Por Ricardo J. Delpiano
El 1° de enero entró en vigencia el nuevo esquema tarifario de las aerolíneas de Ecuador tras el fin del subsidio que el Estado de ese país entregaba como una forma de ayudar a sus compañías nacionales a enfrentar el alza significativa que experimentó el precio del crudo ese año y que amenazó no sólo a la aviación ecuatoriana sino que mundial.
La bonificación estatal cubría el 40% de la compra de combustible, porcentaje no menor que permitía a las líneas aéreas aliviar la carga por este concepto, permitiendo evitar un alza en los pasajes aéreos. Junto a ello, la ayuda permitió dinamizar el mercado aéreo ecuatoriano pues las aerolíneas de ese país pudieron mantener en parte sus tarifas, incluso bajarlas gracias a la introducción de modelos innovadores de estímulo a la demanda, como el aplicado con la entrada de LAN al mercado doméstico del país desde 2009.
Con la eliminación del subsidio al combustible en Ecuador, LAN ha realizado en ese país una reestructuración interna con salida de personal operativo además de reducir algunas frecuencias. Foto: C.Valle
De acuerdo con lo anunciado por el propio Presidente Rafael Correa en noviembre pasado, el fin del subsidio significará un ahorro para el Estado en US$ 90 millones, los cuales podrán ser destinados a otros fines y prioridades, en un discurso marcado por un tono populista enfocado “hacia el beneficio de los pobres”, desconociendo en parte la importante contribución que el transporte aéreo realiza en beneficio de las naciones. La bonificación sólo se mantiene en aquellos aeropuertos administrados por el Estado como Latacunga, Tulcán, Esmeraldas, Santa Rosa, entre otros.
Como consecuencia directa de la disposición gubernamental, desde principios de este año todas las compañías aéreas ecuatorianas se han visto en la obligación de incrementar el precio de sus pasajes a fin de minimizar el impacto que tendrá la compra de combustible. El alza ha sido vista con recelo en el país ya que puede amenazar el crecimiento que el transporte aéreo de Ecuador venía experimentando (en torno a un 6% según ARLAE, la asociación local que representa a las aerolíneas ecuatorianas), principalmente debido a la contracción de la demanda.
El aumento de los pasajes aéreos se convirtió en tema nacional en ese país en las pasadas semanas, por el aumento registrado y que llevó a la autoridad aérea a fijar en US$ 11 la variación permitida sólo en aquellas rutas que se realizan desde/hacia aeropuertos bajo administración privada. La fijación de la variación contribuye además a aumentar el escenario adverso para las líneas aéreas de ese país, las cuales deberán adecuarse a la decisión gubernamental quedando con un escaso margen de acción ante los futuros cambios. Un ejemplo de esta situación fue lo que ocurrió con la propia aerolínea estatal TAME que incrementó tarifas en todas sus rutas incluyendo a aquellas con subsidio con el fin de solventar los mayores costos, lo que llevó al gobierno ecuatoriano a amenazarla quitándole aviones si no bajaba las tarifas, lo que finalmente ocurrió esta semana.
Estos días también se hizo oficial la reestructuración operativa en LAN Ecuador como consecuencia de la medida, la cual incluyó la reducción de frecuencias y el despido de parte de su personal operativo.
En cuanto a rutas, LAN eliminó la ruta Guayaquil-Miami, dejando sólo la ruta desde Quito que es la que mueve una mayor cantidad de pasajeros. Otra de las rutas afectadas es Buenos Aires que pasó de tener un vuelo diario a sólo cinco frecuencias semanales. En los vuelos domésticos, se eliminaron una frecuencia en el tramo Quito-Guayaquil, mientras que para Quito-Cuenca, se dispuso 10 vuelos semanales en lugar de las 14 que se venían operando. A nivel interno y producto de la reducción de servicios, también se procedió a una reducción de parte del personal operativo, con el fin de efectuar una reestructuración. Así por ejemplo se redujo el número de tripulantes de nueve a siete en las rutas a Miami, Nueva York y Lima y ocho a Madrid.
La filial ecuatoriana a través de la prensa del país andino ha indicado que está trabajando en la reestructuración con el fin de adaptarse al nuevo escenario. Por el momento no se ha mencionado de una reducción de flota, la misma que había sido incrementada desde abril del año pasado para satisfacer el crecimiento que el transporte de pasajeros venía experimentado. Cabe recordar que LAN reemplazó no sólo los tres Airbus A318 (126 asientos) que operaban en Ecuador por A320 (168 asientos), sino incluso agregó dos unidades más.
Como parte de los cambios que se están realizando y aquellos que podrían realizarse a futuro, está la opción de devolver la flota de LAN Ecuador a sus matrículas originales chilenas (CC-) en lugar de los registros ecuatorianos (HC-) que hoy poseen, medida que podría devolver en parte la flexibilidad que LAN tenía para su filial ecuatoriana pudiendo rotar los aviones en las distintas rutas, tal como la empresa realizaba hasta antes de la puesta en marcha del subsidio. Recordemos que en su oportunidad, la aerolínea se vio forzada a cambiar las matrículas de CC- a HC- para acogerse dentro de los requisitos para recibir la ayuda estatal, medida que le significó fijar parte de su flota en Ecuador. Sin embargo, esta decisión dependerá de cómo LAN quiera enfrentar el nuevo escenario y si quiere arriesgar o mantener aislado un posible conflicto político con sus competidoras y con el propio Estado ecuatoriano.
En el caso de AeroGal de propiedad del Grupo Synergy (Avianca) el subsidio también ha supuesto algunos cambios en sus operaciones, aunque estos responden principalmente al uso que la compañía realizó al operar frecuencias de otorgadas a TACA Perú (desde Ecuador a Perú) con sus propios aviones.
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