martes, 10 de mayo de 2016

Delta Air Lines espera concretar en el tercer trimestre de 2016 la adquisición del 49% de Aeroméxico fortaleciendo su futuro joint venture

Por Ricardo J. Delpiano


Aeroméxico B787 y Delta B767-300ER tail en SCL (RD)
Foto: Ricardo J. Delpiano
En pleno proceso de recepción de las autorizaciones para permitir el establecimiento del joint venture entre Aeroméxico y Delta, Ed Bastian, CEO de esta última, ha destacado los avances que los Gobiernos de Estados Unidos y México están alcanzando en materia de liberalización aérea.

A juicio del máximo representante de la aerolínea estadounidense, una mayor apertura aérea permitirá generar nuevas oportunidades de negocios como una mayor conectividad para los pasajeros locales e internacionales, además de un mejor servicio.

“Me dio mucho gusto ver que el Senado mexicano estuvo de acuerdo con establecer un acuerdo bilateral de aviación entre los Estados Unidos y México la semana pasada, y espero que el Departamento de Transporte de los EE.UU. haga lo mismo en el transcurso de este año. Un acuerdo de aviación entre ambos países y nuestra habilidad de recibir inmunidad antimonopolio facilitará el poder operar hombro con hombro con Aeroméxico y trabajar verdaderamente en conjunto hacia el mercado”, señala Bastian, según cita el medio asociado EnelAire.

A fines de 2015, Delta inició un nuevo acercamiento con su socia Aeroméxico ofreciendo de adquirir un 32% con la posibilidad de aumentar dicha participación hasta un 49%. En las condiciones actuales, la compañía con base en Atlanta tiene el 4,1% de las acciones de grupo mexicano y tiene una opción de adquirir aproximadamente un 8,1% adicional. Por separado, el Fondo de Pensiones de Delta tiene una opción de adquirir aproximadamente el 4,6% de las acciones en circulación de Grupo Aeroméxico. Al completarse la oferta pública de compra acciones, Delta y su Fondo de Pensiones, en conjunto serían titulares y/o tendrían opciones de adquirir hasta un total de 49% de las acciones en circulación de Grupo Aeroméxico.

Según Bastian, Delta espera que se apruebe el nuevo acuerdo aéreo bilateral, se obtengan las respectivas inmunidades antimonopolio y el acuerdo de colaboración conjunta entre los Estados Unidos y México para concretar la adquisición de casi la mitad de la participación de Aeroméxico.

El incremento de capital y el joint venture es la máxima expresión de una exitosa alianza que Aeroméxico y Delta han cultivado desde 1994, cuando ambas compañías iniciaron su primer código compartido. El camino recorrido es un claro reflejo de la consolidación que está viviendo la aviación a nivel global, proceso que comenzó con los primeros acuerdos interlineales, siguió luego con los códigos compartidos, las alianzas bilaterales, las alianzas globales, hasta llegar a las fusiones y los joint ventures. Estos mecanismos están permitiendo que las aerolíneas crezcan de manera más fuerte frente a los recurrentes ciclos económicos y a las nuevas amenazas globales, al mismo tiempo que expanden oportunidades en materia de conectividad, negocios y desarrollo para las economías locales.

El término joint venture se refiere a la acción de juntarse entre dos o más empresas para realizar operaciones complementarias en sus negocios, crear uno nuevo o realizar distintas acciones comunes. En la aviación y en las líneas aéreas en particular, surge con el fin de cooperar a nivel de rutas, tarifas, operaciones u otras áreas –como mantenimiento- manteniendo la independencia de las firmas participantes. A diferencia de las fusiones, suelen caracterizarse como más flexibles, modificables y temporales, pudiendo ser incluso focalizados para un mercado específico pero sin comprometer el resto de su operación o disponer de más de una asociación de estas características para el o los mercado que una aerolínea quiera atender.

Aeroméxico y Delta comenzaron a mediados de los años ’90 a establecer sus primeros códigos compartidos, asociación que se fortaleció en el año 2000 cuando juntas contribuyeron a crear la alianza SkyTeam, una de las tres alianzas globales. En 2006, Delta estableció una base conjunta de mantenimiento (MRO) con su socia mexicana en Guadalajara, cooperación que se amplía en dicho negocio en 2012 con otra base en Querétaro (inaugurada en 2014). Ya dentro de un nuevo ámbito de cooperación, Delta adquiere en 2011 el 4,1% de las acciones del Grupo Aeroméxico, recibiendo este una inversión directa por US$ 65 millones.

En el primer trimestre de 2015, Aeroméxico y Delta presentaron sus intenciones de establecer un joint venture valorado en US$ 1,5 mil millones para competir de manera más eficiente en todas las rutas que operan entre los Estados Unidos y México. Mediante esta nueva alianza, las dos aerolíneas buscan ampliar la red de rutas y la conectividad con los principales centros de negocios, además de trabajar conjuntamente en optimizar sus operaciones en los aeropuertos, como por ejemplo en la ubicación y utilización de puerta embarque, uso de salones VIP, invertir en infraestructura, al mismo tiempo de colaborar en actividades comerciales y alinear tarifas.

Actualmente, las dos aerolíneas han aceptado las condiciones establecidas por la Comisión Federal de Competencia Económica de México y están a la espera de la autorización correspondiente por parte del Departamento de Transporte de los Estados Unidos (DOT).

Si bien el joint venture entre Aeroméxico y Delta está concentrado en un ámbito local (vuelos entre Estados Unidos y México) posee un alcance global, de la misma forma como lo tienen otras asociaciones similares que están ocurriendo en distintas partes del mundo (Chile, incluido con los joint venture LATAM – American Airlines y LATAM – IAG). El alcance global de los joint venture se puede determinar en términos de negocios como en la posibilidad que los viajeros accedan directa o indirectamente a los beneficios que generan como menores tarifas, más opciones de conexiones o en los respectivos programas de lealtad.

Dentro de su nueva estrategia como empresa, Delta planea en los próximos años elevar la cooperación en las líneas aéreas que mantiene participación. Esta estrategia incluye que acciones similares a las que desarrolla con Aeroméxico se puedan repetir en GOL en Brasil, China Eastern Airlines Corp. en China, y Virgin Atlantic, en el Reino Unido. Por el nivel que implica los acuerdos, Delta como otras aerolíneas embarcadas en los procesos de fusión y/o joint ventures necesitan una legislación adecuada que permita a la industria generar mecanismos para ampliar las oportunidades y los beneficios que genera para la comunidad.

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