y alimentar
las rutas principales.
A pesar del supuesto atractivo que estos
pequeños aviones para volar a pequeñas ciudades -principalmente por su baja
capacidad-, necesitan mercados con una alta demanda de tráfico dispuesta a
pagar precios altos para pagar el costo de operación, variación que impacta
cuando los mercados premium disminuyen. En ese sentido y ante la aparición de
aviones regionales de mayor capacidad y más eficientes, las aerolíneas están
optando por una aviación regional con equipos sobre los 70 asientos llegando
incluso hasta 130 plazas.
En el caso de Delta, la compañía ha
seleccionado aviones sobre 70 asientos para sus filiales Delta Connection
además de incorporar a 88 Boeing 717 a partir de 2013 como intermedio entre las
flotas regionales y el servicio de la línea principal.
Comair fue fundada en 1977 como compañía
independiente y fue adquirida por Delta en 2000 por casi US$ 2 mil millones.
Actualmente su red se enfoca en ciudades del centro-este de los Estados Unidos
y Canadá.
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