viernes, 4 de octubre de 2019

SITA destaca la existencia de oportunidades para mejorar los aeropuertos en América Latina

Por Ricardo J. Delpiano

SITA kiosko Smarth Pass (RD)
Foto: Ricardo J. Delpiano
Para 2039 se espera que el tráfico aéreo de pasajeros se duplique lo que implica que existirán más aeronaves y personas en los sistemas. Considerando los desafíos en infraestructura y el crecimiento asimétrico entre aeropuertos e industria aérea, especialmente en América Latina (Chile, incluido), la tecnología aparece como la “herramienta salvadora” para evitar situaciones futuras de crisis o los actuales inconvenientes.

Según Barbara Dalibrand, CEO de SITA, los países de América Latina tienen una gran oportunidad para transformarse y dar un gran salto en términos de eficiencia, ahorros de costos y beneficios para los pasajeros. Lo anterior, a pesar de que reconoce que en los últimos años hay avances importantes existen grandes espacios para continuar avanzando, y de esta manera, entregar a los usuarios los ansiados tránsitos rápidos y la publicitada “mejor experiencia”.

A nivel global hay tres condicionantes: aumento de tráfico de pasajeros, la capacidad máxima de los aeropuertos y más amenazas a la seguridad (tanto política como operacional). SITA destaca que existen mecanismos para enfrentar el escenario: equipamiento para mejorar la eficiencia operacional, el uso de la tecnología biométrica y el empoderamiento de los usuarios a través de los aparatos electrónicos.

En lo que respecta a eficiencia operacional, Dalibrand señala que mediante las innovaciones tecnológicas se pueden mejorar en alrededor de 10,0% los procesos de turn around con un monitoreo en los equipos de handling lo que asegura una mayor visibilidad clave para asegurar los indicadores On Time Performance (OTP). En términos generales, un 49,0% de las líneas aéreas poseen un OTP entre 85,0% - 75,0%, y un 39,0% bajo 75,0%. En el caso de los aeropuertos ocurre algo similar: 65,0% tiene un OTP de entre 85,0% - 75,0% y un 24,0% bajo ese porcentaje. “Conseguir eficiencias en los procesos de turn around ayuda a liberar puertas incrementando la capacidad de los aeropuertos y también representan un interés para las aerolíneas que buscan reducir los tiempos para incrementar la eficiencia operacional de la flota”, señala.

El tema biométrico es la gran revolución tecnológica en la industria, fundamental para reducir los “cuellos de botella”. La industria aérea avanza al respecto ya que para 2020 el 75,0% de los teléfonos inteligentes tiene sensores que utilizan la huella, un 65,0% de los aeropuertos disponen de inversiones en algún tipo de identificación biométrica, cerca del 43,0% de las aerolíneas están invirtiendo en esta tecnología y alrededor del 59,0% de los usuarios les gustaría utilizar esta tecnología en sus procesos de viaje.

En conversación, hay un reconocimiento de que no es fácil implementar este tema a nivel global. Una opinión que comparte junto con la industria aérea es la resistencia de las instituciones del Estado en colaborar con información o ceder espacios, especialmente cuando se mantienen concepciones antiguas de que aspectos como la seguridad son de exclusivamente responsabilidad de organismos gubernamentales. Chile no es la excepción, y eso se manifiesta desde aspectos muy simples cuando todavía se recurre a un funcionario de una institución para realizar un control básico que perfectamente la puede desempeñar una máquina o bien un funcionario de aeropuerto.

“Hay una multiplicidad de actores es muy difícil coordinarlos”, dice la máxima directiva de SITA, aunque agrega que “se puede trabajar con soluciones paso a paso”. Por ser un proveedor de soluciones creado por la propia industria aérea, la compañía dispone de distintas herramientas que pueden adaptarse a cada realidad o a las necesidades que se requieren. “SITA está en una excelente posición para unir cada ambiente al interior de un terminal aéreo para satisfacer la industria y a los usuarios”.

Con la masificación de los teléfonos celulares inteligentes, los usuarios están más empoderados y demandan más control de sus actividades. Cada vez más, son más comunes el uso de aplicaciones para viajar reduciendo las dependencias del papel. Las tarjetas de embarque electrónicas son un claro ejemplo. En los aeropuertos, la habilitación de kioscos de auto-facturación y ahora, los de entrega de equipaje también aportan oportunidades para la autoadministración de los viajes. Hace una década, SITA estableció los primeros kioscos de auto check-in en el aeropuerto de Santiago y en los próximos meses, se instalarán los equipos de self bag drop (entrega automatizada de equipaje) en un proyecto que se está trabajando con LATAM como parte de su programa de reducción de costos. Para 2025, se espera que el 68,0% de los pasajeros sean viajeros digitales y esperan manejar sus viajes con su teléfono móvil.

La visión de SITA establece que la combinación de tecnologías biométricas y el uso de dispositivos móviles permiten llegar al ideal de autoservicio que se busca y devolver el control a los pasajeros, sin que esto signifique mermas a temas sensibles como la seguridad. El Smart Path o la “vía inteligente” apunta a una visión colaborativa entre Gobiernos, proveedores de la industria, los aeropuertos y las líneas aéreas.

Al observar un escenario global, la construcción de nuevos aeropuertos representa grandes oportunidades para instalar las nuevas tecnologías. “Estamos trabajando con muchos aeropuertos en el Medio Oriente o en el nuevo aeropuerto de Estambul”, indica la directiva, por mencionar algunos casos. Al ser consultada respecto a los desafíos que tienen los pequeños aeropuertos para modernizar sus equipamientos y mejorar sus experiencias, indica al existir distintas soluciones se puede avanzar gradualmente sin la necesidad de realizar grandes inversiones. “La tecnología es una herramienta que puede ser bien aprovechada aprovechando una misma infraestructura, el caso del aeropuerto McArthur en Long Island es un ejemplo, con un buen y sofisticado sistema de información de vuelos. La tecnología es fundamental para ayudar a reducir los costos e incrementar la economía de los terminales aéreos”, puntualiza. 

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