Por Ricardo J. Delpiano
Foto: Alejandro Ruiz |
“Queremos seguir creciendo”, fueron las palabras que usó Pinto para comunicar esta nueva etapa que inicia TAP, tomando como punto de partida el crecimiento sostenido de 5% para este año, cifra que a su juicio “cierra una década de estabilidad interna”.
De acuerdo con el ejecutivo, la perspectiva es acentuar ese crecimiento para lo cual plantea un reforzamiento de los “destinos tradicionales” de la compañía y la apertura de otros 10 nuevos: seis en Europa y cuatro en América Latina. En el Viejo Continente, TAP comenzará a volar a Belgrado, Hannover, Gotemburgo, Nantes, San Petersburgo y Tallin, mientras que en América Latina se inaugurarán las rutas a Belem, Manaos, Bogotá y Panamá.
Para este propósito, la aerolínea portuguesa incorporará seis nuevos aviones -incluyendo dos Airbus A330-200-, y se prepara para realizar un aumento de capacidad en 180.000 asientos. Con la mayor oferta y los nuevos aviones, TAP tendrá más de 900 frecuencias al año, lo que “abre excelentes perspectivas para el 2014”, en palabras del propio Pinto.
TAP buscará estructurar su red de rutas aprovechando la posición geográfica de Portugal como puente entre tres continentes (Europa – África – América) y la cooperación de algunos miembros de Star Alliance, especialmente en destinos como Bogotá y Panamá, donde los roles de Avianca y COPA Airlines serán claves para la distribución del tráfico. También intentará mejorar las ventas ofreciendo vuelos a pasajeros que van más allá de Portugal.
A través del hub de Avianca en Bogotá, TAP ofrecerá a sus pasajeros mayores opciones de viaje en Sudamérica, especialmente en los países de la zona andina donde la compañía colombiana una presencia fuerte. Una estrategia similar a la que utiliza Lufthansa para dicha región desde que volvió a volar a Bogotá. Según fuentes de prensa de Portugal, la llegada de TAP a Colombia está asociada también a un aumento de inversión de empresas portuguesas en el país y estrechar o explorar alternativas con Synergy Group, aspecto no menor considerando que hace poco más de un año, Germán Efromovich, estuvo a pasos de adquirir la compañía portuguesa.
En Panamá, la situación es parecida. COPA Airlines actuará como alimentador/distribuidor de tráfico para Centroamérica y el Caribe, además de reforzar los enlaces entre Panamá y Portugal, en momentos en que ambos países están estrechando sus lazos comerciales. La llegada de TAP a ese país buscará compensar también el avance de la competencia en ese mercado, especialmente por parte de Air France-KLM.
Con el ingreso de TAP, Panamá continúa ampliando su conectividad aérea, un logro que refleja el trabajo conjunto que el país lleva realizando desde hace varios años, con políticas de Estado alineadas entre los distintos sectores productivos para convertir a un país pequeño en un polo de atracción, en este caso de aerolíneas. En ese sentido, la línea seguida por Panamá se asocia en parte con experiencias exitosas en la materia de Singapur o los Emiratos Árabes Unidos y entregan lecciones importantes a otros Estados de la región.
El aterrizaje en Bogotá y Panamá, será la mayor incursión de TAP en los países de lengua castellana más allá de Caracas, hasta hoy su único destino en la región. La aerolínea portuguesa está explotando los mayores vínculos comerciales de su país y las alianzas con que posee con sus aerolíneas pares para ampliar su red de cara hacia el futuro. Su expansión en mercados hispanoparlantes crea desafíos adicionales para Iberia, compañía que históricamente se había hecho cargo de estos “enlaces tradicionales” con el Viejo Continente.
En Brasil, TAP continuará creciendo con el inicio de las rutas a Belem y Manaos, ampliando a 10 las ciudades atendidas en ese país. Hoy la compañía portuguesa vuela a Belo Horizonte, Brasilia, Fortaleza, Natal, Porto Alegre, Salvador, Sao Paulo y Río de Janeiro, siendo el principal operador entre Europa y Brasil. En su estrategia para ese mercado, apuesta también a la pronta inclusión de Avianca Brasil en la red de Star Alliance, lo que permitirá mejorar significativamente las conexiones y atender de mejor manera los tráficos en, desde y hacia Brasil.
En Europa, contempla focalizarse en aquellos mercados que están obteniendo un mejor desempeño como Alemania, Francia y los países escandinavos, además de atreverse en otros nuevos especialmente para pasajeros no europeos.
En una perspectiva general, el nuevo plan de TAP busca ampliar su negocio más allá de la visión tradicional de la compañía de atender principalmente mercados con vínculos históricos, sean étnicos o comerciales, con Portugal. El objetivo ahora es conseguir que nuevos pasajeros vean a TAP como una opción para llegar no sólo a Portugal sino que a otros destinos en Europa, creando así nuevas fuentes que permitan a la compañía aumentar los pasajeros transportados, mejorar los factores de ocupación y mayores ingresos que ayuden al desempeño financiero.
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