Por Ricardo J. Delpiano
Foto: Nuevo Pudahuel |
Se trata de la habilitación de una infraestructura ya existente desde la concesión anterior que estaba subutilizada o bien reservada para situaciones de emergencia en lo que se conoce como la “sala familiares”. La infraestructura disponía de casetas de atención para la PDI además de suficiente para atender un número determinado de personas en casos de contingencias.
Para disminuir la presión que existe sobre la actual infraestructura, pensada para 16 millones de pasajeros anuales cuando actualmente transitan alrededor de 23 millones, el Ministerio de Obras Públicas ha dispuesto su utilización al dotarla de tres máquinas de rayos X y el uso de las tres posiciones de control migratorio para Policía de Investigaciones (PDI). La decisión de habilitar este espacio -cambiando su uso original- nace de las decisiones acordadas en las mesas de coordinación que periódicamente sesionan en el aeropuerto.
De esta manera, el terminal de pasajeros tendrá dos salas de embarque: una tradicional ubicada en el tercer nivel, y otra en el segundo nivel (ubicada en el sector central del edificio). “A futuro vamos a incorporar una cuarta, también los portales para poder identificar y detectar los metales y además este sector va a poder absorber toda la demanda de pasajeros que va a la Isla de Pascua”, dicen desde el Ministerio de Obras Públicas.
Lucas Palacios, subsecretario de Obras Públicas, destaca que “es una gran noticia porque actualmente dado las leyes especiales que tiene la isla, todas estas personas están siendo canalizadas a través del embarque internacional y generando ahí algún tipo de complicación y demora”.
Como concesionario que recibe y administra el terminal actual, Nuevo Pudahuel valora la medida porque ayuda a mitigar la congestión que se produce en el terminal durante las horas de mayor flujo. “Es una nueva medida que resulta de la coordinación implementada por el subsecretario Lucas Palacios e inspectores del aeropuerto para acompañar el crecimiento del tráfico que se ilustra este año, que vamos a recibir a más de 23 millones de pasajeros en el aeropuerto”, puntualiza Nicolás Claude.
Se espera que la nueva infraestructura tenga un efecto positivo como medida paliativa, siempre y cuando, exista un apropiado acompañamiento de los organismos públicos al brindar una adecuada atención a los usuarios y evitar vicios como la falta de atención por dotación de personal, entre otros. Si bien las reuniones periódicas han contribuido a mejorar en parte esa realidad, todavía existen oportunidades de mejora que el Estado debe trabajar con los servicios que posee, asuntos que escapan a la realidad estrictamente aeronáutica.
De acuerdo con las cifras entregada por el subsecretario de MOP, el aeropuerto de Santiago espera más de 75 mil pasajeros por día que esperan sean atendidos de mejor manera por medio de la habilitación de este tipo de infraestructura y la habilitación de los nuevos espigones, como el C que desde el miércoles 19 de diciembre se encuentran en pleno funcionamiento aportando hasta 10 nuevos puentes de embarque para aviones de fuselaje angosto (cinco en el caso de fuselaje ancho).
Si bien se trata de una respuesta que llega tarde, la nueva infraestructura permitirá crear nuevos espacios para los usuarios al interior del aeropuerto de Santiago en comparación con lo que actualmente se tiene. A medida que se vayan habilitando los nuevos espigones y hacia fines de 2020, el complejo quede terminado con un nuevo edificio internacional, se espera que la percepción actual del aeropuerto como de los servicios que se ofrecen cambien positivamente, para lo cual la industria exige una mayor y efectiva cooperación intersectorial.
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