viernes, 22 de noviembre de 2013

easyJet y Airbus finalizaron pruebas de tecnología AVOID para la detección de cenizas volcánicas

Por Ricardo J. Delpiano

A340-300 equipado con sistema AVOID. Foto: Airbus SAS
Hace unos días, finalizaron con éxito las pruebas de la tecnología AVOID para la detección de cenizas volcánicas en vuelo. Los ensayos se realizaron gracias a los esfuerzos conjuntos de easyJet, Airbus Industries y Nicarnica Aviation y tuvieron como escenario Islandia, país famoso por la erupción del volcán Eyjafjallajökull, que en 2010 provocó un cierre sin precedentes de todo el espacio aéreo europeo. En esa oportunidad, se cancelaron en Europa más de 100.000 vuelos y la industria de la aviación sufrió pérdidas brutas por US$ 2.600 millones.

Los ensayos se realizaron con un A400M que dispersó una tonelada de cenizas en la atmósfera a una altura de entre 9.000 y 11.000 pies. La intención era crear unas condiciones similares a las que se dieron en la erupción de 2010. Posteriormente, un A340-300 –provisto con tecnología AVOID- voló hacia la nube de cenizas identificándola y midiéndola desde una distancia de 60 Km. A bordo, el personal de easyJet colaboró en la observación del proceso y en la medición.

Al experimento se sumó también un Diamond DA42 de la Universidad de Düsseldorf, para volar dentro de la nube y tomar medidas que ayudan a corroborar las medidas tomadas por el sistema AVOID.

La nube de cenizas creada durante la prueba tuvo unas medidas de entre 600 y 800 pies de profundidad y 2,8km de diámetro. Al principio, la nube era visible para el ojo humano pero se dispersó rápidamente, siendo entonces mucho más difícil de identificar. El sensor AVOID detectó la nube de cenizas y midió su densidad, que oscilaba entre 0,1 y 1 g m-2 – o concentraciones de entre 100 y 1.000 μg m-3. Estas concentraciones están dentro de los niveles medidos durante la crisis volcánica del Eyjafjallajokul en abril y mayo de 2010.

“La amenaza de los volcanes de Islandia aún continúa y estamos muy satisfechos con los resultados de este experimento único e innovador”, comenta Ian Davies, director de Ingenería de easyJet. Agrega además, que “encontrar una solución es ahora más importante que nunca para garantizar que no se vuelvan a ver escenas como las que se dieron en 2010, cuando se cerró el espacio aéreo europeo durante varios días. Este es un paso clave en las pruebas de esta tecnología y un avance hacia la certificación comercial”.

Equipo de easyJet durante la medición. Foto: Airbus SAS
easyJet trabajará desde ahora en el desarrollo de un sistema independiente no-integrado, el que espera implementar en algunos de los aviones de la flota para fines de 2014. Para easyJet la participación en la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías es algo fundamental y se enmarca dentro de las actividades de la compañía para desarrollar una operación sustentable. Gracias a la inversión en el desarrollo de nuevas tecnologías y a la utilización de materiales más ligeros en sus aviones, la huella de carbono por pasajero en easyJet es un 22% menos que otra aerolínea.

El sistema AVOID puede ser comparado con un radar meteorológico que utilizan los aviones, pero para la detección de cenizas. Creado por el doctor Fred Prata de Nicarnia Aviation, el sistema utiliza una tecnología de infrarrojos instalada en el avión que suministra imágenes a los pilotos y al centro de control de operaciones (CCO) de la compañía aérea.

Las imágenes permitirán a los pilotos identificar nubes de ceniza hasta 100 kilómetros de distancia y en altitudes que varían entre 5.000 y 50.000 pies, lo que les permite hacer pequeños ajustes en ruta para evitar la nube de cenizas. En tierra, la información de los aviones que cuenten con la tecnología AVOID se utilizará para recrear imágenes precisas de las nubes de ceniza volcánica con datos en tiempo real.

La implementación de este sistema en la aviación comercial podría ser útil para asegurar la operación a través de otros espacios aéreos que no estén afectados por la nube, minimizando las incidencias para los pasajeros y los costos para las aerolíneas que una situación de este tipo conlleva.

Con motivo del término de los ensayos Prata comenta que “el experimento único ha demostrado que las bajas concentraciones de cenizas pueden ser identificadas por el sensor AVOID”. “El gran éxito de los resultados de este complejo experimento que incluía la dispersión de 1.000kg de ceniza fina en un pequeño espacio aéreo, controlando cuatro aviones y coordinando las medidas desde dos de los aviones, es la muestra del compromiso y las habilidades de easyJet y los ingenieros de Airbus así como un buen ejemplo de unión entre la ciencia y la industria para resolver un importante problema”, señala.

Charles Champion, vicepresidente ejecutivo de Airbus y Jefe de Ingenería, añade que “estamos en el principio de un invento que puede convertirse en una solución útil para la aviación comercial que ayudará a prevenir y evitar irrupciones de ceniza volcánica a gran escala”. Comenta también que “desde que se creó hace más de 40 años, Airbus ha apoyado y realizado numerosos programas de prueba de manera independiente y también en colaboración con otras organizaciones”. “Con AVOID queríamos comprobar que el concepto de detección de cenizas puede funcionar – y así lo hemos demostrado en las pruebas”, puntualiza.

Para el Instituto de Ciencias de la Tierra de Islandia, el riesgo de que se repita otra erupción volcánica en Islandia sigue siendo alto. “Las erupciones volcánicas explosivas en Islandia ocurren una vez cada cinco años de promedio. Cuando el viento sopla del noroeste, la ceniza se traslada hacia Europa, como pasó en la erupción del Eyjafjallajökull en 2010. Fue una coincidencia que no sucediera en las siete erupciones explosivas que tuvieron lugar entre 1970 y 2010, en las que las cenizas fueron mayoritariamente desplazadas fuera de Europa por el viento del sur”, señala en organismo.

La entidad asegura que tomando en cuenta el relativamente largo tiempo que ha pasado desde las últimas erupciones en dos de los volcanes más activos de Islandia -Hekla y Katla-, se debería contemplar la posibilidad de que ambos entraran en erupción. “Es imposible predecir cuándo o dónde tendrá lugar la próxima erupción. Lo que es seguro es que eso ocurrirá”, sentencia.

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