lunes, 6 de abril de 2020

Nuevo Pudahuel proyecta fuerte descenso de la actividad aérea en aeropuerto de Santiago y comunica medidas sanitarias adicionales

Por Ricardo J. Delpiano

SCL desinfección de buses (Nuevo Pudahuel)
Foto: Nuevo Pudahuel
Reconociendo un drástico impacto del COVID-19 en la aviación, Nuevo Pudahuel estima una disminución del tráfico aéreo de pasajeros en el aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago entre un 30% y un 45% para marzo. Según la sociedad concesionaria, la cifra porcentual se incrementará significativamente en abril debido a las cancelaciones de la mayoría de los vuelos.

Los vuelos internacionales son los más afectados debido a la suspensión temporal de los servicios producto del cierre unilateral de las fronteras por parte de los Gobiernos y la caída de la demanda de viajes. A fecha de hoy, la mayoría de las compañías aéreas que operan en el aeropuerto de Santiago han suspendido temporalmente sus vuelos y sólo una (Alitalia) ha dejado de operar. Las estimaciones iniciales consideran que las reanudaciones de los vuelos podrían comenzar en mayo de una manera muy gradual y sujeto a las condiciones imperantes.

Hasta ahora, los vuelos domésticos se mantienen con frecuencias y rutas limitadas. LATAM mantiene operaciones específicas a las capitales regionales y a la ciudad de Calama, con suspensiones de servicios a Isla de Pascua, Castro y Osorno, mientras JetSMART continúa volando en cinco rutas desde Santiago. Sólo SKY mantiene suspendidos sus servicios al menos hasta el 30 de abril.

Nuevo Pudahuel reconoce que la pandemia del COVID-19 ha afectado al tráfico aéreo en todo el mundo desde febrero 2020. Si bien la cantidad de pasajeros ha descendido, la mantención de ciertos vuelos domésticos implica la presencia de pasajeros y personal aeronáutico y no aeronáutico esencial en el terminal, a quienes es necesario brindar seguridad tanto física como sanitaria. Por consiguiente, se disponen de nuevas medidas para proteger a las personas.

Desde el comienzo de la emergencia sanitaria, la sociedad concesionaria que administra y construye el aeropuerto de Santiago ha reforzado medidas como la disponibilidad de alcohol gel y lavamanos móviles en todo el terminal, sanitización de oficinas e instalaciones de faena, protocolos de desinfección en buses de acercamiento y áreas comunes, entre otros. A estas se agregan, controles de temperatura aleatorios, distribución de almuerzos fríos a los trabajadores para facilitar el distanciamiento social y garantizar que el personal no se congregue en los casinos, y reforzamiento de mesones de cobres en los procesos de migración, por la capacidad que tienen estos para disminuir las probabilidades de contagio de enfermedades.

A nivel interno, Nuevo Pudahuel viene disponiendo de medidas para velar por el cuidado de sus trabajadores y garantizar la normalidad del funcionamiento de todos los sectores del aeropuerto. Así, por ejemplo, se ha ofrecido adelantar al personal de la concesionaria del uso del feriado legal y la implementación del trabajo remoto para todo el personal cuya presencia no sea indispensable en el terminal.

“Ninguno de los colaboradores de Nuevo Pudahuel, directos ni contratistas, se ha infectado con el virus COVID-19 hasta el día de hoy, y quienes habían viajado a países donde la infección se ha propagado, han estado en cuarentena preventiva”, destacan desde la concesión. “Nuevo Pudahuel mantiene su compromiso de promover la seguridad de todo el personal, y continuará trabajando con las autoridades para asegurar que los trabajos de la construcción del nuevo terminal internacional puedan continuar avanzando”.

Al respecto, las obras de construcción del terminal 2 como del espigón A continúan de acuerdo a los contratos que rigen a la concesión, aunque con medidas preventivas para reducir la exposición y riesgo de los trabajadores ante eventuales contagios. Nuevo Pudahuel señala que se ha minimizado el impacto en el calendario de la construcción del nuevo terminal internacional que se inaugura en 2021. 

“Estas decisiones han permitido, a diferencia de otros aeropuertos de la región, que las operaciones de carga y de pasajeros, si bien de forma limitada, continúen operando, minimizando el impacto comercial y maximizando la seguridad sanitaria de todos nuestros usuarios y trabajadores”, puntualizan.

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