Por Ricardo J. Delpiano
Foto: Ricardo J. Delpiano |
La decisión se adoptó como una medida “adecuada” tras encontrar indicios de alteración en las células de las baterías del dispositivo. Sin embargo, se precisó que todavía no está claro si la combustión se habría originado por una liberalización de energía de las mismas baterías o bien como consecuencia de un corto circuito.
Según la AAIB, la investigación técnica inicial determinó un daño extenso provocado por el calor en la parte trasera y superior del fuselaje, con efectos en la estructura y aislamiento. Las temperaturas más altas se ubicaron en la parte de superior trasera del fuselaje y las cuales se fueron desplazando hacia la izquierda de este, zona que coincide con la ubicación del ELT y su sistema de cableado.
Como medida de precaución la AAIB recomendó iniciar acciones respecto a las baterías RESCU406AFN de Honeywell hasta que se complete las acciones correspondientes que permitan garantizar la aeronavegabilidad de la aeronave. Asimismo se recomienda iniciar una revisión de la seguridad de las instalaciones de alimentación de la batería del ELT e iniciar las acciones correspondientes tanto en la flota de B787 o en otros aviones.
Honeywell indicó que valora las recomendaciones realizadas, dado que la seguridad de las operaciones aéreas es la prioridad número uno de la empresa y precisó que apoyará a Boeing y a las aerolíneas en todo lo necesario.
Boeing por su parte, manifestó también su apoyo a las investigaciones que se llevan a cabo, aunque precisó que mantiene su confianza en la seguridad del B787. El fabricante estadounidense hizo un llamado a no sacar conclusiones apresuradas antes de que finalicen completamente las investigaciones.
Las baterías del ELT son distintas a las que provocaron la paralización de todos los B787 a principios de año y las investigaciones finales, permitirán determinar si corresponde a un problema puntual, a situaciones más complejas o bien a la operación de la aeronave.
El modelo de ELT instalado en el B787 posee un conjunto de baterías de dióxido de litio-manganeso (LiMnO2), las que permiten operar este dispositivo en forma independiente al resto de los sistemas de energía del avión. Honeywell ha fabricado a la fecha alrededor de 6.000 unidades del modelo instalado en el B787 de Ethiopian. La AAIB señaló que la situación ocurrida el 12 de julio en el aeropuerto de Heathrow es la única que se registrado.
Por el momento, las aerolíneas que operan el B787 mantienen en servicio todos sus aviones mientras el fabricante continúa con la producción, aunque los resultados de las investigaciones finales podrían cambiar este panorama.
Por ahora pocos se aventuran a especulaciones acerca de una nueva paralización del avión, situación que sería catastrófica tanto para el fabricante –que todavía no consigue determinar las causas de las fallas de sus baterías de ion litio- como para las aerolíneas, las cuales volverían a verse complicadas con sus planes de crecimiento, sin mencionar los millonarios costos que implica paralizar y someter a trabajos a toda una flota.
En ese sentido, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) y la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA), descartan por ahora una nueva paralización del B787. A la fecha existen 68 B787-8 en servicio y alrededor de 30 más en producción, incluyendo el primer B787-9 cuyo roll out se realizó este jueves sin grandes anuncios. Dentro de la producción, se encuentran los dos ejemplares que deben entregarse a LAN este año y que están estacionados desde hace días a pesar de que otros aviones construidos después ya efectúan vuelos de prueba o se preparan para su entrega.
Los inconvenientes presentados por el B787 deben entenderse como parte de los costos de incorporar una nueva tecnología que antes no se había utilizado en la aviación, pero también como en una seguidilla cadena de errores de la industria aeronáutica y de las instituciones de aviación de los Estados Unidos.
De todas formas, las baterías, la paralización de la flota, problemas eléctricos, de los frenos, fisuras en las ventanas, menores pesos de lo prometido y reiterados eventos a que han afectado al avión, opacan el éxito inicial del B787 a pesar de que todavía se lo considera como tal en lo referente a ventas. Las situaciones que aquejan al programa Dreamliner, impiden que a casi dos años de su puesta en servicio, el avión todavía no pueda cumplir plenamente el rol para el cual fue diseñado.
1 comentario:
Hola Ricardo,
una consulta para cuando se estima la recepción de los aviones CC-BBD y BBE??
Atentamente
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