Por Ricardo J. Delpiano
Foto: Ricardo J. Delpiano |
Basic Economy es una clase ultra sencilla en la que se ofrece al viajero sólo el derecho a volar y fue diseñada para competir con la expansión de las líneas aéreas de bajo costo y tarifas bajas (LCC) en el mercado doméstico como un subsegmento del producto Economy. Premium Economy por su parte, es una nueva clase intermedia en los aviones de fuselaje que comenzó a ser introducida a fines de 2016.
Durante la publicación de los resultados financieros para el segundo trimestre de 2017, American señala que los primeros resultados de estas clases “están en línea con las expectativas iniciales”. Sin embargo, especifica que en el caso de Basic Economy los pasajeros prefieren comprar en la Economy tradicional a pesar de que se les ofrecen los dos productos. Actualmente, Basic Economy está disponible en 78 rutas y para fines de septiembre se espera que se extienda para toda la red al interior de Estados Unidos.
De lo anterior, se infiere que en estos casos los pasajeros estarían dispuestos a pagar más por mantener un estándar de viaje asociado a una compañía legacy (tradicional) en lugar de estar dispuestos “sólo a volar”, situación ventajosa ya que la compañía (American) consigue incrementar ingresos.
Respecto a la Premium Economy, se menciona que la respuesta ha sido “fuerte” con un promedio de pago de US$ 400, a pesar de su escasa disponibilidad por estar sólo en un modelo de la flota. Por ahora, esta clase se ofrece sólo en los Boeing 787-9 pero en un plazo de tres años se espera que se extienda a toda la flota de fuselaje ancho, a excepción de los B767-300ER por su retiro gradual. En lo que resta del año, American instalará estos nuevos asientos en los B777-200ER y espera que hacia fines de 2018, una parte importante de los aviones de doble pasillo tengan este producto.
La instalación de estas nuevas clases sumadas a otras iniciativas comerciales buscan conseguir mejores ingresos para la compañía además de mejorar la experiencia de viaje a los pasajeros, todo como parte de acciones pro gestión.
“Nuestras inversiones en producto y en nuestro equipo, están comenzando a pagar dividendos reales a medida que le damos a nuestros clientes más razones para volar por American. Cuando combinamos nuevas herramientas en la gestión de ingresos e iniciativas de venta dirigida a clientes corporativos creemos que nuestro potencial de ingresos es fuerte”, dice Robert Issom, presidente de American Airlines.
Como resultado, American espera un aumento de los ingresos y de los márgenes para las próximas dos temporadas del año, acompañando la mejora en el desempeño financiero que se ha venido registrando en el último tiempo y compensar la baja de utilidades que se ha venido registrando.
“Esperamos que el TRASM (ingresos totales por asiento disponible y milla recorrida) en el tercer trimestre aumente aproximadamente de 0,5% a 2,5% por ciento interanual, lo que refleja la mejora continua en la demanda de clientes corporativos y de ocio. Esperamos que el margen antes de impuestos del tercer trimestre excluyendo ítems especiales esté entre 10,0% y 12,0%. También esperamos que nuestro crecimiento en el cuarto trimestre supere la tasa de crecimiento del tercer trimestre”, puntualiza el ejecutivo.
En el segundo trimestre de 2017, American Airlines registró utilidades netas por US$803 millones o US$944 millones excluyendo ítems especiales. La compañía con base en Dallas Ft. Worth reportó en ese periodo un crecimiento de 7,2% en los ingresos cerrando en US$11,1 mil millones y una mejora de 5,7% en los ingresos totales por ASM.
Al comentar los resultados, Doug Parker, CEO de American destaca que la compañía está haciendo inversiones en el largo plazo los que añadirán valor a la propuesta de la compañía además de fortalecer a la industria aérea de los Estados Unidos. “Nuestros fuertes ingresos es una evidencia que nuestras inversiones están funcionando”. En línea con Issom, señala que espera buenas perspectivas para 2017 y 2018.
1 comentario:
Es interesante el comentario que hace la propia American respecto a que los pasajeros están dispuestos a pagar más para tener el servicio que esperan de una aerolínea tradicional lo que me lleva a entender que no están muy a favor de esos cambios lowcost que se hacen.
No sé si LATAM han evaluado eso en los pocos meses antes el incremento de los reclamos por el mal servicio al cliente (perdida de maletas, atrasos, cambios de vuelo, cobros extras). Considero que acá se puede hacer una comparación similar: si la gente busca LATAM es porque quiere viajar en una línea tradicional, así como la gente busca Avianca o Aeromexico o Air France. Si quiero viajar lowcost busco Sky o JetSMART o Ryanair.
A mi juicio pienso que LATAM está siendo super reactiva y hoy no sabe qué hacer frente a la competencia. Compañías como Avianca, Azul, Copa o incluso la propia American tienen el horizonte más claro.
C. Rodríguez
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