Por Ricardo J. Delpiano
Concebida como uno de cuatro pilares fundamentales de la aviación chilena, la Dirección de Aeronáutica fue constituida por el Comodoro Arturo Merino Benítez el 21 de agosto de 1930, como el organismo dedicado a normar y fiscalizar toda actividad aérea que se desarrolla dentro del espacio aéreo nacional, bajo una concepción única y visionaria de la aviación, rol que a pesar de los años y de los todos los procesos vividos en nuestra historia se mantiene hasta el día de hoy.
Concebida como uno de cuatro pilares fundamentales de la aviación chilena, la Dirección de Aeronáutica fue constituida por el Comodoro Arturo Merino Benítez el 21 de agosto de 1930, como el organismo dedicado a normar y fiscalizar toda actividad aérea que se desarrolla dentro del espacio aéreo nacional, bajo una concepción única y visionaria de la aviación, rol que a pesar de los años y de los todos los procesos vividos en nuestra historia se mantiene hasta el día de hoy.
La Dirección de Aeronáutica se crea dentro de un esquema visionario de la aeronáutica nacional, en una época donde la incipiente aviación chilena daba sus primeros pasos con los primeros vuelos civiles, militares y comerciales, actividades que deberían estar correctamente normadas para cumplir su propósito. Los primeros pasos para establecer una institucionalidad se dieron a nivel internacional, apenas terminada la Primera Guerra Mundial, cuando los países triunfantes, organizaron la Conferencia Internacional de Navegación Aérea (CINA), celebrada en París en 1919. Dado que la aviación era incipiente, la CINA buscó sin mayores éxitos, establecer regulaciones respecto al derecho de paso de las aeronaves y en la negociación de derechos aerocomerciales en igualdad de condiciones para los Estados participantes, logrando apenas establecer algunos criterios de estandarización.
La necesidad de establecer mecanismos de la Defensa Nacional, obligó a que cada país formara su propia institucionalidad aérea. En el caso de Chile, esta misión recayó en la recién formada Fuerza Aérea hasta que en 1930 el Presidente Carlos Ibañez del Campo creara la Subsecretaría de Aviación (artículo nº 2 del Decreto Nº 1167) que más adelante pasaría a transformarse en la Dirección de Aeronáutica. Por medio del Decreto Nº 1313, en su artículo nº 3, indicaba que la Subsecretaría debía asistir al gobierno en todos los asuntos de relacionados con el mantenimiento y desarrollo de los servicios de la aviación militar, naval o civil, mientras que en su artículo nº 14, entregaba a la Dirección de Aeronáutica, el estudio de leyes, reglamentos y convenios de aeronavegación, y control a lo largo del país, teniendo bajo su dependencia a la Línea Aérea Nacional, los aeródromos y aeropuertos del país, el personal de aviación civil y todas las trasmisiones que se derivan. Asimismo tiene la obligación de la entrega de licencias a pilotos comerciales y civiles, junto con la inspección de todo material de vuelo. Por último en su artículo nº 18 se establece que la Dirección de Aeronáutica estaría dividida en tres secciones: Legislación, Comunicaciones y Aviación Civil, creándose de esta manera parte esencial de nuestra institucionalidad aeronáutica.
Manteniendo la visión sistémica del transporte aéreo nacional, la DGAC ha potenciado el desarrollo de la aviación y con ello el progreso de Chile. En su afán de avanzar de manera concordante con las necesidades que la aviación requiere, ha evolucionado en su actuar, incorporando permanentemente los últimos avances tecnológicos, aplicando en forma paralela conceptos de innovación en gestión administrativa, y en el uso, seguro, eficiente y sustentable del espacio aéreo, méritos que la han convertido en un referente nacional e internacional en lo que ha transporte aéreo se refiere.
En sus 80 años, la DGAC se ha posicionado como un organismo público transparente, con altura de miras y un profundo compromiso espiritual y valórico, que confluyen en una probidad ejemplar, permitiendo establecer prioridades y colaborar, junto los otros actores del sistema, en la aerovía por la que transita de manera segura el progreso aéreo de Chile.
A pesar de que el Comodoro ya no está entre nosotros, los principios y la visión con las cuales se fundó se encuentran más vivos que nunca, en cada actividad que la DGAC realiza, así como en el mejoramiento continuo de sus servicios, realizando para ello la inversión necesaria que la industria del transporte aéreo demanda, convirtiendo a nuestro país uno de los más avanzados en términos de aeronavegabilidad, gestión y control del espacio aéreo, logros que en el 2007 nos llevaron a ser el líderes mundiales en la materia con el Premio Eagle Award entregado por IATA. Paralelamente, el trabajo de la Dirección de Aeronáutica ha contribuido a la apertura e inserción de Chile en el concierto aeronáutico y político mundial, a través de un rol internacional importante, que se manifiesta en una presencia y participación activa en organismos internacionales de la industria; en el fomento de la cooperación e integración entre los Estados; y en la defensa y promoción de una política aeronáutica clara como país, basada en la apertura de los cielos y orientada en pro del desarrollo de los pueblos.
De cara al futuro, junto con seguir manteniendo sus principios que siempre la han caracterizado, la DGAC ha establecido aspectos esenciales en su quehacer: avanzar hacia la creación de un espacio aéreo seguro de cuarta generación, a través de la incorporación de tecnología satelital en ruta como en áreas terminales, y de la aplicación de una gestión del espacio aéreo de carácter positivo que permitan evolucionar hacia un concepto inteligente en los cielos del país. En segundo lugar, avanzar hacia un concepto sustentable del transporte aéreo, estableciendo la normativa para que la red aeroportuaria nacional integre el concepto verde, con una certificación internacional que coloque a Chile de acuerdo a las exigencias de los países desarrollados. Paralelamente, la DGAC apunta a seguir progresando en materia institucional, valorando el desarrollo humano de los profesionales que integran la institución, tomando en cuenta que ellos, forman parte del engranaje que diariamente mueve los motores de nuestra aviación. Junto a ello, está el firme compromiso de seguir buscando el equilibrio presupuestario, que permita continuar incrementando la eficiencia en su gestión, buscando ser además un ente proactivo y predictivo en una industria que crece día a día y es pilar fundamental del desarrollo socioeconómico de los países.
En el año en que Chile celebra su bicentenario y al cumplirse los 100 años de la aviación, los esfuerzos desplegados y logros alcanzados por la Dirección de Aeronáutica pueden ser comprobados día a día por los miles de usuarios que día a día son parte del sistema aeronáutico. El esfuerzo mancomunado de hombres y mujeres, profesionales y técnicos, militares y civiles, materializado en los servicios que la Dirección General de Aeronáutica Civil entrega, hacen que el futuro de la aviación chilena, sea próspero y tranquilo, con la confianza de que sus funcionarios han hecho bien su trabajo y que nosotros podemos disfrutar de un espacio aéreo seguro. Los logros obtenidos, invitan a la comunidad aeronáutica a seguir trabajando y colaborando, superarse cada día no sólo para mantener lo que se ha logrado como nación, sino para seguir el vuelo que hace 100 años despegó con la hazaña de los hermanos Copetta en la chacra de Valparaíso.
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