Por Ricardo J. Delpiano
Foto: S.Blaise |
Pese a lo trascendental del hito, el fin del B747 en el continente deja un sentimiento amargo que contrasta con todo su esplendor y simbolismo que por años ostentó la aeronave. Delta Air Lines canceló el vuelo final previsto para del 17 de diciembre entre Seúl (ICN) y Detroit. La razón según la compañía se debió a la falta de tripulaciones necesarias para realizar el vuelo. Un vuelo adicional desde Detroit a Seúl (ICN) para el día siguiente fue la última oportunidad de volar en uno de los aparatos íconos de la aviación comercial.
“Delta agotó todas las opciones para evitar la cancelación y se disculpa con los clientes por las demoras e inconvenientes”, dijo la compañía aérea en un comunicado, agregando que los clientes recibieron habitaciones de hotel, comida y fueron ubicados en un vuelo extra para el día siguiente después del evento.
Delta reconoce que el hecho generó frustración y desilusión para quienes esperaban despedir al B747-400 como corresponde. “Docenas de clientes y empleados de Delta se reunieron cerca de la histórica exhibición del B747, al lado del terminal McNamara para compartir historias y recuerdos del B747”.
Desde el 22 de diciembre y hasta el 2 de enero de 2018, Delta y Boeing están realizando una serie de operaciones chárter para equipos deportivos con los B747-400 que aún están operativos. La compañía destaca que están serán las únicas ocasiones de ver por última vez al avión antes de que sea enviados al desierto. Los aeropuertos que está visitando son los de Atlanta, Buffalo, Dallas Fort Worth, Detroit, Newark, Fort Lauderdale, Greenville, Los Ángeles, Milwaukee, San Diego y Seattle. Al 26 de diciembre sólo queda un avión operativo.
El retiro del B747 por parte de una compañía aérea de Estados Unidos es el fin del avión en el mercado que lo vio nacer. Su salida se da en medio de una paradoja, ya que por un lado es el avión que inicia los viajes masivos en el mundo, el retiro se da en momentos en que la industria de la aviación es más accesible que nunca por todas las facilidades que existen para viajar, especialmente en lo que respecta a precio.
La salida del mercado de la “Reina de los Cielos” -como era conocido al emblemático Jumbo Jet- era una realidad previsible tras el descenso significativo de pedidos de pedidos a partir de la segunda mitad de la década de 1990 y específicamente durante la década de 2000, como consecuencia de los ajustes de capacidad que las líneas aéreas realizaron. En ese proceso, la demanda de aeronaves cambió de los grandes aparatos a equipos más versátiles y eficientes, tanto en capacidad como en consumo de combustible. La transición de los cuatrimotores a aviones bimotores es quizás el símbolo más evidente de esa transición.
El ocaso del Jumbo Jet viene por ese lado, pero también desde la propia Boeing con el desarrollo del B777 y sus respectivas variantes, en especial el B777-300ER. Desde el otro lado del Atlántico, su competidor Airbus también contribuye a este proceso con los A340-600, A380 y también, con el A350 en todas sus versiones. Desde el B777-300ER hasta el A380, todos los aviones son superiores en carga de pago, alcance y consumo de combustible al B747-400.
Actualmente, la producción del B747 (modelos -8/-8F) es de un avión cada dos meses hasta 2019. Sin nuevos pedidos significativos, es altamente poco probable que la construcción de estos aparatos logre pasar la década. Hasta el momento, el que fuera el más famoso avión de pasajeros de la historia (por conocimiento popular) sólo genera atención específica en compañías cargueras para el traslado de grandes volúmenes de mercancías. En 2017, Boeing obtuvo para el B747 sólo seis pedidos y la cancelación de dos ejemplares. De estos, cuatro son para clientes no identificados y dos para la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF).
El B747 fue la materialización de los deseos de una industria que buscaba hacer del avión una herramienta de transporte masivo. Su diseño comienza hacia 1965 cuando Boeing tenía definidas las líneas generales de avión para 500 pasajeros. Un año más tarde, con el impulso de Pan American (PanAm) con una orden 25 unidades, se da inicio al programa. Desde 1970 hasta la fecha se han entregado 1.540 aparatos entre todas las variantes y subvariantes del avión.
La puesta en servicio del B747 permitió que las líneas aéreas pudiesen transportar grandes cantidades de personas en vuelos sin escalas, expandir sus horizontes hacia nuevos destinos que hasta la fecha no era posible alcanzar, realidad que se incrementó con el B747-400 a partir de la década de 1990. Por el tamaño, la capacidad y prestaciones, el B747 no deja indiferente a cualquiera, incluso hasta épocas actuales cuando los grandes aviones son algo común en los distintos aeropuertos del mundo.
En la historia de la aviación, no hubo región en la que el B747 no estuviese presente, ya sea a través de distintas operaciones o como parte de las flotas de compañías aéreas. En América Latina, el B747 fue protagonista en la conectividad intercontinental de la región y hacia Norteamérica, siendo parte también de las flotas de líneas aéreas como Aerolíneas Argentinas, Avianca, Varig y Viasa. En la temporada alta de verano de 1988-1989, LAN Chile también operó un B747-100 en régimen de wet lease a Aer Lingus.
Como en el resto de América, el B747 también tuvo un rol destacado en el transporte aéreo y en el desarrollo de la conectividad internacional de Chile. Algunas de las líneas aéreas que utilizaron el Jumbo Jet en sus vuelos de pasajeros hacia/desde Santiago fueron Air France, Alitalia, British Airways, Iberia, KLM, Lufthansa, PanAm y Qantas. Actualmente, la aerolínea australiana es la única que mantiene servicios regulares de pasajeros con B747-400/-400ER hacia Santiago.
1 comentario:
Sin duda una triste noticia, el querido JUMBO fué sin duda una de las razones por las que desarrollé el gusto por la aviación...Saludos!
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