Por Ricardo J. Delpiano
Foto: Ricardo J. Delpiano |
Según el diario francés Les Echos, una de las iniciativas que la compañía estaría estudiando es la posibilidad de lanzar una unidad de bajo costo para vuelos de larga distancia, tomando como ejemplo el plan de Transavia y los modelos de híbridos que están comenzando sus pares europeas como Eurowings en el caso de Lufthansa o la incursión de este segmento por parte de IAG mediante la adquisición de Aer Lingus en el segmento trasatlántico.
El proyecto apostaría por una operación utilizando una parte de la flota de Boeing 787-9 que Air France –KLM, avión al que se lo califica “como ideal” para desarrollar este tipo de operaciones por su alta eficiencia y ahorros de alrededor de 20% en el consumo de combustible en comparación con aviones de similares características. Otras compañías como Norwegian o Scoot (filial de Singapore Airlines) ya han aprovechado las prestaciones del Dreamliner para expandir el modelo de bajo costo en vuelos de largo alcance, principalmente con un esquema híbrido de negocio.
Boeing tiene previsto comenzar las entregas del Dreamliner a partir de mediados de octubre a KLM con el primer ejemplar del B787-9, mientras que Air France espera recibir su primer avión hacia noviembre de 2016. Air France-KLM Group tienen un total de 25 B787 (modelos -9 y -10) encargados.
Air France – KLM incorporará el B787-9 (25 encargados) a partir de mediados de octubre con los primeros ejemplares para KLM para después seguir con las entregas para Air France a partir de noviembre de 2016. La compañía francesa aprovechará la recepción de este avión para instalar nuevas cabinas, antecedentes que son considerados como interesantes en el caso de tener viabilidad el proyecto de aerolínea de bajo costo para vuelos de larga distancia.
Siguiendo las directrices de Transavia y de la mayoría de las aerolíneas de bajo costo, la posible nueva unidad contemplaría nuevos contratos laborales para su personal (generalmente de menores ingresos a los de las líneas principales pero con bonificación en función a la productividad) y podría ser una alternativa para evitar despidos futuros ante los recortes de capacidad que puedan darse.
Air France – KLM está potenciando su unidad de bajo costo (Transavia en Europa) para crear una barrera defensiva frente al crecimiento de este segmento, combatir la estacionalidad de la demanda en algunas rutas y los cambios en el comportamiento de la misma. En el caso de los vuelos de larga distancia, además de los factores mencionados anteriormente, la opción de bajo costo se justificaría para blindar a la compañía ante la posibilidad de que aerolíneas extranjeras utilicen al aeropuerto de París Orly como base para vuelos de larga distancia de precios bajos.
Les Echos reconoce que Air France – KLM no ha confirmado ni ha negado las versiones de un proyecto de bajo costo para vuelos de largo recorrido. Si bien se menciona que esta opción es sólo una posibilidad muestra la preocupación que tiene la compañía por recuperar en el corto plazo la rentabilidad del grupo y avanzar hacia la construcción de un negocio sostenible en el futuro.
Las aerolíneas de bajo costo en vuelos de larga distancia han tenido un escaso éxito a nivel global, básicamente por las dificultades que tiene la implementación del mismo modelo en rutas de varias horas de duración, las que demanda mayores recursos (técnicos y humanos), exigencia operacional, y servicios ofrecidos al pasajero. Por consiguiente, aquellas compañías que se han aventurado a lanzar una división de estas características lo han hecho preferentemente por un servicio de bajo costo superior o de un modelo híbrido.
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