Por Ricardo J. Delpiano
Foto: Ricardo J. Delpiano |
CFM alerta de posibles fracturas en los discos de la turbina baja presión (LPT, por sus siglas en inglés) en el motor LEAP 1-B que equipa a la familia B737 MAX, las que habrían sido descubiertas en la fábrica y no durante los ensayos de vuelo. De hecho, Boeing indica que no se han presentado inconvenientes en el periodo de vuelos de prueba pero ha decidido paralizarlos como una medida de precaución hasta que se realicen todas las inspecciones correspondientes y se establezcan posibles soluciones.
El programa de vuelos del MAX 8 ha supuesto el uso de los motores durante más de 2.000 horas, lo que incluye pruebas al límite, todo como parte del programa de certificación que la aeronave consiguió en el mes de marzo. Asimismo, se han realizado más de 3.000 ciclos simulados para pruebas ETOPS de 180 minutos. La detención de los ensayos afectan a todos los modelos del MAX.
Boeing señala que esta suspensión preventiva no tendrá un impacto en el calendario de entregas, que comienza este mes. El fabricante mantiene la confianza de que el problema será de fácil solución por lo que será posible cumplir con las entregas durante el verano del hemisferio norte. Malindo Air, filial en Malasia de Lion Air, será el primer cliente en recibir un B737 MAX 8 a partir de la segunda quincena de mayo, seguida posteriormente de Norwegian. Boeing también prevé entregar durante este año los primeros B737 MAX 9, de mayor capacidad.
Jaime Jewell, vocera de CFM International, indica que la anomalía podría generar fracturas en los discos, según cita The Seattle Times. Agrega que estos como otras partes del motor son fabricados por distintos proveedores que trabajan directamente con CFM, aunque evita entregar los nombres de estos.
La tercerización en la fabricación de las partes de las aeronaves es una práctica común en la aviación como en cualquier industria. Sin embargo, en el caso particular de Boeing su uso excesivo le ha significado problemas no menores, principalmente en los últimos programas que desarrolla. El caso más evidente fue sin dudas los retrasos del programa B787 Dreamliner, del cual supuestamente se habrían sacado “lecciones aprendidas”.
En el LEAP 1-B, la turbina de baja presión incorpora cinco discos giratorios ubicados en la parte trasera del motor que son activados por el aire caliente que sale de la cámara de combustión, que impulsa el ventilador principal de la sección delantera.
CFM no ha aclarado el número de motores que ha entregado a Boeing y cuantos de estos podrían presentar inconvenientes. Por lo mismo, es difícil realizar estimaciones respecto a los plazos de solución en el caso de que se detecten problemas mayores.
El motor LEAP 1-B es esencial en el B737 MAX por la eficiencia de combustible que entrega, principal atributo del nuevo modelo. Según Boeing, esta puede alcanzar hasta el 14% en comparación a otros modelos y de hasta 20%, respecto a los primeros B737 Next Generation (series -600 al -900ER).
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