sábado, 9 de octubre de 2010

Continúa el reordenamiento del transporte aéreo

Por Ricardo J. Delpiano

Boeing 787 sunset (S.Blaise)
Foto: S.Blaise
Durante esta semana la aviación comercial mundial y regional fue testigo de importantes movimientos de las compañías aéreas, orientados a la unión de fuerzas a través de fusiones y a la conformación de nuevos bloques mucho más sólidos que permitan sortear con éxito las crisis futuras que afectan al transporte aéreo.

El primero de ellos tuvo lugar el pasado viernes 1 de octubre, cuando las aerolíneas United y Continental Airlines concretaron la fusión anunciada, luego que a fines de agosto el Gobierno de los Estados Unidos dio su aprobación para que la tercera y cuarta compañía de ese país unieran sus operaciones. Desde el pasado viernes ambas compañías inician una transición para unificar sus operaciones, plataformas y procesos en torno a United Continental Holding Inc, nuevo holding que operará bajo la marca United (callsign del mismo nombre) y utilizando la imagen de ex Continental Airlines, con una ligera variación modificación en los títulos de la compañía. Se espera que el 2012 la FAA conceda el nuevo certificado de operador único y si bien ambas compañías continuarán por ahora atendiendo a pasajeros de manera separada, la marca Continental desapareció oficialmente, dejando incluso de cotizar en la bolsa.


Por su parte y luego de años de conversaciones entre las partes además de una serie de negociaciones para luchar obtener la protección antimonopolios de Estados Unidos y la Unión Europa, American, British Airways e Iberia firmaron el día miércoles su alianza trasatlántica para la explotación conjunta entre las rutas del Atlántico Norte, sinergia que generará ingresos anuales de aproximadamente US$7.000 millones de dólares. Si bien por el momento una fusión completa es poco probable debido al proceso que viven por ahora British Airways e Iberia y a la legislación estadounidense, la nueva alianza trasatlántica permitirá que cada una de las compañías puedan explotar rutas en conjunto, generando importantes ahorros y posibilitando la apertura de nuevas rutas, que hasta antes era poco probable que fuesen operadas. En ese sentido ya en la misma ceremonia, se anunciaron los primeros servicios en conjunto: Madrid-Los Ángeles (operado por Iberia), Nueva York (JFK)-Budapest y Nueva York (JFK)-Helsinki (ambos operados por American) y Londres Heathrow- San Diego (operado por British Airways). La nueva estrategia junto con beneficiar a cada una de las compañías permitirá aportar a la alianza Oneworld nuevos mercados para sus pasajeros y clientes de carga, haciendo frente al creciente avance de Star Alliance y Sky Team.

En un ámbito más local, también el pasado miércoles Sudamérica fue testigo de la culminación de otro proceso de unión de compañías aéreas, con la incorporación completa de la colombiana a AeroRepública a Copa Airlines, pasándose a llamar Copa Airlines Colombia, adoptando la imagen y títulos de la aerolínea panameña. Con la integración de ambas aerolíneas, Copa Airlines amplía significativamente su red, especialmente en uno de los mercados más grandes de la región como es Colombia, además de reforzar su posición frente a la competencia (especialmente frente a Avianca-TACA y la LATAM Airlines S.A.).

Si bien los beneficios directos de la creación de estos nuevos conglomerados están un poco alejados de la realidad chilena, no son menos importantes, ya que nos muestran los nuevos escenarios bajo el cual se está reorganizando la industria de la aviación comercial y pueden determinar las futuras estrategias a seguir, tanto para estas aerolíneas como para las compañías nacionales, especialmente aquellas con proyección internacional.

Las fusiones de compañías aéreas permiten las compañías aéreas aprovechar de mejor manera sus recursos, optimizándolos para incrementar sus ingresos y para asegurar el crecimiento. En muchos de estos casos las fusiones poseen ciertos mercados que cuentan con un overlap de servicios, creando una capacidad adicional que deberá ser re direccionada, permitiendo así que se inicien nuevos servicios, como por ejemplo los ya anunciados en la alianza American-British-Iberia, o como los vuelos de Iberia a Córdoba o British Airways a Buenos Aires. Situación similar ocurrirá en la nueva United, aunque en el caso de América Latina será algo menor ya que toda la red de Continental en la región (la segunda más grande tras American Airlines) pasará a ser United. Sin embargo al igual que en e caso de British e Iberia, existirá mercados cuya capacidad deberá ser ajustada en función a los nuevos objetivos permitiendo que se inicien nuevos servicio hacia otros destinos.

Si consideramos esta hipótesis, es posible pensar en la posibilidad de un retorno de United a Santiago, considerando que hasta hace algunos años Continental esperaba contar con los nuevos B787 para reubicar sus B767-200ER y B767-400ER en otras rutas y atender segmentos que no estaban cubiertos o que fueron abandonados como el caso de Santiago. Sin embargo las opciones de un posible retorno de United deberá estar sujeto a lo que pase con la nueva LATAM y su decisión en que alianza quedarse y por otro lado cómo enfrentar a los otros dos gigantes que operan en el mercado Chile-Estados Unidos: American Airlines y Delta Air Lines, cuya rentabilidad de la ruta a Santiago son favorables dado al alto movimiento de gente y de carga perecedera sobretodo para Delta, donde la ausencia de competencia en la ruta a Atlanta favorece a la compañía para cobrar una tarifa alta, asegurando una buena rentabilidad.

Por último, el caso de la asociación en COPA permitirá que la aerolínea panameña entre con fuerza en Colombia, mercado en el cual LAN está entrando a través de AeroOasis. Si bien se trata de un actor que ya existe, la presencia de COPA reforzará toda la estructura operacional de la segunda aerolínea colombiana, aportando un centro de distribución complementario al potente y eficiente HUB de las Américas en Tocumen, estructura que ha permitido a la aerolínea panameña convertirse en uno de los cinco actores principales de la región.

Por el momento, cada uno de estos procesos de consolidación favorece a los pasajeros a contar con nuevas alternativas de viaje, a través de vuelos más directos y una simplificación de los procesos, facilitando las comunicaciones y el comercio, gracias a las nuevas oportunidades que se crean. Chile por el momento aguarda la decisión sobre lo que irá pasar con LATAM, tal como hemos visto anteriormente, aunque lentamente el mercado nacional comenzará a ser receptor de estos procesos, como ya comenzamos a ver con Avianca-TACA y su anunció de ofrecer vuelos a Antofagasta sin escalas, algo impensado hasta hace algunos años.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Y qué pasa con el mercado chileno? Vemos aerolíneas europeas y asiáticas abriendo destinos en Sudamérica, como AF en Lima, KL en Bs Aires, BA non-stop a Bs Aires, LH en Bogotá, AZ en Rio, IB en Córdoba, QR en Sao Paulo - Bs Aires, SQ en Sao Paulo, mientras en Chile sólo nos mantenemos con nuestra oferta non-stop hacia Europa/USA concentrada en LAN, AA, IB, AC, AF, DL.