Por Ricardo J. Delpiano
En noviembre del año pasado durante la celebración de la feria de turismo VYVA 2010 se habló de la baja de visitas de cruceros debido a que la legislación actual impide que éstos puedan hacer funcionar sus casinos mientras navegan por aguas territoriales, una medida que sin duda desincentiva la llegada de empresas, turistas y del dinero que éstos dejan el país, sin considerar las pérdidas para las empresas y para el país.
A pesar de ser dos industrias distintas, la aviación comercial y la industria naviera están directamente relacionadas, quizás podría mencionarse que en ciertos aspectos constituyen sectores simbiontes. Esto porque la primera es la encargada de trasladar a los miles de viajeros a las ciudades donde recalan los grandes trasatlánticos, mientras que la segunda provee una fuente de ingreso adicional para compañías aéreas al contratar –a través de los tour operadores- sus servicios.
El D-ALPA, un Airbus A330-200 de la antigua LTU (hoy Air Berlin) en el aeropuerto de Santiago en una de sus tantas visitas a nuestro país. Un reflejo del intercambio de viajeros que se realizaban cuando los cruceros visitaban Valparaíso. Foto: Carlos Valle.
En ese sentido, y considerando que Santiago y Valparaíso constituyen puntos de intercambio de viajeros la baja en el número de cruceros (40% menos entre 2006 y 2010), se vio reflejado en la significativa menor cantidad de vuelos chárter que arribaron al país en la última temporada, dejando en el pasado una clásica de la temporada de verano donde distintas aerolíneas visitaban nuestro país. Algunos ejemplos de ello fueron las operaciones de las conocidas chárter LTU (hoy Air Berlin), Thomas Cook, Monarch, Iberworld o Virgin Atlantic, así como también aerolíneas regulares, como Lufthansa -por sólo mencionar una-, que en ciertas ocasiones también prestó servicios.
Comprometido con dejar atrás la desfavorable situación y en línea con la política asumida por el Estado de una mayor promoción del turismo en Chile, la Subsecretaría de Turismo informó en el encuentro Seatrade South America Cruise Convention celebrado en Sao Paulo de una serie de beneficios económicos que permitirían incentivar la industria de los cruceros. Las medidas contemplan la rebaja de un 40%, 60% y hasta de un 80% en los cobros por concepto de faros y balizas, dependiendo de si los barcos arriban a uno, dos o tres puertos, según se informó en el portal MundoMarítimo.cl.
A ello se agregan los proyectos como eliminar la prohibición que prohíbe que los casinos funciones dentro de las aguas territoriales o la posibilidad de eximir del cobro del IVA por conceptos de aprovisionamiento en combustibles. Las medidas anunciadas nos recuerdan las palabras del ministro de Economía, Fomento y Turismo Juan Andrés Fontaine durante la feria VYVA 2010 donde señaló que “estamos removiendo obstáculos”.
Los anuncios que se realizaron en esa oportunidad fueron bien recibidos por gente de la industria de los cruceros, quienes consideraron que el Gobierno acogió receptivamente las demandas de un sector que tiene un gran potencial a desarrollar en nuestro país, cuyos atractivos en el norte, centro y sur maravillas a viajeros de distintas partes del mundo.
Con los anuncios ya hechos, sólo falta esperar que las medidas se concreten y que los grandes cruceros vuelvan a recalar en nuestros puertos, aumentando la cantidad de viajeros y con ellos una mayor cantidad de aerolíneas que aterricen en nuestros aeropuertos, formando un círculo de constante movimiento que beneficia a todos los sectores y abre nuevas oportunidades de manera directa o indirecta. Sin duda, las medidas dadas a conocer son un motor adicional que debe mantenerse en el tiempo con políticas proactivas que se vayan adaptando a los desafíos que se presenten en el futuro.
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