Por Ricardo J. Delpiano
Foto: Ricardo J. Delpiano |
La
compañía, que en la actualidad es el más antiguo y más grande FBO (Fixed Based
Operations), comenzó sus vuelos hacia el valle del Huasco el 16 de agosto de
2011 con dos frecuencias semanales los días lunes y viernes. Al poco tiempo
después, la aerolínea amplió sus operaciones incorporando una frecuencia adicional
los días miércoles, en respuesta a la demanda de sus clientes, quienes
necesitaban contar con una frecuencia a mediados con objetivo de ofrecer mayor
flexibilidad en el traslado de los pasajeros.
La
ruta Santiago-Vallenar-Santiago se realiza en uno de los dos aviones Dornier
Do328 con capacidad para 31 pasajeros. Estos aviones comenzaron a ser
adquiridos con el propósito de modernizar la flota de la compañía, complementar
las operaciones corporativas y vuelos chárter, además de implementar servicios
regulares.
Como
todas las operaciones de Aerocardal, las salidas se realizan desde el terminal
privado que dispone la aerolínea en el sector norte del aeropuerto Arturo
Merino Benítez. En sus instalaciones ofrece todos los servicios que se pueden
encontrar en cualquier terminal de pasajeros pero con un ambiente de mayor
privacidad. Así por ejemplo los pasajeros realizan un check- in en mostradores
exclusivos para luego pasar a una cómoda sala de espera antes de abordar el
vuelo. El terminal dispone de una zona de revisión de equipaje propia –proceso realizado
por el personal de la Dirección General de Aeronáutica Civil-, además de tener
habilitado casetas de migración.
En
ambos tramos, la aerolínea ofrece un personalizado servicio abordo consistente
en un snack/desayuno, además de diarios y revistas gratuito. Este es realizado
por tripulantes de cabina, empleo que la compañía comenzó a implementar
precisamente el año pasado con la llegada de las nuevas aeronaves.
Hasta
la fecha, se han realizado 119 operaciones con un indicador de puntualidad de
98,5% y una fiabilidad del 100% en los despachos.El factor de ocupación de los vuelos está situado en un 68%.
Aerocardal
orienta su ruta Santiago-Vallenar-Santiago en el viajero Premium aprovechando
su amplia experiencia en la aviación corporativa, uno de los principales rubros
que maneja la compañía. Para el emprendimiento que significa esta ruta, la
compañía fundamenta sus operaciones en la presencia de grandes corporaciones
basadas en Vallenar y todo el valle del Huasco, cuyos pasajeros demandan la
necesidad de viajes hacia la capital en forma rápida y lo más directa posible.
Hasta antes de la implementación de estos vuelos, cualquier ejecutivo o
pasajero que buscaba llegar hasta Vallenar debía viajar por avión hasta Copiapó
para luego trasladarse casi dos horas por tierra hasta su destino final o bien,
hacer el tramo por tierra desde Santiago.
Por el momento, la ruta a Vallenar es
considerada como el primer paso para evaluar la implementación de servicios
regulares similares a otras localidades del país que no cuentan con enlaces
aéreos regulares. De resultar viables en el largo plazo, la iniciativa de
Aerocardal podría ser considerada como un resurgimiento tentativo de una
aviación regional en el país, algo que no se aprecia desde la desaparición de
la aerolínea A.L.T.A. en la década de 1990. El éxito de estos servicios
dependerá de la cantidad de pasajeros dispuestos a pagar por este tipo de
servicios y la capacidad que tengan estas compañías para disputar ese segmento
a las líneas aéreas tradicionales.
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