martes, 5 de febrero de 2013

Aeropuerto de Santiago: errores de planificación en la cronología de un colapso

Por Ricardo J. Delpiano 

SCL overview 2 (A.Ruiz)
Foto: Alejandro Ruiz
Que el aeropuerto Arturo Merino Benítez está colapsado no es una novedad. Desde mediados de la década pasada, esta situación era algo que se podía prever, especialmente con el explosivo crecimiento del tráfico aéreo como resultado de políticas de estímulo a la demanda desarrollada por las líneas aéreas y por un entorno económico favorable del país, los cuales combinados incentivan los viajes por avión.

En los últimos días, el principal terminal aéreo del país vive momentos caóticos con record de viajeros transitando por las instalaciones, las cuales han sobrepasado aún más la ya colapsada infraestructura. Ayer, el Ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Pedro Pablo Errázuriz, declaró que las aglomeraciones producidas son culpa de las líneas aéreas y de la concesionaria SCL Terminal Aéreo por no tomar las medidas adecuadas para atender la alta demanda.

A raíz de esta situación, LAN -el principal operador del país-, emitió una declaración indicando que están llevando planes de mitigación para enfrentar este escenario, reforzando el personal en counters y número de de mostradores con el objetivo de agilizar los chequeos. Estas medidas habían sido anunciadas por la aerolínea en diciembre pasado, cuando ya anunció que el aeropuerto de Santiago iba a recibir más de 4 millones de pasajeros este verano.

En esa oportunidad, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) y la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), en conjunto con SCL Terminal Aéreo S.A., lanzaron una campaña informativa denominada las “Claves del Buen Viajero”, con una serie de recomendaciones y otras demostraciones prácticas para prevenir molestias y evitar inconvenientes por la saturación del terminal.

De acuerdo a lo que publica hoy Diario Financiero, fuentes ligadas a la concesionaria habrían indicado que en relación a la declaración de LAN, ellos habrían otorgado más counters  pero que no fueron utilizados en su totalidad.

Para el usuario común, las declaraciones cruzadas entre uno y otros podrían ser interpretadas como la intención de desligarse de las responsabilidades que le competen para pasárselas a otro, sin que exista una solución ante los problemas. Situación que muchos considerarían como una costumbre típica del país. Pero más allá de las percepciones, la realidad que enfrenta hoy el aeropuerto de Santiago está reflejando, una cierta incapacidad o errores de planificación de los organismos estatales por no dar atención adecuada a una situación que ya se preveía desde 2006 cuando comenzó el alto flujo de viajeros.

Si bien en materia de aviación, Chile se ha destacado por sobre sus pares por avanzar -en la medida de lo posible- en un desarrollo más o menos armónico, esto no quita que se hayan cometido errores, especialmente en lo referente a la planificación y ampliación de la infraestructura de la capital, la que más que crecer se ha ido reduciendo significativamente, siendo el caso más evidente el cierre político del ex aeropuerto Los Cerrillos.

Con tasas de crecimiento superiores al 10% desde mediados de la década pasada, las administraciones anteriores comenzaron a impulsar el segundo programa de concesiones aeroportuarias, a través del cual se iba a adecuar la infraestructura a la realidad del país. Así se ampliaron muchos terminales aéreos como Iquique, Puerto Montt, Arica, Punta Arenas, entre otros.

El aeropuerto de Santiago también se incluyó dentro del programa con un llamado a una nueva licitación hacia 2013 una vez que finalizara la concesión de SCL Terminal Aéreo S.A. Ante el crecimiento del tráfico, en 2008 durante la conferencia IATA Wings of Change, celebrada dentro del marco de FIDAE, SCL Terminal Aéreo S.A. presentó un proyecto para ampliar en forma inmediata la capacidad del terminal, con la construcción de un muelle de embarque con seis a ocho puentes de embarque adicionales al sur del terminal doméstico actual.

Si bien dicho proyecto no constituía una solución definitiva, entregaba un alivio a una infraestructura que ya presentaba problemas. Sin embargo el gobierno de Michelle Bachelet desechó esa propuesta con la intención de avanzar hacia un plan maestro del aeropuerto con miras a largo plazo. Para tal efecto se contrató la consultoría de ADP - Aeroports de París para proponer el proyecto del nuevo terminal.

Sala de Arribos AMB colapsada febrero 2014 (RD)
Foto: Ricardo J. Delpiano
Paralelamente se inició un programa de mejoramiento de la calidad del terminal aéreo orientado a mejorar los flujos de circulación dentro del edificio y la habilitación del puente 28 en la zona doméstica. En 2009, la prensa informó que concesionaria y el MOP mantuvieron conversaciones para estudiar una prórroga en el contrato debido a la caída que han experimentado los ingresos producto del descenso de operaciones durante la crisis. Como se advirtió en su momento, las negociaciones retrasaron la planificación de obras. En 2010, vino el terremoto y las prioridades se concentraron en las reparaciones de los daños sufridos por el terminal, dejando para un segundo plano las inversiones necesarias. Mientras tanto el tráfico aéreo del país continuó creciendo.

Hacia septiembre de 2011, concesionario y el MOP todavía mantenían negociaciones. Según el diario El Mercurio (26/09/2011) a fines de ese mes, ambos organismos todavía no se ponían de acuerdo sobre las inversiones y obras, las cuales dependían de la extensión del contrato de concesión en dos años más. El acuerdo llegó recién en noviembre de ese año, con un acuerdo que establecía la ampliación de las actuales instalaciones y el mejor aprovechamiento de los espacios, permitiendo incrementar la capacidad hasta los 14 millones de pasajeros hacia 2013, según se informó.

De acuerdo a lo anunciado, las obras iban a comenzar en 2012 para estar listas a fines de 2013. Pasó 2012 y las obras no se materializaron. El 25 de octubre pasado, el entonces Ministro de Obras Públicas Laurence Golborne, presentó nuevamente el plan maestro de ampliación y construcción del nuevo terminal de pasajeros del aeropuerto Arturo Merino Benítez con miras hacia 2045. A pesar del gran anuncio realizado, el proyecto exhibido no difiere mucho del anunciado durante la administración Bachelet, con un nuevo edificio al sur del actual con cuatro muelles de embarque cada uno con sus respectivos puentes.

El proyecto tiene contemplado desarrollarse en tres fases. La primera orientada a ampliar la infraestructura actual y corresponde a las obras que se anunciaron a fines de 2011 y debían haberse ejecutado en 2012 para ser entregadas este año. Esta fase contempla inversiones por US$ 50 millones y debiesen estar finalizadas a fines de 2013, permitiendo un manejo de un flujo de 15 a 16 millones de personas.

La Fase 2 comenzará este año con el llamado a licitación para la construcción y administración del nuevo terminal, la cual se adjudicará en 2014 para comenzar las obras en 2015, las cuales debieran ser entregadas recién en 2019, dos años más tarde del plan original. Cuando se inaugure el nuevo edificio, el terminal tendrá un total de 186 mil metros cuadrados, duplicando la capacidad actual permitiendo la atención de un flujo de 29 millones de pasajeros para 2030.

La Fase 3, está pronosticada para más allá del 2030 y pretende ampliar las instalaciones del terminal y del área de maniobras, para atender un flujo de 50 millones de pasajeros.
 Cuadro de inversiones a realizar en la FASE 1 del actual proyecto de ampliación del aeropuerto de Santiago. Fuente: MOP

De acuerdo con el ministro subrogante del MOP, Lucas Palacios, las obras de la Fase 1 comenzarán en la primera mitad de este año, pero advierte que el llamado a licitación podría retrasarse hacia los primeros meses de 2014. “Este semestre, comenzaremos las obras de la Fase 1 que permitirán ampliar la capacidad de operación. Además, relicitaremos el aeropuerto a fines de este año o primeros meses del próximo para poder ampliar su capacidad y así enfrentar la demanda creciente”, declaró al Diario Financiero.

Durante el 9vo Foro de Líderes de Aerolíneas de la Asociación Latinoamericana y el Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), la falta de infraestructura aeroportuaria en la región fue un tema central, donde los máximos exponentes de las aerolíneas mostraron nuevamente su preocupación por el desarrollo asimétrico de la infraestructura en comparación al crecimiento de la demanda por viaje en avión y en consecuente desarrollo de las líneas aéreas.

Actualmente, uno de cada tres vuelos en América Latina despega de un aeropuerto congestionado, realidad que ya no es propia de los casos conocidos como Brasil, Colombia o México, sino que se extienden a otros países, incluido Chile. En su intervención en el foro, Enrique Cueto, CEO de LATAM Airlines, agregó que los problemas de colapso aeroportuario no afectan sólo a Santiago, sino que también están presentes en aeropuertos de regiones como Temuco o Puerto Montt.

Tony Tyler, director general y CEO de  la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), expuso en esa oportunidad, “que si no existe la capacidad suficiente, eficiente y operando a precios efectivos, las aerolíneas no pueden ser exitosas y satisfacer la demandas de conectividad, agregando que las líneas aéreas podrán invertir en tecnología, mejorar procedimientos, contratar a más personas  pero tendrán poco o escaso efecto si hay pocas pistas, los aeropuertos y aeródromos se están desmoronando, los controladores se van a huelgas, lo que impactará en costos y con ello al comercio y turismo, así como toda la cadena”.

En los últimos 20 años, gran parte del retraso de la infraestructura aeroportuaria tiene su razón en la falta de políticas adecuadas y en una mala aplicación de las concesiones de aeropuertos, con acuerdos mal hechos, ya sea por influencias políticas o por una falta de voluntad política de confianza en el modelo de concesión y en la iniciativa privada por parte de los gobiernos.

Diferenciándose un poco de sus pares, Chile logró mostrar avances, con un desarrollo de su infraestructura a través de un manejo adecuado de concesiones, en la llamada alianza público-privada. Sin embargo, los acontecimientos sucedidos en los últimos años en torno a la infraestructura aeroportuaria de la capital, con negociaciones extensas y pérdida de años en inversión, muestran una deficiencia del Estado en este punto y hace que nuestro país se sume a la realidad de la región.

En ese sentido, se dice que la historia es cíclica y ante los últimos hechos, la infraestructura aeroportuaria capitalina está repitiendo la realidad de fines de los años ’80 y primeros años de los ’90.  

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Me pregunto que cuando los que están en el gobierno salgan de sus puestos, serán los primeros en criticar y culpar a sus opositores por problemas.

En todo caso, lo más sorprende que todos los avances son más conversaciones y negocios que las obras y dejan abierta muchas dudas.

Mientras tanto todos pagamos los errores de políticos ineptos, de todos lados.

Diaz-Pinto Consulting Group dijo...

Lo peor es que la gente está ansiosa por avanzar "en la medida de lo posible".

Anónimo dijo...

Medidas de mitigacion?!!, no hubo nuevas contrataciones, es mas hay despidos y unos 60 alumnos en practica que llegaron en diciembre a apoyar la operación de LAN, osea la ecuación es, +aviones -personal

Anónimo dijo...

Realmente es una vergüenza que el Estado no se haga responsable por la falta de planificación en materia de infraestructura aeroportuaria de Santiago y le tiren la pelota a otro. Típico chileno. El otro día no había ni puentes ni estacionamientos para estacionar los aviones, como quieren que las aerolíneas solucionen un problema que le compete al Estado?!!!!

Menos mal que este era el "gobierno de la excelencia".

Anónimo dijo...

El ultimo anonimo habla sin ningun conocimiento y solo demuestra su ignorancia. La DGAC no tiene potestad alguna en la designación de tomas en el aeropuerto, eso lo maneja la concesionaria del aeropuerto... Que fue designada en licitación por un gobienro de la Concertación.

Lamentablemente, la ley de concesiones (hecha durante los años de la Concertación), no le confiere al Estado herramientas coercitivas adecuadas para que la concesionaria "se ponga las pilas"...

Podra parecerles familiar esto de "echarle la culpa a los gobiernos anteriores"... Pero no por eso deja de ser cierto que la embarrada de hoy no se gestó durante el presente gobierno.

Anónimo dijo...

Los problemas de infraestructura son reales pero poco modificables en el corto plazo. Las medidas de mitigación son indispensables hacer pero no solo para el concesionario, la autoridad aeronáutica y/o estatal. Las compañías áreas deberían intentar hacer lo mejor posible con los recursos que tienen y no echarle la culpa siempre al empedrado mientras satura de pasajeros nuestro "pequeño" aeropuerto. Ellas deberían ser las primeras en intentar hacer algo por mejorar la calidad de sus servicios y no utilizar la típica escucha chilena de culpar al de al lado.

Anónimo dijo...

Cero planificación y visión de futuro en la creación y adjudicación de concesiones. Da la casualidad que la mayoría de los nuevas instalaciones quedan chicos desde su inauguración, como caso extremo tenemos el aeródromo El Loa.

Es más eficiente operar un par de años con una infraestructura sobredimensionada, que esperar 10 años en estudios y 10 más en la ejecución.

Anónimo dijo...

De que sirve el 2019 si la embarrada esta ahora?????? el 2019 sera 5 veces peor que ahora el problema.
Como tan lentos no lo entiendo