Por Ricardo J. Delpiano
Foto: Emirates |
“El mundo literalmente se ha puesto en cuarentena debido al brote de COVID-19. Esta es una situación de crisis sin precedentes en términos de alcance y de escala: geográficamente, así como desde un punto de vista sanitario, social y económico. Hasta enero de 2020, Emirates Group estaba bien con respecto a nuestros objetivos actuales para el año financiero, pero COVID-19 ha detenido todo eso en las últimas seis semanas de forma repentina y dolorosa”, expresa Su Alteza Sheikh Ahmed bin Saeed Al Maktoum, presidente y CEO de Emirates Group.
Emirates todavía se mantiene operativa. Los vuelos de pasajeros se paralizarán el 25 de marzo de manera temporal, aunque por ahora no existe certeza cuando se reiniciarán. Sólo continuarán operando las operaciones de carga, consideradas vitales para mantener la cadena de abastecimientos en todos los países y la entrega de suministros médicos, mediante la utilización de la flota Boeing 777F. Hasta ahora, la principal línea aérea de Dubái había informado una paralización parcial de sus operaciones hasta el 20 de mayo como máximo correspondiente a un tercio de su red. Muchos de sus vuelos son utilizados hasta ahora para ayudar a muchos viajeros a regresar a sus hogares en distintas partes del mundo.
“Como una aerolínea global, nos encontramos en una situación en la que no podemos operar de manera viable los servicios de pasajeros hasta que los países vuelvan a abrir sus fronteras y regrese la confianza en los viajes. Para el miércoles 25 de marzo, aunque todavía operaremos vuelos de carga que siguen ocupados, Emirates habrá suspendido temporalmente todas sus operaciones de pasajeros”, agrega Al Maktoum, en una decisión que sorprende al mundo.
Con las líneas aéreas reduciendo vuelos, ajustando a la baja la capacidad y una caída drástica de la demanda, las operaciones en tierra de dnata también paralizarán. Hasta la fecha, la compañía de handling y catering de Emirates Group con presencia en varios aeropuertos del mundo, ha tenido que enfrentar el cierre temporal de algunas oficinas.
Emirates también decreta una serie de medidas económicas para enfrentar la crisis y comenzar a reducir los costos. Entre las informadas están la demora o cancelación de gastos, congelación de nuevas contrataciones, nuevas negociaciones con proveedores para encontrar ahorros de costos y eficiencia, solicitar voluntariamente a empleados a tomar vacaciones pagas o sin goce de sueldo, ante la suspensión de vuelos, reducción de los salarios entre el 25% y 50%, a excepción de los presidentes de Emirates y dnata que no tendrán sueldos, todos por un periodo de tres meses. “A los empleados se les seguirá pagando sus asignaciones durante todo este tiempo. Los empleados de nivel junior estarán exentos de la reducción de salarios”, dicen desde la línea aérea.
La decisión de recortes de salarios se orienta para proteger a los trabajadores y evitar despidos en los próximos meses, además de garantizar la continuidad de la compañía. Emirates espera que cuando la situación más grave de la crisis finalice, la demanda de viajes volverá a aumentar obligando a aumentar la capacidad rápidamente y demandando fuerza laboral.
Desde Dubái destacan que están en una posición favorable para comenzar a enfrentar esta crisis. “Emirates Group tiene un sólido balance general y una liquidez sustancial en efectivo. Podemos y lo haremos, con una acción apropiada y oportuna, sobrevivir durante un período prolongado de vuelo reducidos, de modo que estemos adecuadamente preparados para el regreso a la normalidad”.
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