martes, 25 de julio de 2017

Modelo LCC en líneas aéreas se amplía en Chile anticipando menores precios y aumento del turismo pero mayor presión a la infraestructura de aeropuertos

Por Ricardo J. Delpiano

JetSMART A320 1 (JetSMART)
Foto: JetSMART
Con el inicio de operaciones a partir de hoy por parte de JetSMART, el modelo de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas inglés) continúa expandiéndose en Chile. De los seis operadores aéreos nacionales, al menos tres poseen un modelo de negocios de estas características equivalente a la mitad de las líneas aéreas regulares en Chile y que a fecha de hoy (aún sin el inicio de la nueva aerolínea), poseen el 97,5% del mercado.

El segmento LCC es bastante amplio e incluye una subcategoría denominada ULCC (ultra low cost carrier). Considerando las prácticas comerciales y operacionales, en algunos casos suela considerarse también los modelos híbridos (intermedio entre el legacy y el LCC). En la realidad chilena actual, este tipo de negocio está representado por Sky en un concepto más clásico al que también se acerca LATAM en sus rutas domésticas con los últimos cambios en tarifas y mayor uso de ingresos extras, pero que en una apreciación general aún se mantiene como híbrida. JetSMART por su parte, ingresa como operador ULCC es decir con una maximización de estas prácticas y recursos.

El éxito de los modelos LCC se basa en la estimulación y masificación del servicio (en este caso la operación aérea, alcanzada a través de menores precios de los pasajes que genera mayor demanda y suma nuevos pasajeros ampliando el mercado. Mientras más cantidad de personas vuele y utilice los servicios adicionales mayor será el éxito del modelo.

En Chile, la estimulación a través del precio ha sido clave para impulsar el número de pasajeros transportados por avión y según las líneas aéreas será también la fórmula para continuar haciéndolo en los próximos años, además de sortear los desafíos que imponen las características políticas, demográficas y económicas del país.

En los últimos 10 años, el modelo de LATAM ha conseguido reducir el precio de los pasajes aéreos en Chile en un 40%, sin que existiese otra aerolínea que funcionase con un esquema de incentivos. Con la llegada de Sky al LCC y la respuesta de la competencia, el valor de los tickets ha continuado descendiendo en términos generales. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), los pasajes por avión se han reducido en 29,2% entre enero y junio, y de hasta 33,8% para los últimos doce meses.

JetSMART asegura que incentivará más la competencia con mayores descuentos en los pasajes. Su promesa es ofrecer boletos en avión un 40% más baratos en una tarifa estándar los que tendrán una equivalencia similares a los boletos de los buses interurbanos en los próximos años. Precisamente, la nueva compañía chilena establece que una fuente importante de sus pasajeros vendrá del viajero que utiliza el bus más que quitar mercado a las actuales líneas aéreas. Su acción será similar a la de Volaris en México, que con orgullo exhibe que hasta el 30% de sus pasajeros proviene del bus.

Sus directivos descartan por ahora fijar estimaciones en la participación de mercado –al menos no públicamente- pero si señalan que lograrán una visualización importante con sus bajos precios lo que ayudará a ampliar la cantidad de pasajeros que hoy se mueve por avión dentro de Chile. La ampliación del segmento de LCC en Chile deberá incidir en un descenso general de los precios tanto en tarifas promocionales como estándar, aunque dependerá de la presión que consiga JetSMART.

Proyecciones de Amadeus establecen que el modelo de LCC será uno de los catalizadores del turismo en el corto plazo en el país. Actualmente, esta industria ha conseguido escapar de la realidad de Chile, con crecimientos de 26% en 2016 que contrastan con el bajo desempeño económico del país de 1,6% para el mismo año. Para el proveedor tecnológico de la industria, este tipo de empresas continuarán impulsando el sector a medida el modelo se consolida con nuevos operadores y la transformación de los otros dos.

Un estudio realizado por Amadeus junto con Euromonitor y LatinFocus prevé que para este año se realicen más de 25,5 millones de viajes domésticos y cerca de 4 millones de viajes hacia el exterior, impulsados por un descenso de 30% de los precios de los pasajes y factores adicionales, como el turismo de compras con el viaje argentino como principal actor y su país como primer nuevo mercado de expansión internacional para las LCC en la zona del cono sur. Esta realidad ya se manifiesta con los nuevos destinos que Sky ha abierto en los últimos meses.

La irrupción de las LCC será sumamente positiva para el desarrollo de la industria turística ya que permitirá sumar nuevos pasajeros además de favorecer aquellos viajeros que ya viajan lo hagan con una mayor frecuencia. Sin embargo, esa mayor cantidad de pasajeros en el sistema inyectará una mayor presión en lo que respecta a infraestructura aeroportuaria, que en algunos casos puntuales como Santiago y a ciertas horas en regiones, presenta cierta saturación.

Considerando que los problemas de infraestructura no serán de rápida solución producto de las diferencias significativas entre los tiempos del Estado y la industria (líneas aéreas, actores del turismo), las posibles soluciones para los efectos derivados del aumento de pasajeros debiera venir de parte de la eficiencia en los servicios tanto del aparato público que intervienen en la aviación como de parte de los administradores de aeropuertos y cómo ambos logran establecer una cooperación para ir reduciendo los llamados cuellos de botellas en los terminales aéreos.

SCL Pasajeros counter (RD)
Foto: Ricardo J. Delpiano
Un caso interesante respecto a lo anterior, es la coordinación que Nuevo Pudahuel ha conseguido en Santiago al alinear servicios de Aduana y Policía de Investigaciones para asegurar que la mayor cantidad de funcionarios estén las horas de mayor flujo para asegurar tránsitos más rápidos de los usuarios. Si bien existe trabajo por hacer y limitaciones de infraestructura, la acción es positiva y puede ser replicada por otros concesionarios a lo largo del país.

Chile carece una red secundaria de aeródromos pero estos en su mayoría no es complementaria a la principal (es decir no atienden a un mismo destino), por lo que su habilitación en forma plena, es decir con infraestructura y equipamiento necesarios para garantizar operaciones de línea aérea, poco puede contribuir a disminuir la presión a los principales terminales aéreos del país. No obstante, el mejoramiento que se busca en este punto es positivo para continuar desarrollando la aviación, uno de los principales mecanismos de conectividad del país.

El auge de las LCC en países como Chile es atípica para el modelo pero puede entenderse como parte de la capacidad de adaptación que tienen las líneas aéreas para sortear los distintos escenarios. Por las condiciones demográficas y geográficas, es posible que el actual auge responda a un proceso de instalación como parte de una proyección regional futura. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una gran noticia es el comienzo de las operaciones de JetSmart, incentivará la competencia y definitivamente instaurará un modelo de bajo costo que aún no existe en Chile.