lunes, 31 de diciembre de 2018

Emirates, espigón C del aeropuerto de Santiago y baja en las tasas de embarque, entre lo más destacado en 2018

Por Ricardo J. Delpiano

Emirates B777-200LR y nueva infraestructura SCL (Benjamín Concha)
Foto: Benjamín Concha 
En el año que termina, la aviación chilena prácticamente estuvo marcada por la consolidación de las líneas aéreas de bajo costo y tarifas (LCC, por sus siglas en inglés). Sus acciones comerciales, incorporación de capacidad (cantidad de asientos), expansión y mayor presión competitiva que genera respuestas, impulsaron el mercado aéreo convirtiéndose casi el único sostenedor del alza. Pese a esto, tres hechos cobran protagonismo y pueden ser considerados como “lo más destacado” de 2018 en ámbitos de líneas aéreas, conectividad, infraestructura y aspectos gubernamentales.

Conexión con Dubái y más allá

Por su ubicación y características geográfica, el transporte aéreo es fundamental para el desarrollo de Chile. Por lo mismo, el desarrollo de competencia, nuevas rutas y una política que acompañe la labor de la aviación son esenciales. En julio, la llegada de Emirates a Santiago marca un punto de inflexión desde el mundo de las líneas aéreas y conectividad. Por primera vez, Chile tiene desde este año a una línea aérea del Medio Oriente y de Asia como operador regular que brinda conectividad directa, incrementando la competencia con esas dos regiones que abren nuevas oportunidades hacia el futuro.

Si bien los planes para volar a Santiago figuraban desde hace años -incluso cuando define su expansión por su Sudamérica-, la llegada de Emirates cobra fuerza por ser el mayor logro de un mecanismo que es capaz de identificar oportunidades y generar condiciones para materializarlas.

A través de la Alianza Público-Privada de la Industria Aérea (APPIA), integrada por el concesionario Nuevo Pudahuel que administra el aeropuerto de Santiago, la Junta Aeronáutica Civil (JAC), la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), la Subsecretaría de Turismo, la Agencia de Promoción de Inversión Extranjera (Invest Chile) y la Federación de Empresas de Turismo de Chile (FEDETUR), Emirates consigue llegar a Santiago después de dos años trabajo. Desde el 5 de julio, opera cinco vuelos semanales en la ruta Dubái – Sao Paulo (GRU) – Santiago, operación que genera mayor competencia hacia Oriente que hasta la fecha estaba dominada por las líneas aéreas europeas y norteamericanas.

La APPIA aúna los esfuerzos de la comunidad aeronáutica chilena y actores del turismo en pos de identificar los mercados con mayor potencial, aún cuando cualquier mercado u operador pueden acceder a beneficios transversales al momento de abrir nuevas rutas. Su acción coincide con el momento virtuoso de la industria aérea mundial, cuando las compañías están en busca de mayores eficiencias en sus operaciones y se introducen nuevos modelos de aviones que brindan oportunidades para abrir mercados que antes no eran posibles de atender. También coincide con la recuperación económica del país que, al igual que años anteriores, alienta la llegada de nuevas aerolíneas.

Desde el inicio de sus vuelos, Emirates moviliza en sus vuelos a Santiago a 46.735 pasajeros hasta el mes de noviembre (último dato disponible). Por ahora, Sao Paulo es el principal destino de los pasajeros que están utilizando esta línea aérea, aunque se espera que en los próximos meses la cantidad de viajeros con Asia se incremente a medida que se conozca la ruta y los destinos de la compañía. Desde la línea aérea, han asegurado que las proyecciones para Santiago son “altas”.

Bienvenida necesaria infraestructura

La infraestructura es uno de los puntos más crítico que tiene el sistema aeronáutico chileno por el crecimiento producido en los últimos años y el retraso en los tiempos de respuesta desde el Estado. El nuevo terminal de pasajeros de Arturo Merino Benítez de Santiago es un ejemplo de ello, con una obra que llega 10 años tarde de lo que fue concebida. Por lo mismo, uno de los objetivos que el Gobierno asume es recuperar el trabajo y reducir la brecha existente, de manera tal, de que los aeropuertos también sean parte del crecimiento que impulsan las líneas aéreas.

La inauguración del espigón C del futuro terminal 2 del aeropuerto Arturo Merino Benítez destaca en parte por eso. Su modernización y ampliación es la mayor obra concesionada de Chile y la que requiere una intervención más urgente por ser un centro de conexiones, además de la base de cuatro de los cinco operadores nacionales y el lugar donde llegan la mayoría de las líneas aéreas extranjeras. Por sus instalaciones, transitan alrededor de 23 millones de pasajeros al año en espacios diseñados para 16 millones.

Con 23.700 metros cuadrados (m2) el primer espigón del nuevo terminal del aeropuerto capitalino aporta por el “lado aire” hasta 10 posiciones de contacto para aviones de fuselaje angosto o cinco para los de fuselaje ancho. Su operación simultánea más la cantidad de puertas reduce la presión en infraestructura y brinda mayor flexibilidad a las operaciones del aeropuerto. Con nuevos espacios, locales comerciales y de comidas, además de mayor equipamiento, su apertura debiese asegurar los primeros cambios en la percepción que tienen los usuarios respecto de la situación actual del terminal aéreo.

Con su apertura, Nuevo Pudahuel consigue en parte recuperar parte de los tiempos perdidos producto de diferencias anteriores con el MOP -tal como las autoridades lo reconocieron al momento de su apertura- y entregar la obra en los tiempos acordados. Para la primera mitad de 2019, el concesionario tiene previsto abrir el espigón E que es el segundo del nuevo terminal en entrar operación.

SCL Espigón C Gates (RD)
Foto: Ricardo J. Delpiano
Estimaciones iniciales, indican que el espigón C movilizará alrededor de 392.000 pasajeros por mes y alrededor de 5.000.000 por año. Considerando que es un diseño anterior se teme que la capacidad de la infraestructura pueda ser alcanzada por el aumento del flujo de pasajeros y de las operaciones. Por lo mismo, la necesidad de avanzar en una mayor coordinación y cooperación entre todos los actores del aeropuerto toma fuerza, especialmente en aquellos organismos públicos en su responsabilidad de brindar atención adecuada para agilizar los flujos de personas y de esta manera se reduzcan los “cuellos de botella”.

En términos generales, el diseño del nuevo aeropuerto de Santiago estaba pensado para 30 millones de pasajeros anuales, pero con el crecimiento de la aviación las autoridades mencionan que el movimiento puede llegar hasta los 38 millones. En el caso de que la infraestructura que se construye sea superada, el contrato de concesión establece un “gatillador de inversiones” que implica la construcción de otros dos espigones adicionales cuando se alcancen 2.200 pasajeros internacionales o 3.200 pasajeros nacionales en hora punta.

Con la llegada de Emirates más la puesta en servicio del espigón C, Nuevo Pudahuel consigue dos hitos en sus objetivos fijados: generar mayor competencia aérea y nueva infraestructura.

Democratizando los cielos de Chile

Como resultado de las eficiencias de las líneas aéreas y la implementación de nuevos modelos de negocios, los altos valores de los derechos de embarque se habían convertido en una piedra de tope para continuar desarrollando y masificando el transporte aéreo. De acuerdo con cifras de la industria, Chile tenía una de las tasas de embarque más caras en vuelos domésticos, haciendo que muchas veces este impuesto al viaje representase alrededor del 32% del precio final del pasaje y en las tarifas más bajas excedía significativamente su valor.

Cumpliendo con el anuncio del mes agosto, el Gobierno de Chile a través del Ministerio de Economía materializa en octubre una reducción inmediata del 20,0% en las tasas de embarque en vuelos nacionales y de US$4 en vuelos internacionales, quedando estos en US$26. Para 2019 y 2020, se espera una disminución adicional de 10% en cada año en los vuelos domésticos y de US$1 por año en los internacionales. De esta forma para 2020, la tasa de embarque nacional se reducirá en un 40,0% pero que por efectos de la inflación será de 30,0% real, mientras que los vuelos internacionales se habrán bajado de US$30 a US$24.

La decisión de bajar las tasas de embarque marca un nuevo y positivo punto de inflexión para Chile al reconocer el valor del transporte aéreo como aliado para el desarrollo económico y social del país. La medida será favorable para incrementar la cantidad de pasajeros transportados, dinamizar los negocios que se realizan a través del viaje en avión, aumentar el turismo, mejorar la integración del territorio y la conectividad del país con el mundo. Lo anterior significará una reducción de los precios finales de hasta 10,0% hacia 2020 y de 6,0% en forma inmediata. Si bien todas las rutas se verán favorecidas, el impacto más evidente se sentirá en los tramos de corta distancia y en vuelos desde regiones.

“La aviación ya apoya con 190 mil empleos en Chile y contribuye US$7,8 mil millones al PIB del país. Al reducir el costo de los pasajes, el Gobierno está haciendo posible que la aviación entregue aún mayores beneficios a la economía chilena. Alentamos al Gobierno a buscar más formas de ahorro, creando oportunidades adicionales para el crecimiento económico, impulsado por la conectividad de la aviación”, dice Peter Cerdá, vicepresidente Regional para las Américas de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).

Hacia 2019

Para el año que comienza, se espera que la industria aérea continúe aportando significativamente al crecimiento de Chile con la generación de nueva conectividad que tendrán a las regiones como posibles protagonistas por la capacidad de las líneas aéreas, ya sea a través de sus hubs como por la generación de vuelos punto a punto. Para las LCC será un año de oportunidades por las expansiones que tendrá SKY hacia el Perú y JetSMART hacia Argentina, además de otras que puedan anunciar planes hacia el país. En materia de infraestructura, se espera el inicio de un nuevo plan de concesiones en distintos aeropuertos y aeródromos del país que aporten a la reducción de la brecha existente, así como también la continuación de un trabajo mancomunado con actores públicos-privados abren posibilidades de conseguir mayores eficiencias y una mejor calidad de servicio en los distintos terminales aéreos. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por todo, tanto a la aviación comercial y a En Vivo desde SCL. Será hasta el próximo año.