Por Ricardo J. Delpiano
Tal como estaba previsto,
ayer martes 19 de febrero, culminaron las operaciones en el antiguo aeropuerto
Mariscal Sucre ubicado en la zona norte de la ciudad de Quito, cerrando un capítulo
no sólo de la aviación ecuatoriana sino que de toda América Latina.
A las 19:01 horas de ayer,
un Airbus A319 operando el vuelo de TAME EQ321 fue el último en despegar desde
la pista 35 del Mariscal Sucre. En las horas previas, un centenar de personas
se agruparon en las inmediaciones del aeropuerto para retratar como fuera
posible las últimas operaciones de aquel terminal aéreo que marco la vida de
los quiteños por 53 años. Veinte minutos más tarde, se apagaron definitivamente
las luces de las pistas, dejando un agujero negro en la capital ecuatoriana. La
alcaldía de Quito despidió el aeropuerto con un show de fuegos artificiales, los
cuales iluminaron un rato el cielo en un reemplazo temporal de las luces de los
aviones.
En la historia quedaron las espectaculares aproximaciones sobre la ciudad de Quito, así como el paisaje aeronáutico-urbano del antiguo aeropuerto Mariscal Sucre. Foto: Enos Moura
La vida del ahora antiguo
Mariscal Sucre comenzó hacia 1935 cuando sus terrenos eran utilizados como
campo de aviación con una precaria infraestructura. En agosto de 1960 fue
inaugurado como aeropuerto internacional con instalaciones adecuadas, cuya obra
gruesa permaneció hasta el día de ayer casi sin modificaciones. En el año 2000,
por medio de un Decreto Presidencial 885, el Estado de Ecuador cedió al
Municipio de Quito la operación del aeropuerto y el desarrollo del proyecto de
construcción de un Nuevo Aeropuerto. Dos años después, la Municipalidad firmó
una alianza estratégica con la Canadian Commercial Corporation (CCC), los
contratos de concesión y construcción, diseño, financiamiento y operación del
Nuevo Aeropuerto de Quito y la operación del entonces Mariscal Sucre. En 2003,
Mariscal Sucre vio mejoradas sus instalaciones, con la incorporación de puentes
de embarque, ampliación de las áreas de salida y llegada de pasajeros,
modernización de equipos y zonas de control.
En 2006 comenzaron las obras
del Nuevo Aeropuerto de Quito en Tababela, ubicado hacia el oriente de la
capital ecuatoriana. Su inauguración
estaba prevista para 2010, pero las obras se retrasaron producto de una larga
negociación entre el Municipio y la Corporación Quiport, que finaliza con la
resolución de la Contraloría del Estado que validó el informe de la alianza
estratégica celebrada años atrás. Así fue posible continuar los trabajos y el 9
de mayo, el Alcalde de Quito Augusto Barrera, aterrizó por primera vez en
Tababela para iniciar la prueba de luces de la pista. En julio, un Boeing
757-200 de American Airlines dio inicio a las pruebas comerciales del nuevo
complejo. Posteriormente, se fijo el día 20 de febrero de 2013 como la fecha
para la puesta en servicio, lo que ocurrió temprano por la mañana del día de
hoy.
Vista del área de check-in del terminal y del área general del nuevo aeropuerto de Quito desde el umbral de la pista 36. Foto: Aeropuerto Internacional de Quito
Ayer por la mañana, el
Presidente de la República de Ecuador, Rafael Correa, inauguró el nuevo
Aeropuerto Internacional de Quito, ubicado en la localidad de Tababela. En su
intervención, el reelecto mandatario destacó que el aeropuerto es un beneficio
no sólo para Quito sino para toda la Nación, ya que señaló que el 65% de los
ingresos internacionales lo hacen a través del aeropuerto de la capital
ecuatoriana. Adicionalmente, mencionó que el nuevo aeropuerto forma parte del
compromiso de su gobierno por construir y repotenciar los aeropuertos del país,
pensando en la “Patria grande” de Latinoamérica, según su discurso.
Ubicado a 18 kilómetros de
Quito en la localidad de Tababela, el nuevo Aeropuerto de Quito mantendrá el
nombre de Mariscal Sucre, como un intento de darle continuidad a la historia
aeroportuaria ecuatoriana. Posee un amplio terminal de pasajeros, un edificio
satélite, terminal de carga, zona industrial, calles de rodaje y una de las
pistas más largas de Latinoamérica con 4.100 metros de longitud por 45 de ancho.
El largo de pista y su ubicación en terrenos más bajos, permitirá a las
aerolíneas reducir las restricciones operativas en cuanto de carga de pago que
sufrían en el antiguo aeropuerto. Su localización permite además, ampliar la
infraestructura a casi el doble, algo que no era posible antes por estar
rodeado de la ciudad. En una segunda fase, se proyecta la construcción de una
segunda pista de 2.400 metros de largo por 45 de ancho, además de la ampliación
de plataforma y terminales.
Gracias a su ubicación en terrenos más bajos y a una pista más larga, las operaciones aéreas se verán beneficiadas al reducir las restricciones en cuanto a carga de pago que sufrían en el antiguo Mariscal Sucre. Foto: Enos Moura
El cierre del antiguo
aeropuerto y la inauguración del nuevo complejo en Tababela representan un
evento importante para la aviación latinoamericana en momentos en que la región
vive una crisis en su infraestructura aeroportuaria debido a una falta de
capacidad.
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