Por Ricardo J. Delpiano
Foto: Delta |
El cambio de aeronave está señalado en los itinerarios de la compañía e informados también a través del sitio Airline Route. A diferencia de su socia LATAM que incrementa frecuencias hacia Los Ángeles y Nueva York (JFK) a partir de abril, la reacción de Delta podría manifestarse con este segundo aumento de capacidad. Cabe recordar que recientemente, la línea aérea estadounidense ha realizado un ligero incremento en su oferta para la ruta Atlanta – Santiago con la colocación del B767-400ER en lugar de la versión -300ER de 211 pasajeros.
Los A330-300 de Delta están configurados para transportar hasta 293 pasajeros distribuidos en 40 asientos de Delta One (Business), 28 en Delta Comfort+ y 178 asientos en Economy. En comparación con los 246 asientos que tiene el B767-400ER utilizado en la ruta a vuelan a Santiago, serán 47 adicionales por cada vuelo lo que representa un crecimiento de 32% en ambos sentidos. Con esa operación, la compañía de Atlanta pasará ofrecer desde mediados de octubre 2020 un total de 4.102 asientos semanales, la mayor capacidad desde su ingreso al país.
El cambio de la aeronave coincide con los ajustes de temporada que habitualmente las líneas aéreas realizan tras el término de la temporada estival en el hemisferio Norte. Si bien puede ser ese uno de los factores que impulsa la colocación del A330-300 a Santiago, tal como se viene registrando con los cambios entre el B767-300ER y -400ER en periodos anteriores, el aumento de capacidad está también relacionado a las acciones naturales que las líneas aéreas realizan cuando establecen nuevas asociaciones que tienen por objetivo fortalecer sus operaciones y crear mecanismos para transportar una mayor capacidad.
Considerando el rápido establecimiento que Delta y LATAM quieren conseguir para su asociación y JBA, los ajustes al alza en capacidad se interpretan como un movimiento lógico y necesario para alimentar los flujos de pasajeros hacia los distintos hubs. LATAM ya tiene confirmados nuevas operaciones los hubs de Delta en Los Ángeles y Nueva York (JFK), por lo que el cambio de equipo en Delta sería la respuesta de esta compañía, ambas en una acción complementaria.
Anteriormente, Delta había anticipado que el A330-300 sería eventual material de vuelo en la ruta a Santiago. En 2016, cuando la alianza con LATAM no tenía ningún tipo de intenciones de existir, la compañía destaca el buen resultado de la operación a Santiago, pese a la desaceleración que en su momento mostraba la economía chilena. Como director de Delta para Sudamérica Hispana, Rodrigo Bértola, indica los altos factores de ocupación de la ruta y la proyección favorable para los años siguientes. “No descartamos el poder aumentar la capacidad con un cambio de avión a un Airbus A330 en el futuro”, dice en esa ocasión.
De las tres líneas aéreas estadounidenses que operan en Chile, Delta es la segunda compañía por pasajeros transportados con 115.829 pasajeros movilizados entre enero y noviembre, según muestran los últimos datos de la Junta Aeronáutica Civil (JAC), ubicándose por detrás de American Airlines (287.253 pasajeros) y delante de United (113.544 pasajeros). En noviembre, la compañía registra una caída 9,2 puntos porcentuales pese al incremento de capacidad, descenso que la está llevando cerrar con un crecimiento neutro en la ruta para 2019. En ese sentido, el aumento de capacidad proyectado a un año puede ser interpretado como una confianza en las ventajas y oportunidades que representar la alianza con LATAM.
Delta dispone actualmente de 11 A330-200, 31 A330-300 y cuatro A330-900 en servicio. Con pedidos totales por 35 A330-900 más los aviones que ya utiliza, la flota A330 es la encargada de renovar a los 56 B767-300ER que aún operan en la flota.
1 comentario:
Habría preferido un 330/900 de los nuevos, no obstante estos 330/300, mantienen la configuración de filas de dos junto a las ventanillas..al igual que los 767
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