Por Ricardo J. Delpiano
Con el fin de hacer frente a las constantes amenazas que
recibe frecuentemente, la aviación civil chilena constituyó hoy el Consejo
Nacional de Aviación General. Este nuevo organismo está constituido como una
representación a través de la busca integrar a todas las organizaciones
existentes de a aviación general y privada en un solo grupo.
Con un cuerpo geopolítico, compuesto por miembros de todo
el territorio nacional y representantes en cada región, el Consejo Nacional de
Aviación General es una organización de
tipo gremial, cuya función es actuar con fuerza frente las adversidades y defender,
en forma enérgica, los intereses del sector.
Primera directiva del Consejo Nacional de Aviación General creado en Santiago hoy 9 de noviembre de 2012. Foto: Club Aéreo de Santiago
Su creación nace como fruto del Congreso para la Defensa
y Protección de la Aviación General que se llevó a cabo un año atrás en el Club
Aéreo de Santiago, el cual contó con la participación de más de 200 pilotos de
todo el país. En dicha oportunidad, clubes aéreos y dueños de aeronaves,
debatieron y analizaron el contexto actual que vive la aviación general
chilena, marcado especialmente por la falta de una infraestructura adecuada y
por la reducción del espacio aéreo para este sector.
Los principales objetivos que persigue el Consejo
Nacional de Aviación son: 1- Defensa y desarrollo de la infraestructura
aeronáutica; 2- Modificaciones legales y reglamentarias para modernizar el
Código Aeronáutico y adaptarlo a las dependencias civiles; 3- Revertir el
estrechamiento del espacio aéreo para la aviación general; 4- Revertir el
encarecimiento de costos que afectan al sector, producto de impuestos y nuevas
reglamentaciones.
El nuevo Consejo está conformado por una directiva encabezada
por Guillermo Carey, abogado y presidente de la Asociación de Operadores y
Pilotos de Aeronaves de Chile (AOPA), German Weil en calidad de vicepresidente
e Ignacio Calderón representante de AOPA como secretario. En su creación, el
Club Aéreo de Santiago jugó un papel fundamental al crear esta nueva
institución, primero al crear el Primer Congreso de Defensa y Protección de la
Aviación General y en segundo lugar, en materializar esta organización.
La fecha de creación fue coincidente con la coyuntura
actual, marcada esta semana por una nueva tragedia la cual revivió las críticas,
sin fundamento – y avivadas por una constante desinformación de los medios de
prensa- de la población y autoridades, en contra de la infraestructura
aeroportuaria y las operaciones aéreas en la capital.
Desde el caprichoso cierre del ex aeródromo Los Cerrillos
en febrero 2006 realizado por los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle
Bachelet hasta las continuas restricciones impuestas en los años siguientes como
respuesta mediática ante fatídicos sucesos, la aviación general vive una
situación adversa la cual merece ser revertida a toda costa, considerando que
este segmento es la cuna que forma a la inmensa cantidad de pilotos de líneas
aéreas, aviación corporativa, empresas de rescate y de trabajos aéreos, cuyo
trabajo es fundamental ya sea como catalizador de la economía o motor de
integración social.
Este nuevo organismo debe ser entendido no como una
organización paralela a los otros organismos del sistema aeronáutico nacional,
sino como un instrumento de representación y herramienta facilitadora de
procesos, ya que un solo cuerpo será el encargado de actuar en forma colectiva
en lugar de cada operador, piloto o dueño de aeronave. Su constitución responde
el anhelo de muchos que buscan devolver el lugar que merece la aviación civil.
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