Por Ricardo J. Delpiano
En
su recta final se encuentra el futuro aeródromo de Castro, el cual debiese ser
inaugurado durante el segundo semestre de este año, permitiendo a la Isla
Grande de Chiloé contar con las herramientas para el establecimiento de
servicios aéreos comerciales entre la isla y el resto del país.
Sin
embargo, en el último tiempo las obras no han estado ajenas a la polémica
cuando el 27 de enero pasado la Contraloría informó de una serie de
irregularidades en la construcción del complejo. Según determinó la institución
se detectaron irregularidades administrativas con contratistas que no figuraban
en la lista de empresas inscritas del Ministerio de Obras Públicas y pagos de dinero a contratistas por obras que
no habían sido ejecutadas al momento de la emisión. Además se notificaron irregularidades
técnicas como tejas desprendidas en la torre de control y en el terminal de
pasajeros, presencia de humedad en los muros, acumulación de agua en cámaras
eléctricas del exterior y filtraciones de agua hacia el interior del terminal.
Según
informa Radio Bío-Bio esta semana, el Ministerio de Obras Públicas aseguró a
través de su SEREMI en la Región de Los Lagos, que todas estas irregularidades
han sido resueltas, confirmando además que el próximo 30 de junio la empresa Consorcio
Aeródromo de Chiloé solicitará la recepción de las obras del aeródromo.
De
acuerdo a ese medio, las inversiones realizadas fueron de 15 mil millones de
pesos, 9 mil millones más barata que el presupuesto oficial. El
nuevo aeródromo contará con una pista de 1.810 metros de largo, la cual estará
unida a la plataforma de estacionamiento por dos calles de rodaje, situadas en
el último tercio de la pista. El terminal de pasajeros albergará dependencias
de la Dirección de Aeronáutica, áreas de servicio para los viajeros, oficinas
de empresas aéreas y salas de embarque y arribo para los pasajeros.
El
año pasado, se informó que la infraestructura del aeródromo debiera poder atender
adecuadamente un flujo de turistas de alrededor de 300 mil personas por año, el
cual podría incrementarse dependiendo de cuál de todos las aerolíneas
establezcan operaciones y en qué forma. Considerando que en el último tiempo
las líneas aéreas chilenas se han destacado por incentivar la demanda de
pasajeros con atractivas estrategias comerciales a través del factor precio, es
posible que el flujo de viajeros pueda ser mayor.
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