Por Ricardo J. Delpiano
Foto: ALTA |
“ALTA se encuentra en el momento más delicado de la industria en nuestra historia, pero en los 40 años ininterrumpidos de trabajo para la industria siempre ha entregado su misión de abogar por las condiciones que permitan el continuo desarrollo del transporte aéreo en América Latina y el Caribe”, dice Luis Felipe de Oliveira, director ejecutivo y CEO de ALTA.
Fundada un 08 de abril de 1980, la Asociación ha sido testigo de los cambios en el sistema político internacional y en el transporte aéreo, bajo distintos escenarios como han sido las crisis del petróleo, el 11 de septiembre de 2001, la crisis financiera de 2008 y actualmente, la crisis de salud y económica que impone el COVID-19. En ese sentido, su acción destaca como un acompañamiento y respaldo permanente de todos sus socios, complementado en paralelo con una renovación constante según las condiciones que imponen los nuevos tiempos sean estas a nivel global como regional.
“Me enorgullece ver a ALTA en un proceso de renovación constante, con un equipo que se adapta con agilidad a los nuevos desafíos globales y a las necesidades de un mercado que no deja de innovar, que cada vez tiene más oportunidades y, aun así, un mismo objetivo: servir a las poblaciones de manera segura y eficiente, siendo responsable con el medioambiente”, agrega su director. “ALTA ha atravesado distintas etapas a lo largo de estos 40 años, ha atendido distintas prioridades y ha logrado consolidarse como una asociación relevante que aporta valor a un sector tan importante para la economía como lo es la aviación”.
Como toda la industria aérea, ALTA enfrenta su mayor desafío: trasmitir la importancia a los Gobiernos y a la comunidad el valor de la aviación, entendiéndola como una industria vital para el desarrollo económico y social de los países. Frente a la adversidad, es optimista hacia el futuro, aunque para ello demanda la cooperación de todos los actores.
“Como en ocasiones anteriores, prevalecerá la resiliencia de la industria. Estoy convencido de que la industria se repondrá de esta dificultad, continuará su camino de crecimiento y aporte al bienestar económico y social de la región”, destaca de Oliveira. “Cuanto antes debemos garantizar la implementación de medidas urgentes temporales que alivien los costos de la industria y ésta pueda recuperarse con mayor rapidez una vez superada la pandemia. Además, un plan conjunto entre todos los entes de aviación, los Gobiernos, aeropuertos, aerolíneas para definir los puntos clave de la retomada de la industria y la confianza de nuestros viajeros para garantizar que la aviación y el turismo puedan nuevamente impulsar la recuperación económica de América Latina y el Caribe”.
ALTA nace un 08 de abril de 1980 en Bogotá, Colombia, bajo el nombre de Asociación Internacional de Transporte Aéreo Latinoamericano (AITAL). En sus comienzos, sólo la conforman 12 líneas aéreas latinoamericanas: Aerolíneas Argentinas, Aeroméxico, Aeroperú, Avianca, Cruzeiro Do Sul, Varig, Empresa Ecuatoriana de Aviación, LACSA, Líneas Aéreas Paraguayas (LAP), Lloyd Aéreo Boliviano (LAB), Mexicana de Aviación y Viasa.
La fundación de AITAL fue una respuesta a la coyuntura de la industria y a la necesidad de un foro común para analizar y discutir sobre bases de igualdad los problemas que aquejaban al transporte aéreo internacional y, en particular, al transporte aéreo en Latinoamérica. Entre los objetivos destacan la definición de lineamientos destinados a la mejor defensa de los intereses regionales para beneficio mutuo del transporte aéreo de la región y de sus usuarios. Su primer director ejecutivo fue Diego Pardo Tovar y su primer presidente del Comité Ejecutivo fue don Julio Mario Santo Domingo, quien en aquel momento se desempeñaba como presidente de la Junta Directiva de Avianca.
En 2003, alcanza un hito importante con el establecimiento de su casa matriz en Miami, teniendo en cuenta la importancia que esta ciudad tomaba en el contexto internacional y la conectividad que ofrecía a todos los países de Latinoamérica y el Caribe. Los cambios estructurales dados en ese momento en la Asociación la llevan en 2004 a modificar su nombre a Asociación Latinoamericana de Transporte Aéreo (ALTA).
Desde entonces, ALTA abre la oportunidad de asociarse a otras líneas regionales y domésticas, así como a compañías extrarregionales que operan en la región, además de proveedores de diferentes líneas aéreas de negocios. Con la expansión, incluye a las aerolíneas del Caribe y actualiza su nombre como Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo. Desde 2018, su casa matriz funciona en Ciudad de Panamá.
Al finalizar, ALTA destaca el progreso de la aviación latinoamericana y del Caribe con 16 años consecutivos de crecimiento en tráfico de pasajeros, impulsado por la democratización del avión como medio de transporte. “Con las mejoras en conectividad y capilaridad, la aviación cada vez más logra conectar cada rincón de la región, incluso lugares remotos, generando más oportunidades, comercio, turismo y empleos”, señalan. En esa línea, valoran el trabajo permanente entre industria y los Gobiernos, relación que seguirá siendo clave ante las actuales circunstancias para generar beneficios a toda la población.
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