Por Ricardo J. Delpiano
Foto: Ricardo J. Delpiano |
Calificado como el ejemplo máximo de la cooperación público-privada, la colocación de esta primera estructura marca el inicio de la mayor transformación visual, operativa y de servicios del principal aeropuerto de Chile, obra que debe también traducirse en una cooperación permanente y alineación de tiempos entre la industria de la aviación y el Estado.
“Es un momento muy especial. La colocación de la primera piedra, la presencia de toda la comunidad aeroportuaria, más las autoridades y los directores de Nuevo Pudahuel, refleja el trabajo grupal que debemos hacer en pos del progreso del aeropuerto más grande de Chile, de la interconectividad aérea y del país. Nuestras responsabilidades dejan huella a las generaciones del porvenir,” destaca las palabras Nicolás Claude, gerente general de Nuevo Pudahuel.
El ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, enfatiza que un nuevo terminal internacional es necesario “para cumplir con nuestro propósito principal que el aeropuerto de Santiago vuelva a ser el mejor aeropuerto de Sudamérica.” Desde la visión de su cartera, la obra que se ejecuta hace que el aeropuerto sea una forma de “creer en Chile y en la asociación público-privada como forma desarrollo del país.”
Ubicado en el sector central de terminales, donde antes estaban los estacionamientos “Custodia”, la estructura que comienza a levantarse tendrá el rol de gestionar el flujo internacional de pasajeros a través de cuatro espigones que albergarán a 56 nuevas posiciones de contacto (algunas dobles) en un área de 175.000 metros cuadrados (m2) distribuidos en cinco niveles, incluyendo un subterráneo. El hall de llegadas tendrá un espacio de 3.000 m2 mientras que la zona de salidas 7.880 m2 permitiendo espacios más amplios y la habilitación de nuevos espacios para el confort y el comercio. Para los pasajeros existirán 70 nuevos mostradores de autofacturación, 23 ascensores, 19 escaleras mecánicas y 67 veredas rodantes para facilitar el traslado de personas con movilidad reducida. Los estacionamientos de vehículos pasarán de 3.785 a 7.167 totales considerando dos edificios (5.800) de tres pisos cada uno además de los de superficie, como “Pehuén” ya inaugurado. Todas las inversiones elevarán la calidad de los servicios aeronáuticos y no aeronáuticos a los usuarios, por lo que se espera que la experiencia sea superior.
Como integrante de la sociedad Nuevo Pudahuel, Fernando Etchegaray, director de Operaciones de Groupe ADP, menciona que el futuro aeropuerto de Santiago será parte de la experiencia que caracteriza a los 24 aeropuertos que administra ADP en todo el mundo y que mueven a 240 millones pasajeros cada año. “Las obras que ven acá no son de más de 200.000 metros cuadrados, no son sólo 56 nuevos puentes de embarque, ni más espacios para el tránsito ni entretenimiento de los pasajeros. El cambio es algo profundo donde el magnífico aeropuerto que lleva el nombre del Comodoro Arturo Merino Benítez, brillará enalteciendo la cultura chilena y el modo de vida de esta hermosa tierra, donde los turistas que lleguen a este aeropuerto podrán percibir desde el primer momento lo que significa llegara estas magníficas tierras.”
Cuando las obras de modernización, mejoramiento y ampliación del aeropuerto de Santiago estén completas hacia el año 2020, se habrán intervenido un total de 294.000 m2 de superficie. Además de los mencionados 175.000 m2 que corresponden al terminal 2, el actual terminará pasará de 110.000 m2 a 119.000 m2 con un uso exclusivo para vuelos domésticos. El aeropuerto contará en todas sus áreas con tecnología de última generación como parte de un aeropuerto digital inteligente, lo que incluye internet wifi, nuevos equipos de escaneo, etiquetas RFID de identificación de equipajes a la llegada, fibras de banda ancha, circuito cerrado de televisión digital y control monitoreo (CCMS) de iluminación, electricidad y control acceso, entre otros.
Más allá de los desafíos actuales, la construcción del aeropuerto de Santiago marca un antes y un después en temas de infraestructura aeroportuaria desarrollada en el país y en el modelo de concesiones. La obra es la mayor que se realiza en aeropuertos en toda la historia de Chile y también es la mayor inversión en una concesión. También señala un punto de cambio en la relación con la comunidad, con un transporte aéreo más participativo, accesible y democrático para todos los chilenos, y con el advenimiento de nuevas tecnologías.
Consciente de esa inherente relación, Claudio Orrego, intendente de la Región Metropolitana puntualiza que el inicio de esta obra “es una gran noticia para Santiago.” En su posición, la alianza público-privada que se encabeza con Nuevo Pudahuel va más allá del Estado de Chile y sus autoridades regulatorias, sino que va con la ciudad de Santiago y sus 52 comunas. “Espero que la experiencia de Chile, de disfrutar nuestro partes parte y termine en el aeropuerto,” dice indicando la invitación extendida de la Intendencia para que el aeropuerto sea parte de la Corporación de Turismo de Santiago. “Mientras mejor le vaya al aeropuerto, mejor le va a ir a Santiago.”
Foto: Ricardo J. Delpiano |
El nuevo aeropuerto de Santiago, con su terminal 2 y modernización del actual terminal, permitirá atender a 30 millones de pasajeros por año, casi el doble de lo que hoy puede movilizar. Previendo la posibilidad de que esa cifra sea superada por el crecimiento del transporte aéreo, la actual concesión considera un gatillo de nuevas inversiones que se manifestarán en la construcción de nuevos espacios. De esta forma se busca evitar que situaciones de saturación como las que ocurren actualmente se repitan en un futuro cercano.
Para noviembre de 2018, Nuevo Pudahuel espera inaugurar los nuevos espigones C y D que hoy toman forma en el sector occidental del aeropuerto. Su habilitación permitirá acomodar nuevos puentes de embarque, descongestionar el edificio actual y habilitar espacios para que nuevas líneas aéreas arriben al país además de que los actuales (incluidas las LCC) puedan aumentar sus operaciones en función de la demanda.
1 comentario:
Ojalá que a la fecha en que se inaugure, no quede sobrepasado en capacidad.
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