Aeropuerto de Santiago realiza positiva evaluación de nuevos estacionamientos y comienza cierre de “Custodia”

Por Ricardo J. Delpiano

Foto: Nuevo Pudahuel

El martes 4 de abril, Nuevo Pudahuel, sociedad concesionaria que administra el aeropuerto de Santiago, dio por finalizado el periodo de “marcha blanca” del nuevo estacionamiento “Maitén”, el cual inició su funcionamiento el pasado 23 de marzo.

Ubicado al sur del complejo aeronáutico, inmediatamente después del ingreso del peaje, el nuevo estacionamiento “Maitén” cuenta con más de 1.000 espacios para vehículos. Si bien se trata de un aparcadero su habilitación es de gran importancia para el aeropuerto, primero en todo lo relacionado con la calidad de servicio al usuario que el concesionario brinda y en segundo, lugar porque su apertura permite iniciar las obras del futuro terminal 2 de pasajeros que estará emplazado en lo que hasta ahora se conoce como estacionamiento “Custodia”.

De acuerdo con el concesionario, el nuevo estacionamiento tuvo un desempeño “adecuado” y en sus primeros días ha sido utilizado en un 65%. Respecto al servicio de buses gratuito que Nuevo Pudahuel dispuso para trasladar a los usuarios entre el aparcadero y el terminal, se indica que no hubo inconvenientes. Los buses tienen una frecuencia de 10 minutos y según las mediciones efectuadas, tienen un promedio de viaje de 2 minutos y 50 segundos. En el caso de cualquier contingencia, los controles de SABA permite que se despache otro transporte con capacidad para 40 personas. Nuevo Pudahuel puntualiza que el periodo de “marcha blanca” tuvo como objetivo familiarizar a los usuarios con este aparcadero temporal.

Los estacionamientos vehiculares forman parte de los servicios no aeronáuticos no comerciales y son de gran importancia para los usuarios. Por lo mismo, son considerados como ítem fundamental en la calidad de servicio que un aeropuerto ofrece. La saturación del actual terminal aéreo producto del retraso en los tiempos de acción por parte del Estado ha impactado significativamente en la calidad de servicio, siendo el estacionamiento “Custodia” uno de los más afectados. Por tal motivo y con el fin de avanzar con el cronograma de obras estipulado, Nuevo Pudahuel habilitó “Maitén” en el mes de febrero pero retrasos en la Inspección Fiscal del Ministerio de Obras Públicas (MOP) hicieron que recién fueran inaugurados casi un mes después.

Con el término de la marcha blanca, se concreta también el cierre del 35% del recinto “Custodia” original. Aquellos vehículos que se encuentren en el interior durante el cierre se les dejará un folleto con las indicaciones para retirarlo. Nuevo Pudahuel ha habilitado información a los usuarios en su sitio web como en las distintas plataformas comunicacionales para detallar el progreso de las obras.

Nuevo Pudahuel asegura que durante los años que duren los trabajos (2017-2020) no se afectará el número de estacionamientos mínimo que exigen las Bases de Licitación (BALI) del aeropuerto, que es de 3.730. Sin embargo, hay un reconocimiento de que habrá periodos de mayor oferta de plazas y otros de menos según el avances de las obras, pero nunca se dispondrá de un número inferior al establecido. Por consiguiente, el usuario no debiese ver afectado su nivel de satisfacción respecto a este servicio.

El concesionario del aeropuerto de Santiago espera concretar el cierre de Custodia en el mes de mayo y ha advertido a los actores involucrados que dicho plazo se debe cumplir, ya que en caso contrario se pone en riesgo los tiempos de ejecución de las obras principales de ampliación que permitirá adecuar la capacidad a las necesidades actuales y futuras de la principal puerta de entrada a Chile.

Actualmente, el aeropuerto de Santiago vive un momento paradójico. Por un lado, disfruta del crecimiento de la industria producto de las eficiencias desarrolladas por las líneas aéreas que están permitiendo aportar más pasajeros al sistema, la llegada de nuevos operadores y por una gestión proactiva de parte de Nuevo Pudahuel para incentivar la competencia, además de cumplir con la inversión anunciada. Por otro, sufre las inconveniencias de las respuestas tardías de parte de los organismos del Estado para atender los desafíos de infraestructura que necesita el transporte aéreo, además de una política de concesiones cuestionada por los altos cánones que deben ser entregados a las arcas fiscales y que obligan a cobrar altos precios en todos los servicios.