miércoles, 19 de diciembre de 2018

Presidente Piñera destaca la apertura del espigón C del aeropuerto de Santiago, pero advierte la necesidad de mejorar la gestión

Por Ricardo J. Delpiano

SCL Espigón C Inauguración (RD)
Foto: Ricardo J. Delpiano
Haciendo un reconocimiento explícito a los retrasos en los tiempos de respuesta por parte del Estado y en la necesidad imperiosa de recuperarlos, el Presidente de la República Sebastián Piñera inauguró el nuevo espigón C del futuro terminal 2 del aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago, en una ceremonia que contó con la presencia de la ministra de Transportes y Telecomunicaciones Gloria Hutt, el ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine, el subsecretario de Obras Públicas, Lucas Palacios, la subsecretaria de Turismo, Mónica Zalaquett, entre otras autoridades regionales, comunales y de aeronáutica.

Construido por Nuevo Pudahuel, sociedad concesionaria que el aeropuerto de Santiago, el espigón C es la primera gran obra de lo que será el futuro terminal 2, y desde hoy, comienza a prestar servicio aportando hasta 10 nuevas posiciones de contacto. Atendiendo inicialmente a vuelos internacionales, tiene como principal misión disminuir la presión sobre las actuales instalaciones que se han visto ampliamente sobrepasadas por el crecimiento del flujo de pasajeros.

Al inaugurar la primera parte de lo que será el futuro aeropuerto, el Presidente Sebastián Piñera, destaca la apertura como una necesidad, en el contexto de que la infraestructura aeroportuaria es fundamental para un país como Chile porque “es la forma como nos relacionamos con el mundo”. En su discurso, el Mandatario pone hincapié que, para responder a las crecientes demandas y desafíos, no sólo es necesario brindar una infraestructura física, sino que también se debe contar una buena gestión para que “los aeropuertos sean una experiencia grata, rápida, eficiente, que agregue valor y mejore las condiciones de la calidad de vida de las personas”.

En ese contexto, Piñera realiza un llamado a los organismos del Estado que intervienen en los procesos aeroportuarios como la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, el de Obras Públicas. Los invita cuestionarse permanentemente para ver “cómo mejorar la calidad de la gestión”, en una señal que se interpreta como directa para los trabajos de coordinación intersectorial que llevan a cabo los organismos públicos en el terminal aéreo y que, pese a los esfuerzos desplegados, todavía no dan resultados del todo satisfactorios para los usuarios.

Para el Presidente, el espigón C “es un paso más de este Chile que se puso en marcha para llegar a ese destino que es ser un país desarrollado”. Destaca que para seguir en esa línea se debe trabajar en la incorporación de mayor tecnología, más eficiencia, mejor utilización de las pistas y en una mejor red aeroportuaria. “Siete aeropuertos se van a ampliar en los próximos años: Arica, Balmaceda, Calama, Copiapó, La Serena, Punta Arenas y Temuco, más los que ya están adjudicados como los de Iquique y Concepción”. Para Santiago, menciona la necesidad de mejorar la conectividad con la ciudad para lo cual indica los estudios para incorporar al metro al aeropuerto. “Tenemos que seguir avanzando para que el transporte aéreo sea un aporte significativo”, dice Piñera.

SCL Espigón C Gates (RD)
Foto: Ricardo J. Delpiano
Por su parte, el ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine, menciona que la ampliación del aeropuerto de Santiago es una de las obras públicas más grandes que se construyen actualmente en Chile. “Su importancia es enorme, ya que no hace mucho tiempo atrás, los viajes aéreos eran propios de una minoría, pero hoy los chilenos viajamos y viajamos mucho. Este año más de 35 millones de pasajeros habrán despegado o aterrizado por nuestros aeropuertos”.

Como parte de gobierno y de una cartera directamente involucrada, el ministro hace un mea culpa de la situación que tiene hoy el aeropuerto de Santiago. “Este aeropuerto estaba pensado para 16 millones y hoy se mueven más de 22 millones pasajeros. ¿Puede alguien sorprenderse de las molestias que cotidianamente sufren sus usuarios?”, pregunta. “El proyecto de expansión, y la primera etapa que inauguramos, debió estar lista hace ya tiempo. Como Estado estamos llegando tarde a resolver los problemas de conectividad y eso es algo que como gobierno estamos empeñados en corregir”, sentencia agregando que la calidad de servicio que prestan los aeropuertos a los usuarios es un objetivo central de la actual administración.

Fontaine menciona que desde se inició la concesión de Nuevo Pudahuel el tráfico aéreo ha crecido más de 34% en el aeropuerto de Santiago. Lo anterior, como consecuencia del aumento de los ingresos de la población y el dinamismo de la industria aérea, haciendo una referencia al aporte de los nuevos modelos de negocios como las aerolíneas low cost. “Que el tráfico aéreo crezca a más de dos dígitos por año permite que más personas puedan usar este medio de transporte y eso es un símbolo de que el desarrollo está llegando”.

Inspirado en Rapa Nui (Easter Island), el espigón C del futuro terminal 2 del aeropuerto de Santiago destaca por sus zonas más amplias que el terminal. Los techos elevados, ondulados, dan una sensación de mayor espacio brindan distensión al interior del edificio. En su interior, se ubican cinco puertas de embarque dobles, cuyas posiciones de contacto (puentes o mangas), pueden atender simultáneamente a dos aviones de fuselaje angosto o un avión de fuselaje ancho por sus dos puertas delanteras, que de ser utilizados por las aerolíneas pueden ayudar a incrementar la eficiencia de los procesos de desembarque/embarque.

Como parte de los 23.700 m2 construidos, destacan los 1.900 m2 de locales comerciales y restaurantes que complementan la oferta de servicio.  Al igual que los sanitarios, estos están ubicados en la parte central del espigón sin comprometer áreas destinadas a la espera de los pasajeros. Con el tiempo se espera que los espacios sean llenados con nuevas ofertas comerciales y de servicios, así también con equipamiento que permitan mejorar la experiencia de los usuarios en el terminal.

Como ayuda a los tránsitos destacan los “walkways” o “cintas transportadoras” que facilitan los traslados de los pasajeros. Punto a favor es el tema de la inclusión, en la que los pasajeros con movilidad reducida o capacidades especiales no verán afectados sus traslados al interior del terminal.

Estimaciones iniciales, indican que el espigón C movilizará alrededor de 392.000 pasajeros por mes y alrededor de 5.000.000 por año. Una cifra asombrosa pero que no extraña considerando las altas tasas de crecimiento que exhibe la aviación chilena por el aporte de las líneas aéreas. Considerando que es un diseño de hace aproximadamente 10 años, se teme que la infraestructura que se comienza a inaugurar comience a ser alcanzada por el aumento del flujo de pasajeros y de las operaciones. Por lo mismo, la necesidad de avanzar en una mayor coordinación y cooperación entre todos los actores del aeropuerto toma fuerza, especialmente en aquellos organismos públicos en su responsabilidad de brindar atención adecuada para agilizar los flujos reduciendo “los cuellos de botella”.

SCL Espigón C walkways (RD)
Foto: Ricardo J. Delpiano
A la inauguración del espigón C, le seguirá el espigón E ubicado al sur del actual. Si bien estimaciones iniciales indicaban que sería marzo o abril, los posibles meses para su apertura, comentarios ministeriales indican que será “en el transcurso del segundo trimestre de 2019”. Ambos, así como los que se construyen en el lado oriente, estarán unidos a un edificio central de 240.000 m2 que será el terminal 2 destinado exclusivamente a vuelos internacionales. Cuando este edificio esté listo en 2020, el terminal actual se destinará a vuelos nacionales y algunos de los espigones más próximos podrían tener la función de “swing”, es decir, atender vuelos domésticos o internacionales según la demanda.

El diseño del nuevo aeropuerto de Santiago estaba pensado para 30 millones de pasajeros anuales, pero ya se habla de una cifra de 38 millones. En el caso de que la infraestructura que se construye sea superada, el contrato de concesión establece un “gatillador de inversiones” que implica la construcción de otros dos espigones adicionales cuando se alcancen 2.200 pasajeros internacionales o 3.200 pasajeros nacionales en hora punta. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

El espigón C alcanza al sector de llegadas internacionales?