Por Ricardo J. Delpiano
Foto: Ricardo J. Delpiano |
Se asume que China estaría saliendo del periodo más grave que impone el COVID-19, después de meses de estricto confinamiento de su población. En un intento por recuperar la actividad económica y con ello, una vuelta paulatina a una cierta normalidad, el país celebra la apertura de sus ciudades y la utilización de sus medios de transportes como trenes y líneas aéreas. En marzo, las compañías aéreas incrementaron la oferta en un 42% respecto a la caída mostrada en la crisis y de un 20% en comparación con febrero. La mayoría de los vuelos se concentran en el área oriental del país, especialmente en la zona industrial y financiero.
Impulsado por feriados de mayo, según la Administración de Aviación Civil de China (CAAC) compañías como Air China, China Eastern, China Southern y Hainan Airlines están ofreciendo una capacidad similar a mayo 2019. El escenario representa la mayor señal de recuperación para el sector, al menos en términos de capacidad. Si bien no se puede inferir niveles de ingresos similares al año pasado para las compañías aéreas, la acción debiera impulsar el incremento de la demanda.
Si bien algunos medios muestran esta acción como el inicio de la recuperación del sector aéreo, es necesario establecer algunas precisiones. Factores políticos propios de China, la característica de su mercado y la incertidumbre ante una nueva ola de contagios por COVID-19 con la adecuada capacidad de reacción del sector, son algunas.
A diferencia de otros países, China posee una administración centralizada que establece todas las directrices de funcionamiento del país. Como empresas estatales, las líneas aéreas chinas funcionan de acuerdo a lo que se establece y en ese sentido, es lógico mostrar aumentos de capacidad, especialmente cuando desde el Estado se ofrecen incentivos.
En marzo, el Gobierno chino anuncia la implementación de subsidios a sus aerolíneas que muestren una recuperación de rutas mediante pagos por cantidad de asientos disponibles por kilómetro (ASK). Algunas medidas, consideran apoyos a líneas aéreas internacionales para que recuperen la conectividad hacia distintas ciudades chinas como, por ejemplo, Wuhan.
Air China es la principal compañía del país por estructura, no por ASK. Su organización incluye participación en otras compañías aéreas como Air China Inner Mongolia (80,0%), Beijing Airlines (51,0%), Dalian Airlines (80,0%), Shandong Airlines Group (49,5%), Shandong Airlines (22,8%). Shenzhen Airlines (51%), Tibet Airlines (31,0%), entre otras como incluyendo Cathay Pacific (29,9%). Algunos, grupos aeronáuticos consideran a su vez participaciones en terceras firmas. En una comparación general, un reflejo directo del sistema político-económico del país.
Como segundo factor, es la imagen política que el país quiere dar hacia el exterior. En una constante disputa por tomar protagonismo en el sistema internacional, al Gobierno chino le es conveniente mostrar a su país como un ejemplo de éxito, especialmente ante las situaciones complejas que enfrentan países como Occidente. La cooperación internacional –siempre valorable- también se inserta dentro de esta acción.
Ambos casos mencionados, no están presentes en el resto del mundo. En el resto de los países, no todas las aerolíneas son estatales y aún bajo ese formato, no tienen un accionar similar a las compañías aéreas chinas. Tampoco no todos los Estados buscan un protagonismo global.
Fuera la variable política, el mercado chino es un factor que no está presente en muchos mercados. Por el tamaño de su población, el segmento doméstico de ese país es superior al de muchos países y brindan a sus aerolíneas la posibilidad de lograr una cierta recuperación, aun cuando la capacidad internacional pueda estar afectada. Por estas características, China y otros países asiáticos que estén saliendo de la emergencia sanitaria podrían apelar a la capacidad doméstica para impulsar la recuperación.
Mientras China intenta mostrar un retorno a la normalidad, todavía está presente la incertidumbre que genera una “segunda ola” de contagios de la población por COVID-19 y como los países –y sus economías- enfrentan ese escenario con todas las variables que implica. Si la situación es catastrófica para las líneas aéreas en esta “primera ola”, amenazando su continuidad en el corto plazo, una segunda ola puede ser un “golpe final”, especialmente cuando anuncian reprogramaciones de ASK. Las propias compañías aéreas chinas, pese a los incentivos, consideran una variabilidad en sus itinerarios.
Con China y otros países asiáticos mostrando una salida de la “primera ola” de contagios, se puede extrapolar que aquellos que logran contener la emergencia están comenzando su recuperación con su sector aéreo incluido, aunque con la advertencia de posibles efectos de un segundo periodo de contagios. Sin embargo, las diferencias de confinamiento y de reacción de la población frente a las decisiones gubernamentales en los países influyen en los niveles de recuperación.
Los mercados domésticos serán claves para los meses post crisis emergencia sanitaria. Como China, los países con mayores volúmenes de población con varios polos de desarrollo son los que estarían en una mejor posición. Junto a ello, la recuperación estaría impulsada por tráfico corporativo y viajes por trabajo.
2 comentarios:
Mas datos y cifras proporcionadas por ese país, la verdad nadie les cree ninguna cosa. Esta información es solo de carácter propagandístico.
Que aumente o no la normalidad a las líneas aéreas no depende de cuantas personas vivan dentro de un país, depende cuantas de esas personas pueden pagar un pasaje dentro del país, que es otra cosa.
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