martes, 29 de octubre de 2019

IATA advierte riesgos de capacidad en aeropuertos de regiones e insta a hacer un mejor uso del espacio aéreo en Santiago

Por Ricardo J. Delpiano

CJC pasajeros fila unica pasillo (RD)
Foto: Ricardo J. Delpiano
En los próximos 20 años, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés) estima que Chile tiene el potencial para sumar 19 millones de nuevos pasajeros. Las políticas comerciales de las líneas aéreas a través de la estimulación de la demanda por medio del precio están acercando la aviación a más personas cada año. Sin embargo, problemas de infraestructura tanto en terminales como en área de movimiento, el uso más eficiente del espacio aéreo en Santiago y avanzar en la conectividad aeropuerto-ciudad, son algunos temas que preocupan a la industria y que deben ser abordados a la brevedad posible.

Con un mejor alineamiento con la concesionaria Nuevo Pudahuel, que administra y construye la nueva infraestructura del aeropuerto de Santiago, IATA advierte riesgos de falta de capacidad en algunos aeropuertos y aeródromos en regiones. La razón responde al mejoramiento de la conectividad interna del país, producto del desarrollo de nuevas rutas interregionales y el crecimiento de la demanda por las políticas comerciales de las líneas aéreas.

Si bien no menciona a alguna compañía específica, en el primer caso, se infiere el aporte del segmento de bajo costo y tarifas bajas (LCC/ULCC) donde la acción de JetSMART tiene un rol destacado mientras que, en el segundo aspecto, participan todos los competidores, primero cuando LAN (hoy LATAM) se convierte en la primera línea aérea chilena en estimular el mercado y posteriormente, es complementado con la acción de SKY.

“Chile ha sido un boom, uno de los mercados que más crecido junto con Panamá en los últimos años”, destaca Peter Cerdá, vicepresidente Regional de las Américas de IATA. “El ULCC ha tenido cambios importantes y el mercado internacional hacia Chile también ha crecido. A nivel doméstico es también muy bueno, ya que se ve más conectividad entre ciudades secundarias sin tener que pasar por Santiago”. En una perspectiva más inmediata asegura que la aviación chilena seguirá por un rumbo favorable para lo cual es necesario tomar las medidas adecuadas.

Desde su cargo, hace referencia al tema de infraestructura por ser un tema pendiente en el país, no sólo por el crecimiento asimétrico de los últimos años, sino por problemas de saturación que se comienzan a manifestar en regiones. En ese contexto, explica que el trabajo se concentrará en ese ámbito aprovechando los planes de mejoramiento anunciados por la administración anterior (Michelle Bachelet) y la actual (Sebastián Piñera), sin descuidar el caso del aeropuerto de Santiago.

“No podemos cometer los mismos errores que en otras partes donde la concepción de una terminal nueva no nos soluciona el problema. Al momento de abrir la terminal nueva en Santiago ya vamos a llegar a índices de saturación y tenemos que pensar la planificación futura”, sentencia el vicepresidente Regional de IATA.

Pero un tema que preocupa en términos más inmediatos es la ineficiencia en el uso del espacio aéreo en el área terminal (TMA) de Santiago, especialmente en lo que respecta al uso simultáneo de las pistas en Arturo Merino Benítez. Cada vez es más común ver una fila de aviones esperando para despegar o se vuelve “más normal” realizar circuitos de espera por un mal uso de las pistas o el intervalo entre cada aeronave. Un mensaje directo para la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), entidad encargada de brindar la gestión y el control del espacio aéreo.

“En Santiago, uno de los temas más importantes es el uso del espacio aéreo y cómo se puede utilizar más eficazmente las dos pistas de una manera simultánea la que no se está haciendo en estos momentos. Haciendo eso, podemos incrementar la capacidad”, agrega Cerdá indicando que como IATA están trabajando con las autoridades.

Chile vive por estos días momentos complejos marcados por un conflicto político-social con manifestaciones violentas que han complican el funcionamiento de la capital y de otras ciudades del país. El transporte aéreo no ha estado ajeno a ello, y si bien las líneas aéreas han normalizado sus vuelos, la situación pone en evidencia la urgencia de contar con una mejor conectividad aeropuerto-ciudad a través de distintos medios de transporte. Producto de la protesta y la violencia, la dependencia de un solo medio hace que ante estos casos el transporte aéreo se transforme en una especie de rehén de la manifestación.

Pasó el sábado 19 de octubre y los días siguientes con el decreto de toque de queda que restringió la libertad de tránsito de las personas afectando que personal aeropuerto, las tripulaciones de vuelo y los pasajeros llegaran o saliesen del aeropuerto de Santiago. Si bien la gestión de las aerolíneas facilita el uso de la tarjeta de identificación (TICA) para funcionarios y de la tarjeta de embarque para los pasajeros como salvoconductos, la falta de transporte impidió una normal conectividad entre la ciudad y el aeropuerto durante los primeros días. Sin embargo, no ha dio el único caso. Basta recordar protestas anteriores como las de los taxistas que bloquearon el ingreso a Arturo Merino Benítez.

“Desde el punto de vista del transporte aéreo, siempre intentamos mantener a que nuestra industria no se la tome de rehén para manifestar algo porque tiene un impacto de conectividad para el país. En el caso de Chile, el aeropuerto estaba funcionando, pero la conectividad de la ciudad al aeropuerto estaba parada por lo que tenías un aeropuerto listo para operar, pero sin pasajeros y eso tiene un impacto”, explica el directivo regional de la Asociación de Líneas Aéreas. “Tenemos que trabajar en conjunto con el Estado para asegurar que la comunicación ciudad-aeropuerto, aeropuerto-país, país-región/mundo se pueda mantener”.

En calidad de presidente del directorio de la Asociación Latinoamericana y el Caribe del Transporte Aéreo (ALTA), Pedro Heilbron (que también es CEO de Copa Airlines) comenta que la aviación siempre tiene que lidiar con temas externos como pueden ser problemas climáticos, de salud y problemas políticos. “Es una realidad del mundo”, comenta. Sin entrar en contingencia local ni menos política, espera que la situación en Chile tenga un carácter temporal, ya que en caso contrario puede impactar las perspectivas de tráfico, y con ello, el desarrollo de la economía y la generación de beneficios sociales.

“Donde hay disturbios de cualquier tipo hay un menor movimiento de pasajeros y dependiendo de la situación, puede afectar la llegada de turistas. Entre más rápido se resuelvan menor será el impacto para la aviación, para las economías y para la paz social”, dice el directivo.

Producto del desarrollo de la aviación en los últimos años, además del crecimiento de la economía, IATA proyecta un crecimiento muy significativo para los próximos 20 años. Según la Asociación que representa y lidera a alrededor de 290 aerolíneas responsables del 80,0% del tráfico mundial de pasajeros, los 19 millones de pasajeros adicionales que podría sumar Chile para 2038 impactará en mayores aportes al Producto Interno Bruto (PIB) y la generación de nuevos puestos de trabajo. Por cada un empleo directo en la aviación se crean otros cuatro de manera indirecta en alguna industria

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