Por Ricardo J. Delpiano
Foto: Ricardo J. Delpiano |
La posible extensión de la medida alude a razones de seguridad por la posibilidad de que aparatos electrónicos puedan ser utilizados como instrumentos para cometer actos terroristas o que representen una amenaza a la seguridad. Para esta política, Estados Unidos se basa en el acto terrorista de febrero de 2016, cuando un atacante utilizó un ordenador portátil con explosivos en su interior para atentar contra el vuelo de Daallo Airlines entre Moghadishu y Djibouti. En el caso de Europa se justificaría porque sus aeropuertos son puntos de conexión para personas que vienen desde zonas en conflictos, principalmente Medio Oriente, y por la radicalización de ciudadanos europeos que pueden convertirlos en posibles amenazas a la seguridad.
David Lapan, vocero del Departamento de Estado, indica que como administración “nos gustaría expandir las restricciones”, según cita The New York Times. Desde la entidad agregan que “no se han tomado decisiones definitivas respecto a expandir las restricciones de dispositivos electrónicos de gran tamaño en las cabinas de las aeronaves; sin embargo, se lo está considerando. El Departamento de Seguridad Nacional continúa evaluando el entorno de amenazas y hará los cambios que sean necesarios para mantener seguros a los pasajeros”.
Las restricción considera a cualquier aparato electrónico personal con un tamaño mayor al de un teléfono celular, lo que incluye computadores personales, tablets, E-books, reproductores de DVD, cámaras fotográficas y videojuegos, que a partir de ahora, deberán ir en el equipaje chequeado en bodega.
El nuevo “baneo electrónico” podría perturbar los viajes de miles de pasajeros que utilizan los más de 350 vuelos diarios que existen entre Europa y los Estados Unidos, uno de los corredores aéreos más transitados del mundo. Por consiguiente, se traducirá en un fuerte impacto para la industria de la aviación, las políticas de las líneas aéreas y el turismo, especialmente hacia los Estados Unidos. Cualquier afección a la industria aérea se traducirá en efectos negativos para el empleo, uno de los aspectos que el propio Trump aseguró mantener e incrementar durante su mandado.
De acuerdo con información de Euromonitor difundida por CNN, más de 14,5 millones de personas viajan al año desde Europa a los Estados Unidos, lo que representa el 40% de visitantes a toda América. Según la Asociación de Viajes de Estados Unidos, los pasajeros europeos gastan en promedio entre US$ 3.000 y US$ 4.000 en cada visita, cifra ampliamente superior a los viajeros latinos o canadienses, cuyo gasto promedio apenas es de US$ 1.000 en cada viaje.
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) ha criticado la política del Presidente Trump como una “decisión no aceptable” a pesar de que entiende las circunstancias que por estos días afectan a los países. En ese contexto, invita a los Gobiernos a buscar soluciones alternativas. En el mes de marzo, Alexandre De Juniac, director general y CEO de IATA, dijo que “las actuales medidas no son una solución aceptable en largo plazo independiente de la amenaza que se desee mitigar. Incluso en el corto plazo es difícil entender su efectividad”.
En conversación reciente con Patrick Alexandre, vicepresidente ejecutivo Comercial de Air France – KLM, dijo que “cualquier decisión que bloquee o disminuya la manera de cómo la gente viaje es negativo para el transporte aéreo”. En su momento descartó cualquier efecto en la medida actualmente aplicada, ahora el holding franco-holandés prefiere esperar que restricciones se aplican para determinar un impacto.
El tráfico de pasajeros entre Europa y Estados Unidos es altamente significativo y rentable tanto para las aerolíneas como para los países, por lo que cualquier decisión genera consecuencias significativas. Por lo mismo, debiera suponerse que la extensión del “baneo electrónico” considerase algún tipo de negociación o acuerdo con la Unión Europea, a diferencia de lo que sucedió con los otros países en el que la decisión se aplicó unilateralmente, sin ningún tipo de aviso y ni oposición.
Las compañías aéreas de Europa como de Estados Unidos, serían las más perjudicadas porque deberán asumir el alto costo de implementar medidas adicionales para cuidar equipos electrónicos personales, generalmente de alto valor. También lo estarán aquellas compañías de África, Asia u Oceanía que poseen servicios aéreos con derechos 5ta libertad en ambos lados del Atlántico, tal como ocurre con Air New Zealand, Ethiopian, Jet Airways, entre otras.
Es altamente posible que cualquier costo adicional asociado a esta medida sea asumido por el usuario, quien podría pagar un cargo extra al pasaje o al traslado del equipaje en bodega si desea un cuidado superior o una protección a sus equipos personales. En ese caso, ese eventual cobro tampoco le garantizaría un cuidado completo ya que los riesgos de que se pierda el equipaje o que el viajero sea víctima de un robo de sus pertenencias en los aeropuertos por personal de la aerolínea o de terceros siempre estará presente. Hasta ahora, las aerolíneas que se han visto afectadas no han incurrido en cobros adicionales asociados a la restricción de aparatos electrónicos en cabina.
Las políticas unilaterales tomadas en un mundo globalizado sin consentimiento y bajo principios mayoritariamente subjetivos están abriendo nuevos focos de incertidumbre que se suman a todo el panorama de dudas presentes como consecuencia del surgimiento de nuevas amenazas a la seguridad. Como se había anticipado, nadie tiene la certeza de que decisiones, como las restricciones colocadas por la administración Trump, puedan ser replicadas por otros Estados (como ocurrió con el Reino Unido, por ejemplo) o incurran en un grado superior.
La industria aérea es la más afectada con medidas no consensuadas y también improvisadas, pero también tienen un impacto directo en el turismo, el empleo y la economía de los países, además de afectar las medidas de confianza que por años se han trabajado con los Gobiernos para facilitar la conectividad, la economía y la integración en el mundo.
Las nuevas amenazas a la seguridad aparecidas desde el término de la Guerra Fría son de carácter disperso, global y altamente adaptables a los distintos escenarios. Por lo mismo, se requiere de un adecuado servicio de inteligencia y de una voluntad política para compartir información, como únicos mecanismos para anticipar escenarios y mitigar posibles amenazas. La unilateralidad practicada por algunos países en el último tiempo ha demostrado ser incapaz para solucionar los problemas de seguridad, que lejos de disminuir han aumentado.
2 comentarios:
Realmente no sé hasta donde vamos a llegar con este señor Trump. No lleva ni un año y ya ha causado bastante polémicas e incertidumbres. De hecho creo que el mismo aumenta el nivel de Inseguridad con todas sus decisiones y está buscando un conflicto o un atentado serio, seguramente para invadir otro país.
Las restricciones a llevar computadores o cámaras en cabina lo encuentro una verdadera estupidez. Esta comprobado que quien quiera cometer atentados terroristas lo va ser igual sea como sea.
Según la lógica de Trump, ¿si colocan una bomba en un zapato nos prohibirán viajar con zapatos también?
Otro liberal hablando estupideces de Trump. Las polémicas son de los izquierdistas liberales que tienen a este mundo en la decadencia. Todo esto tiene culpable y comenzó con 11/9. Una bomba puede explotar de un teléfono y mas aun de un computador.
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