miércoles, 22 de marzo de 2017

Estados Unidos y el Reino Unido prohíben el transporte de aparatos electrónicos personales en cabina y abren nueva incertidumbre para los viajes aéreos

Por Ricardo J. Delpiano

United entretenimiento PED Private Screening (United)
Foto: United
Luego de la polémica por el bloqueo unilateral al ingreso de viajeros proveniente de países musulmanes, la administración Trump establece la prohibición de transportar aparatos electrónicos en cabina. A un día de conocerse la nueva regulación, el Reino Unido adopta una medida similar, con lo que los dos países abren un nuevo capítulo de incertidumbre en los viajeros aéreos.

Un tweet de Royal Jordanian publicado el 21 de marzo que indicaba que se suspende el transporte de equipos electrónicos en cabina como laptops, tablets, cámaras fotográficas o videojuegos, fue el que dio cuenta de la nueva medida del Gobierno de Estados Unidos, pese a no existir en su momento información oficial que lo corroborara. De poco sirvió que la aerolínea eliminara el mensaje en la red social horas después; la incertidumbre se había instalado en medios de prensa y especialmente entre los viajeros, quienes veían con enojo o desconcierto la aplicación de la inusual medida.

El Departamento de Seguridad de los Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) prohíbe a partir del 21 de marzo el transporte en cabina de artículos electrónicos personales más grandes que un teléfono móvil desde 10 aeropuertos que cuentan con vuelos directos y/o sin escalas hacia algún punto de los Estados Unidos. Entre los ítems incluidos están: computadores personales, tablets, E-books, reproductores de DVD, cámaras fotográficas y videojuegos, que a partir de ahora, deberán ir en el equipaje chequeado en bodega.

La medida afecta a los aeropuertos de Ammán (Jordania), Casablanca (Marruecos), Estambul (Turquía), Doha (Qatar), El Cairo (Egipto), Kuwait (Kuwait), Jeddah, Riyadh (Reino de Arabia Saudita), Dubái y Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos). Por consiguiente, las líneas aéreas Royal Jordanian, Royal Air Maroc, Qatar Airways, Turkish Airlines, Egyptair, Kuwait Airways, Saudia, Emirates y Etihad son las más afectadas.

El Reino Unido por su parte, establece una orden similar incluyendo a países del Medio Oriente como del Norte de África. En este caso, los países afectados son Egipto, El Líbano, el Reino de Arabia Saudita, Jordania, Turquía y Túnez. A diferencia de la orden del Gobierno de los Estados Unidos, quedan excluidos países como los Emiratos Árabes Unidos y Qatar, cuyas líneas aéreas aportan una conectividad significativa a las distintas ciudades del Reino Unido. Otra consecuencia distinta es que compañías británicas también se verán afectadas por la medida, incluyendo varias del tipo chárter y de bajo costo y tarifas bajas (LCC). En este caso, las tripulaciones de las líneas aéreas no se verán afectadas por la medida. 

Como el bloqueo a los viajeros provenientes de países musulmanes, ambas medidas generan polémica. Primero por la falta de advertencia previa que permita a los viajeros y a las compañías aéreas organizarse ante la nueva normativa. En segundo lugar, por la discriminación que establece, especialmente en caso de los Estados Unidos donde son las compañías de estos países afectados las que sufren la medida. En ambos casos, las aerolíneas que mantienen servicio entre los países y/o aeropuertos mencionados en la restricción y que transportan viajeros hacia/desde Estados Unidos o el Reino Unido, vía sus respectivos hubs no debieran ver alteraciones. Finalmente, está la incertidumbre que se genera entre los viajeros por las desconfianzas que existen en muchos de ellos sobre el trato que reciben o recibirán los equipajes despachados en bodega y en este contexto, respecto cómo se asegurará el cuidado de los equipos electrónicos que estén en el equipaje.

Por años, las líneas aéreas como los viajeros recomiendan no llevar artículos de valor ni equipos electrónicos personales en el equipaje despachado en bodega, con el fin de evitar posible daños y especialmente, robos en los aeropuertos que en muchos casos suelen ser cometidos por el propio personal que trabaja en la rampa, tal como ha quedado demostrado en varias oportunidades.

Para las líneas aéreas, el bloqueo no es algo menor. Además de implementar la nueva normativa quedan sujetas a cómo incorporan en sus costos cualquier gasto adicional por concepto de indemnización que deben entregar al pasajero cuando su equipaje o equipo electrónico personal sufra algún daño, robo o pérdida. Un aspecto no menor ya que además del valor monetario está el valor de la información que los equipos pueden transportar que no necesariamente es fácil de recuperar o de valorar. En cualquier caso, el pasajero será el más afectado.

Por las consecuencias derivadas, se prevé que las medidas tendrán un alto costo de implementación y posiblemente repercute en el costo final del transporte, obligando al pasajero asumir en un gasto adicional cada vez que viaja, por ahora desde/hacia los aeropuertos o países mencionados. Si se llega a implementar en forma definitiva, las líneas aéreas que se vean afectadas podrían solicitar cobros extras –posiblemente con un valor no menor en comparación a otros ítems- para todos aquellos pasajeros que lleven equipos electrónicos en su equipaje de bodega. Estados Unidos ha establecido un plazo de 96 horas para implementar la nueva regulación, que de no ejecutarse, podría generar consecuencias para la línea aérea como la pérdida de sus derechos de vuelo o certificado en los Estados Unidos.

Información reproducida por medios de prensa indican que la decisión de las autoridades estadounidenses no guarda relación con los reclamos que algunas de sus líneas aéreas (American Airlines, Delta Air Lines y United Airlines) realizan contra las compañías aéreas globales del Medio Oriente (Emirates, Etihad y Qatar Airways). La razón de la medida está justificada sólo en aspectos relacionados con la seguridad nacional tomando como base la existencia de amenazas terroristas.

La explosión en vuelo de un Airbus A321 de Daallo Airlines en febrero de 2016, tras despegar de Moghadishu con destino a Dijibouti, fue el hecho que determina la medida, han dicho las autoridades estadounidenses. Las investigaciones indicaron que el incidente fue producido por explosivos colocados en un ordenador portátil a bordo.

En el caso del Reino Unido, no se dieron razones adecuadas que permitan entender o justificar la decisión, lo que genera más incertidumbre.

Por ahora, la medida rige a sólo 10 aeropuertos que de acuerdo con las declaraciones de funcionarios estadounidenses serían tránsito de posibles terroristas. Como en el bloqueo a viajeros en los Estados Unidos, la medida no distingue u omite la realidad de que posibles atacantes terroristas puedan ingresar al país por medio de conexiones en otros aeropuertos o países no afectados por la medida o incluso cometer sus ilícito desde los propios territorios.

Sea Estados Unidos o el Reino Unido, las medidas abren nuevos focos de incertidumbre que se suman a todo el panorama de dudas que las últimas decisiones políticas están generando y condicionando los viajes aéreos. Nadie puede afirmar si estas unilaterales decisiones puedan extenderse a otros aeropuertos y líneas aéreas, o si pueden ser replicadas por más Estados que también poseen o suelen declarar un alto grado de amenaza. En cualquiera de los dos casos, la industria aérea (viajeros inclusive) es la más afectada y nuevamente ve cómo las decisiones políticas tomadas de manera improvisada y sin acuerdos, afectan los trabajos que por años han facilitado la conectividad, la economía y la integración entre los países.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es el colmo el nivel de persecución y odiosidad del señor Trump, un presidente que actúa como si fuera su empresa y todos somos sus empleados.

La medida la considero discriminatoria y hasta estúpida. Seguro que los terroristas viajan sólo en esas líneas aéreas o desde esos aeropuertos.

Anónimo dijo...

No querías globalización, esto es el costo que se debe pagar.

Anónimo dijo...

Prohibición de dispositivos musulmanes, la nueva estupidez.