Liberalización del mercado aéreo nacional sin reciprocidad

Por Ricardo J. Delpiano

En el día de ayer, nuestro país dio el vamos a una nueva etapa de apertura de los cielos nacionales al anunciar la apertura de vuelos de cabotaje al tráfico extranjero sin considerar principios de reciprocidad como ocurría hasta la fecha.

La oficialización de la medida fue realizada por el Ministro de Economía, Fomento y Turismo, Pablo Longueira, y por el Ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Pedro Pablo Errázuriz y se inserta como el punto número 19 de la Agenda de Impulso Competitivo, a través de la cual se busca inyectar mayor competencia al mercado aéreo doméstico el cual está conformado hoy por cuatro compañías aéreas (tres principales y una regional).

La nueva disposición comenzó a regir el día de ayer (18 de enero), restando sólo su publicación en el Diario Oficial, reafirmando la decisión del último Consejo de la Junta Aeronáutica Civil donde se acordó otorgar la liberalización del transporte de pasaje y carga dentro del territorio nacional sin solicitar reciprocidad a la contraparte. De esta forma, ahora una aerolínea extranjera dispondrá de mayores facilidades para iniciar vuelos domésticos en Chile, debiendo solicitar las frecuencias correspondientes y cumplir con los requerimientos operacionales que exige la Autoridad Aérea de Chile (DGAC).

De acuerdo a las autoridades ministeriales, la medida busca generar un aumento en la competencia, entregando herramientas para que nuevas aerolíneas ingresen al mercado, aunque en el anuncio pronunciado el día de ayer indicaron que no existe una estimación sobre la efectividad de la medida y cuál sería el impacto que esta decisión tendrá en la composición del mercado aéreo chileno.

Según las primeras opiniones recogidas por la prensa nacional, los operadores más pequeños mostraron su rechazo por la medida por considerar que serán los más afectados, aunque descartaron un impacto en una mayor baja en las tarifas. Su posición, es entendible ya que por su estructura serían las primeras en recibir el impacto ante el ingreso de un nuevo actor, especialmente si éste es mayor tamaño como podría suponerse.

Sin embargo y a pesar de que las autoridades de gobierno consideran que las tasas de crecimiento que el mercado aéreo nacional ha experimento constituyen un escenario favorable que estimule el ingreso nuevos operadores, la medida en la práctica debiera tener un escaso impacto en lo que se refiere al ingreso de nuevas aerolíneas debido fundamentalmente a tres factores:

1- La escasez de población y la ausencia de grandes centros generadores de tráfico en el país.

2- La existencia de tarifas bajas en el mercado aéreo chileno, con tres aerolíneas operando en ese segmento.

3- La estructura operativa de las aerolíneas extranjeras y el carácter terminal de Chile en comparación de otros países.

Respecto al primer punto, desde 2006 Chile ha venido una mostrando una tendencia sostenida en el crecimiento del tráfico aéreo, gracias a la introducción por parte de las aerolíneas de políticas de estímulo a la demanda (principalmente con el modelo LASER de LAN). Si bien esto permitió sumar nuevos pasajeros al sistema, nuestro país todavía muestra un condicionamiento para generar mayor cantidad de tráfico por tener una limitada población, según indicó un informe de CAPA hace unos meses. Complementando lo anterior, es necesario agregar que Chile todavía carece de centros regionales que sean capaces de generar volúmenes de tráfico suficientes que permitan sustentar operaciones desde/hacia regiones sin pasar por Santiago o que los vuelos tengan como/origen destino en el capital. Prueba de ello son los escasos resultados que en el ámbito de pasajeros han tenido experiencias de vuelos directos hacia regiones, siendo los únicos casos que se mantienen aquellas operaciones que incluyen a ciudades de regiones como una escala intermedia de un vuelo con origen/destino Santiago, siendo algunos ejemplos los casos de Sky Airline en la ruta a Bolivia y Perú, o la experiencias que LAN realizó en la ruta Santiago-Iquique-Lima.

En segundo lugar y asociado al punto anterior, en Chile los tres operadores a nivel nacional (LAN, Sky Airline y PAL Airlines) operan con un sistema de tarifas relativamente bajas que cubren las rutas troncales del país, dejando un escaso margen para que nuevos actores. En ese sentido el ingreso de nuevos operadores podría influir en una nueva repartición del mercado, lo que implicaría que las aerolíneas debieran bajar sus factores de ocupación o en caso contrario para seguir sumando nuevos pasajeros se debiera incurrir en una nueva baja en las tarifas lo cual afectaría los ingresos de las líneas aéreas, a excepción de aquellas que por su estructura o modelo de negocios están en condiciones de soportar tarifas más bajas. A esto hay que agregar que entre los principales centros demográficos y económicos, Chile cuenta con una buena red vial y rodoviaria (buses) que entra en competencia con el transporte aéreo, lo que condiciona el ingreso de nuevos operadores en los tramos cortos o la realización de vuelos regionales. 

Finalmente como tercer punto, es necesario considerar que por su ubicación geográfica Chile (especialmente Santiago) se constituye como un destino terminal para las compañías aéreas, lo que limita las posibilidades de que nuestro país sea un destino de paso para los operadores a diferencia como ocurre con países como Brasil, Colombia o Perú. Sólo Argentina y el Pacífico (Australia y Nueva Zelanda), representan mercados que pueden ser alcanzados a través de Chile que pueden ser de interés para grandes aerolíneas extranjeras (estrategia que en parte pretende utilizar Qantas o Air New Zealand). Junto a ello, la estructura operativa de grandes aerolíneas que arriban a nuestro país hace inviable que coloquen sus aviones en rutas de Chile, pues su excesiva capacidad las llevaría a ofrecer precios bajos para conseguir llenar los asientos, lo que sumado a los operadores actuales, las bajas tarifas ya presentes y limitada población que viaje en avión, les impedirían cubrir los costos operativos.

Por todo lo anterior, es difícil pensar que con esta medida aerolíneas como American, Delta, Air France pudiesen realizar tramos internos con sus propios aviones, tal como pudiese suponerse. Sólo aquellas capaces de atender el mercado doméstico chileno o de utilizar a nuestro país como alimentador de su red, podrían considerarse como candidatos y de ser así, sería a través del establecimiento de vuelos directos a regiones, tal como ha sido el caso Avianca-TACA con los vuelos a Antofagasta (hoy realizados por Sky Airline en código compartido con TACA) y el posible ingreso de Peruvian Airlines a Iquique como continuación del tramo doméstico Lima-Tacna. Por el momento, sólo Pluna ya tiene fecha para la instauración de sus vuelos domésticos comenzando con la ruta Santiago-Concepción a partir de fines de febrero, según indican los sistemas de reserva.

Independiente de lo anterior, la medida puede ser considerada como positiva pues entrega al sistema aeronáutico herramientas necesarias para que las compañías aéreas puedan incrementar sus servicios a nuestro país en el caso de que existan las condiciones para ello o se justifique dentro del modelo de negocios de cada compañía.