lunes, 4 de marzo de 2013

Boeing 787 sin cronograma para reanudar los vuelos

Por Ricardo J. Delpiano 

Boeing 787 motor desde atrás (RD)
Foto: Ricardo J. Delpiano
Tras la presentación por parte de Boeing de una propuesta para mitigar los posibles problemas causados por las baterías de ion-litio del Dreamliner, la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA por sus siglas en inglés) ha señalado que no establecerá un calendario para el levantamiento de medida que mantiene paralizados a los 50 B787 entregados.

La clarificación la realizó el propio administrador de la FAA, Michael Huerta ante las consultas realizadas durante el Foro de la Asociación Americana de Abogados de Derecho Aeronáutico y del Espacio, celebrado la semana pasada en Washington D.C. La máxima autoridad de la entidad de aviación estadounidense, señaló que la solución del problema de las baterías está siendo “cuidadosamente analizado”, sin indicar algún tipo de guía sobre el análisis de la propuesta realizada por el fabricante. Indicó también que el personal técnico de la FAA está trabajando arduamente en el B787, pero no se realizará alguna precisión de la medida hasta que se garantice que el B787 es completamente seguro.

La postura de la FAA ha sido considerada como cauta, ante los cuestionamientos por la forma como se ha procedido a la certificación del B787 realizados por sectores de opinión y profesionales de la industria de la aviación de los Estados Unidos. En los últimos años, las certificaciones de los aviones se han realizado por un programa de auto-vigilancia desarrollada por los propios fabricantes, con personal calificado aceptado por la FAA para llevar a cabo en nombre de la institución las revisiones correspondientes.

Para algunos, esta situación se da dentro de un conflicto de interés, pero la defensa de la Autoridad Aérea ha sido destacar que el organismo posee las capacidades para mantener las normas de seguridad y asegurarse que los aviones cumplan con lo adecuado. El administrador Huerta ha señalado también que la mejor manera de reforzar la seguridad es mantener los canales de comunicación abierta entre empresas y gobierno.

Ante el incierto panorama, las aerolíneas continúan actualizando sus itinerarios postergando la operación del B787. Las primeras fueron United y LOT, compañías que indicaron que mantendrán desprogramado el Dreamliner hasta octubre y agosto respectivamente. Le han seguido casos como el de LAN que ha extendido el plazo hasta el 29 de junio, ANA y JAL que lo mantendrán fuera de la programación hasta fines de mayo. La última en modificar los itinerarios ha sido Qatar Airways, dejando fuera al B787 hasta abril.

Cabe señalar que la programación o desprogramación de itinerarios del B787 no implica per se que las compañías vayan a reanudar por voluntad propia las operaciones, como ha sido mal interpretado por algunos de prensa. La mayoría de las compañías se mantienen atentas a las directrices que emitan las Autoridades Aéreas y del fabricante. Sólo Air India se ha aventurado a indicar que espera volver a poner en servicio sus B787 a partir del mes de abril, aunque en la práctica se cuestiona si la firma logrará implementar dichas operaciones.

La FAA no posee jurisdicción fuera del territorio y espacio aéreo de los Estados Unidos, pero al igual que la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), su actuar trasciende las fronteras y es considerado un referente para la industria de la aviación.

Mientras tanto los operadores del Dreamliner han buscado la forma de compensar los servicios de este avión con equipos de similar capacidad y prestaciones, pero la extensión de la medida por tiempo indefinido comienza a afectar la programación debido a la falta de aviones. Así, United, ANA, JAL ya realizaron cancelaciones de rutas, lo mismo que LAN que ha cancelado el segundo servicio a Madrid planificado a partir de abril. Qatar Airways indicó hoy que producto de la paralización se afectarán las operaciones que pretende abril desde Doha a Chicago O’Hare y Chengdu en China. La primera comenzará con un servicio reducido, mientras que la segunda quedó suspendida indefinidamente.

Ante la presión mediática y de la propia industria de la aviación, el presidente ejecutivo Jim McNermey ha escrito cartas de disculpas a las aerolíneas operadores del Dreamliner y que han sufrido problemas con las baterías de ion-litio y ha solicitado la colaboración de técnicos de General Motors y General Electric para la colaboración con la solución al problema, según indicó la semana pasada el Wall Street Journal (WSJ).

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