Por Ricardo J. Delpiano
A pesar de la paralización
de toda la flota Boeing 787 a nivel mundial, Aeroméxico mantiene sus planes de
conseguir un importante crecimiento en la capacidad ofrecida durante el año,
además de una mejor rentabilidad de sus rutas, así como factores de ocupación
más altos. Para alcanzar estos objetivos, la compañía espera beneficiarse del favorable entorno
económico de México y de la posición de liderazgo que mantiene, tanto a nivel
doméstico como en segmentos internacionales.
Aeroméxico ha revisado sus planes para su flota B787, pese a los inconvenientes registrados con esta aeronave. Foto: Aeroméxico / Boeing
Para este 2013, Aeroméxico
espera crecer sobre un 6% en capacidad, impulsado en parte por las rutas internacionales
de larga distancia, en las cuales la aerolínea reemplazará gradualmente los
B767-200ER por los nuevos B787-8 a partir del cuarto trimestre de este año. Inicialmente,
Aeroméxico esperaba recibir su primer B787-8 a mediados de año, pero los
últimos inconvenientes con el programa Dreamliner y la paralización completa de
la flota a nivel mundial han obligado a la compañía a retrasar sus planes.
Debido a la incertidumbre
que presenta el programa B787, Aeroméxico ha decidido extender el leasing de
algunos de los B767, evitando que sus operaciones de largo alcance se vean
afectadas por falta de materia de vuelo adecuado.
De acuerdo al plan de flota,
serán tres equipos los que se incorporarán a la flota de la aerolínea azteca,
los cuales se utilizarán para las rutas desde Ciudad de México a Londres (LHR),
París (CDG) y Nueva York (JFK). Actualmente, las dos primeras son operadas por
B767-200ER mientras en que la tercera es atendida por B737-800, por lo que la
introducción del Dreamliner significará un importante incremento en la oferta
de asientos.
Con la incorporación de los
restantes seis B787-8 a partir de 2014, Aeroméxico irá reemplazando los B767 en
las rutas a Asia, comenzando con Tokio-Narita, para continuar luego con las
rutas hacia Barcelona, Buenos Aires y Santiago. Las capitales de Argentina y de
Chile serían las últimas en ser operadas con el Dreamliner, rutas en las cuales el B767 constituye un avión adecuado, tanto por prestaciones como por capacidad ofrecida. Paralelamente, la
compañía mantendría la operación con B777-200ER a Madrid, Sao Paulo y Shanghai-Pudong,
al menos hasta la introducción de los primeros B787-9.
Aeroméxico posee pedidos por
nueve B787-8 y 10 B787-9, aviones que conformarán la flota de largo alcance de
la compañía reemplazando los B767-200ER/-300ER y B777-200ER. La aerolínea
confía en el B787 para incrementar la capacidad en los vuelos internacionales,
además de optimizar todas las rutas de larga distancia con una flota homogénea,
la cual es necesaria para incrementar la rentabilidad de la operación.
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