Hoy de 18 de septiembre, nuestro país celebra con mucho orgullo su bicentenario, doscientos años de vida como nación libre, a través de los cuales hemos ido construyendo un camino que nos ha permitido crecer y por cual avanzamos con optimismo hacia el desarrollo.
Cien años atrás, los chilenos y chilenas eran testigos de las grandes celebraciones que el país realizaba para festejar su centenario. Chile en aquel entonces contaba con un poco más de tres millones de habitantes, de los cuales 325 mil vivían en Santiago. Nuestro país se encontraba viviendo la república parlamentaria y estaba sumido en una crisis económica producto de deudas fiscales, y por los gastos que se realizaban para reparar la infraestructura de parte del país luego del terremoto de 1910.
Por esos años, la aeronáutica mundial comenzaba a nacer y en Europa los países eran testigos de grandes proezas, que demostraban que la aviación podría llegar a ser el gran instrumento para el transporte y las comunicaciones del futuro. En 1910, y en medio de las celebraciones del Centenario, nuestro país concretó la realización del primer vuelo en Chile y con ello ingresamos a la era de la aviación.
En este especial año, Chile es uno de los pocos países que poseen la coincidencia de celebrar en una misma fecha hechos tan trascendentales, que marcan un antes y un después en nuestra historia, gracias a la visión y el esfuerzo de muchos hombres, muchos de ellos no todavía no reconocidos, pioneros que construyeron la aeronáutica nacional y que comprendieron el vuelo era “algo más” que surcar los cielos, sino un medio que nos permitiría avanzar hacia el futuro y por el cual muchos de ellos sacrificaron todo, incluso su propia vida.
A pesar de que la aeronáutica nacional sólo acompaña 100 años de vida de independiente, su contribución al país trasciende mucho más. El transporte aéreo nacional ha cambiado de manera radical nuestra economía, así como también la forma de cómo nos comunicamos y nos movemos por el país. Gracias a una política clara al servicio del país, pero concordante con los desafíos de que impone el sistema internacional y la propia industria, la aviación ha aportado al país una conectividad única, donde cada vuelo que se ha realizado ha contribuido a abrir nuevas oportunidades, integrando el territorio, moviendo la economía, contribuyendo con ello al desarrollo integral del país y de su gente, especialmente a aquellos más desfavorecidos gracias a los beneficios que el vuelo genera.
Chile celebra doscientos años de vida independiente, en un contexto político, económico, social, estable, donde el transporte aéreo ha sido un instrumento vital para el desarrollo de nuestros pueblos. Esta importante función no es fruto de la casualidad, sino que es parte de un trabajo continuo fundado en la visión de los forjadores de la aeronáutica nacional, y por el cual Chile es reconocido tanto por los miles usuarios que diariamente surcan nuestros cielos, así como por las más importantes organizaciones internacionales que rigen la aeronáutica mundial, las cuales señalan permanente a nuestro país como un ejemplo exitoso y un modelo a seguir,
En el Bicentenario de la República y en el Centenario de la aviación, la aeronáutica nacional se encuentra a la vanguardia mundial, donde los principios fundacionales del Comodoro Arturo Merino Benítez se encuentran más vivo que nunca. Una Fuerza Aérea Nacional, modernizada y preparada para defender desde el cielo nuestra soberanía y atender a las necesidades del país; una Autoridad Aérea que norma, fiscaliza en aras de la seguridad, cuyos servicios cubren la totalidad del espacio aéreo nacional y es capaz de estar a la vanguardia tecnológica y de los desafíos que la industria genera; una vasta red de aeropuertos y aeródromos a lo largo del país, que son motores de integración y desarrollo; compañías aéreas símbolo y orgullo nacional en los cielos internacionales, son capaces de innovar frente de los desafíos que el mundo impone y que gracias ello permiten que cada día más chilenos tengan la posibilidad de volar; y una política aeronáutica libre e igualitaria, acorde a las necesidades. Estas sólidas herramientas nos entregan los medios para enfrentar con optimismo y éxito el futuro del Chile del Tricentenario y de la aviación del bicentenario.
En estos doscientos años de vida independiente nuestro país ha pasado por distintos procesos políticos, económicos, sociales, culturales, a través de los cuales Chile se ha posicionado como un país sólido en todas sus áreas, que hacen posible que podamos participar en el mundo de hoy y del que estar por venir. Logros que por los cuales hoy chilenos y chilenas, nos regocijamos y saludamos a la Patria que nos guarda.
¡Viva Chile!
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