domingo, 10 de abril de 2016

Enrique Cueto y la excesiva regulación de los cielos en América Latina: “Mata a las aerolíneas low cost”

Por Ricardo J. Delpiano

LATAM Enrique Cueto WOC2016 (RD)
Foto: Ricardo J. Delpiano
A pesar de que han registrado progresos, en los países de América Latina todavía persisten diferencias significativas entre unos y otros, especialmente de carácter político. La excesiva regulación en la región es el más claro ejemplo. Mientras que en Europa o Estados Unidos, existe un solo tipo de regulación en Latinoamérica existen más de 60, realidad triste que impide a la aviación desarrollar todo su potencial en beneficio de las economías y la sociedad de los países.

Para Enrique Cueto, CEO de LATAM Airlines, la excesiva regulación es un problema importante que limita el crecimiento de la aviación. Como ejemplo señala que mientras en Estados Unidos y Europa han homologado todas las regulaciones y los procesos, “acá no estamos de acuerdo ni en el peso de las maletas entre un país y otro”. Enfatiza que las decisiones siguen guiándose por criterios políticos a corto plazo. “Cada Gobierno hace lo mejor que le conviene por si le representa más votos, pero no hay ningún interés por solucionar los problemas. Pese a que hay avances, la industria aérea sigue siendo vista como una industria rica”.

Para el máximo ejecutivo de uno de los mayores grupos aeronáuticos de la región, la fuerte regulación existente impide el desarrollo de nuevos proyectos o nuevos modelos de negocios, principalmente en un ámbito panamericano similar a lo que ocurre en Europa por ejemplo. De acuerdo con su visión, uno de los rubros más afectados son las líneas aéreas de bajo costo (LCC, por sus siglas inglés).

Cueto indica que la situación regional actual es un impedimento para el surgimiento de las aerolíneas de bajo costo. Para contextualizar, menciona algunos ejemplos: la falta de ayudas, mayor apertura aérea entre los países, altos impuestos y los cobros adicionales al vuelo que encarecen el viaje aéreo. En este último caso, menciona el caso chileno que por más que una aerolínea disminuya 10% o 20% el valor de los pasajes, el usuario debe pagar un estacionamiento que ha triplicado su valor o que el viaje en taxi cuesta más que el pasaje.

“Cuando estás tan regulado es muy difícil a un compañía -como una low cost-, estar desregulada e impide ofrecer el ticket más barato por parte de quien ofrezca el servicio más simple. Lo que mata a las low cost son la regulaciones”, sentencia, agregando que “hay demasiados costos que son igual para todos”.

Otro caso señalado por el ejecutivo es que en algunos países el cobro de maletas está regulado y la legislación obliga poner ciertos servicios, que afectan a las compañías más chicas, afectando su estructura de ancillary (ingresos por servicios complementarios).

El modelo LCC más que competir con las aerolíneas tradicionales o las legacy orientan su estrategia a incorporar nuevos segmentos de la población al viaje en avión, principalmente aquellos con una mayor sensibilidad al precio o que antes utilizaban otros medios de transporte como el bus o el tren. Por lo anterior y el tipo de segmento que atienden necesitan una estructura de costos bajos para poder funcionar y traspasar todos esos beneficios a los usuarios, un desafío pendiente que en términos panamericanos no ha conseguido ser superado.

Si bien no es propia de este segmento, LATAM Airlines comenzó a través de LAN a incursionar en el segmento LCC con un cambio en el modelo de negocios en el mercado doméstico de Chile, cuya nueva estructura corporativa permitió disminuir significativamente los precios y con esto, sumar nuevos pasajeros al viaje en avión. Fue la primera revolución del transporte aéreo moderno en el país. Debido al éxito conseguido, LAN ha intentado replicar el modelo en otros mercados domésticos de la región pero con matices, adaptándolo a la realidad local según las regulaciones de cada país. Dentro de su estrategia, la compañía ha adoptado parte del negocio LCC para funcionar de manera eficiente en los mercados domésticos donde opera. 

Con panorama más pesimista en el corto plazo sobre el escenario regional, Cueto reflexiona que en la región “no nos hemos dado cuenta que la industria aérea es la base de la conectividad” donde países como Brasil nunca van a poder conectarse por carretera sino que el avión será el mecanismo de unir las ciudades. “Esta es una región muy vasta, con una población no tan grande ni tampoco tan rica. Pero es algo que nadie entiende ya que estamos sobre regulados”, agrega.

En la conferencia Wings of Change de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), el tema de las regulaciones y sus implicancias en la industria aérea fue uno de los temas más debatidos y ampliamente cuestionados por los líderes de la industria. Para IATA la regulación es un tema que urge al sector por la enorme burocracia existente y las diferencias que existen entre un país y otro. Por lo mismo, hace un llamado a los Gobiernos para que adopten un principio de regulación inteligente, especialmente en temas de la protección a los consumidores, a través de estándares globales.

La industria aérea no se opone a la regulación ya que es necesaria para el funcionamiento del sistema pero si insta a que esta sea fácil de implementar y cuente con una capacidad para resolver los problemas reales.

Como uno de los líderes del sector, Cueto indica que todo este exceso de regulación va en contra de la generación de desarrollo. Para él no es posible que cuestiones simples como un código compartido genere controversia a gran escala. “Mientras en otras regiones van en el joint venture como sucede en el Atlántico Norte, entre Europa y Estados Unidos, acá un código compartido es visto como algo malo para el consumidor”.

En su panorama regional, puntualiza: “Esta es una región de riesgos, salvo para aquellas compañías de fuera de la región que llegan y se devuelven con su avión que tienen pocos problemas. Quienes vivimos aquí debemos convivir con el caos donde no se percibe que la industria aérea realmente conecta, trae turismo, trae negocios, nos acerca al mundo y nos da oportunidades para todos. Lamentablemente es una realidad.”

6 comentarios:

Gio Salinas dijo...

No solo en el aire, el exceso de regulaciones no esta permitiendo que modelos de negocio disruptivos (como Uber), puedan ingresar a LATAM sin problemas

Anónimo dijo...

Una pregunta, porque la aerolínea Azul que también es low cost no vuela para Sudamérica? Vuela para USA y Lisboa, no sería mejor volar para Sudamérica primero y después Europa y USA?

Pancho dijo...

Muy buena entrevista. Hace falta más gente con esa visión amplia y de futuro sobre la aviación. Infelizmente nuestros mediocres políticos son incapaces de ver más allá de un palmo de sus narices, más preocupados en ocultar sus propias vergüenzas que en velar por el desarrollo del país.

Y para qué hablar del aeropuerto: precios absurdamente abusivos de taxis y estacionamientos. O transporte público tercermundista y deficiente. Por lo menos ahora tenemos Uber...

Javier dijo...

para el anonimo de 10 de abril de 2016, 21:20

Porque tiene mercado y alianzas más valiosas con TAP y JetBlue

Anónimo dijo...

Excelente artículo y visión. Claramente no es un problema de negocios sino de las limitaciones que se impone al que emprende. El gran problema es que uno pagaría feliz los altos cobros o soportaría las excesivas regulaciones si hubiera una retribución pero no lo hay. Nadie sabe en qué se gastan los dineros recaudados y la burocracia es excesiva para todo trámite.

No es posible por ejemplo que para entregar el mayor dinero al estado por parte de un aeropuerto tengamos que pagar altos cobros desde el estacionamiento y los servicios son ahí no más.En el aeropuerto de Santiago los baños son sucios no hay Internet la atención es regular a mala pero los cobros son caros.

Anónimo dijo...

Claro, como en Chile la DGAC hace las regulaciones a la imagen y semejanza de Lan, quedan descolocados con las regulaciones de otros países y su imposibilidad de hacer lobby.