Por Ricardo J. Delpiano
Foto: Roberto Araya |
De acuerdo con la Dirección de Aeropuertos del MOP, las cancelaciones de vuelos en el aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago pasan de un 5% registrado el 9 de marzo al 83% a fin de mes (31 de marzo). En operaciones aéreas, la cifra porcentual corresponde a 26 operaciones aéreas canceladas, mientras que para fin de mes dicho número llega a 346. Como reflejo de lo anterior, manifiesta una reducción del 51% del promedio de vuelos por semana entre los primeros días de enero y el 30 de marzo, pasando de 164.375 operaciones a 83.941, respectivamente.
Habitualmente, las líneas aéreas mantienen un alto nivel de regularidad y puntualidad en el aeropuerto de Santiago. Según el reporte de la Junta Aeronáutica Civil (JAC), las operaciones aéreas registran en 2019 una regularidad promedio de 99,4%, mientras la puntualidad alcanza al 88,8%. Lo anterior, se reafirma también con el informe de Official Airline Guide (OAG) que coloca al aeropuerto de Santiago como el sexto en puntualidad a nivel mundial en la categoría de 10 a 20 millones de pasajeros por año, además de los logros conseguidos por compañías aéreas como LATAM, por ejemplo.
A fecha de hoy, todas las compañías aéreas que operan en el aeropuerto de Santiago presentan afecciones en sus servicios. Estas se manifiestan con suspensiones temporales de vuelos durante periodos definidos o indefinidos o una reducción de frecuencias. En el caso de las líneas aéreas chilenas, LATAM mantiene vuelos específicos a las capitales regionales y la ciudad de Calama, además de operaciones internacionales en la ruta Santiago – Sao Paulo (GRU), Santiago – Los Ángeles y Santiago – Miami, JetSMART una operación de cinco rutas desde la capital y SKY con una paralización total.
Como reflejo de lo anterior, MOP constata que el principal terminal aéreo de Chile mantiene una inédita cantidad de aeronaves en tierra. Según los datos de la autoridad, son 93 aviones los que permanecen estacionados en distintos sectores del aeropuerto.
Según información proporcionada por JetSMART, la detención de la flota alcanza a siete aviones en el aeropuerto de Santiago. Considerando la paralización total de SKY, esta compañía dispone otros 15 aviones detenidos. El resto se distribuye en LATAM y otros operadores.
La paralización masiva de las flotas en un periodo reducido de tiempo implica afecciones en la infraestructura de los aeropuertos, especialmente cuando estas presentan desafíos en lo que respecta a espacios como pueden ser las posiciones de estacionamiento de aeronaves. Desde hace años, los problemas asociados a la infraestructura aeroportuaria constituyen una de las principales preocupaciones de la industria aérea por el crecimiento asimétrico que exhiben en relación con el tráfico aéreo y aumento del parque de aeronaves, tanto de líneas aéreas como de la aviación privada.
MOP señala que el aeropuerto de Santiago dispone de mayor espacio en el caso de que recrudezca la continencia. Las obras de ampliación de la terminal aérea y las áreas de movimiento favorecen a que el principal recinto aeronáutico de Chile esté en una posición más favorable en ese ámbito en comparación con años anteriores. Como ejemplo, se pueden mencionar las habilitaciones de la plataforma W en el sector occidental del aeropuerto al sur del espigón C, nuevas calles de rodaje, además de otros espacios en lugares concesionados que permiten ubicar a un número adicional de aeronaves. La ampliación y construcción asociada al terminal de pasajeros que lleva a cabo Nuevo Pudahuel es clave en este proceso.
Ante la contingencia, se puede considerar un menor impacto en la infraestructura por la diversificación de las flotas de las tres principales líneas aéreas chilenas en el extranjero. Por ejemplo, JetSMART tiene otros siete aviones en Argentina y SKY seis aparatos en el Lima, además de LATAM que por su diversificación operacional posee bases en distintas ciudades de la región.
La mayor crisis aérea golpeará con fuerza en la región. Las líneas aéreas poseen una liquidez que va de menos de un mes hasta un máximo de siete meses, según el último informe financiero de IATA. Para las firmas chilenas, se estiman pérdidas de ingresos por alrededor US$1.849 millones para 2020, lo que representa una baja de 40% en comparación con 2019. Dichas estimaciones amenazan a 11.474 puestos de trabajos directos, cifra que se eleva a 47.219 si se consideran los empleos que dependen indirectamente del normal funcionamiento del transporte aéreo.
Por ser parte del sistema aeronáutico, la industria aérea considera que para soportar y sobrevivir con éxito a la crisis se requieren la participación de los Gobiernos a través de distintos mecanismos de ayuda. La razón responde a que son estos los que establecen los impuestos, los cargos aeronáuticos, participan en la construcción y gestión de infraestructura, incluso cuando esta es insuficiente o llega en forma tardía para atender la demanda, además de imponer restricciones, entre otras acciones.
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