Por Ricardo J. Delpiano
Foto: SCT |
La consulta ciudadana nace de la promesa de campaña del ahora Presidente electo Andrés Manuel López Obrador como parte de su promesa de cambio político. Desde su perspectiva, el que iba a ser el futuro aeropuerto de Texcoco es considerado como algo “suntuoso” para una solución que a su juicio se podía materializar con inversiones menores en instalaciones ya construidas. Una opinión a la que toda la industria aérea, representada por los controladores de tráficos aéreo, líneas aéreas, asociaciones gremiales y técnicas de la industria aérea, se opone por las implicancias técnicas y de seguridad comprometidas.
Las opciones eran dos: continuar con la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (NAICM) que se lleva a cabo en Texcoco o mantener el saturado aeropuerto actual de Benito Juárez (AICM) para complementarlo con la habilitación para vuelos comerciales de la base militar de Santa Lucía, que pasaría a tener una utilización mixta (civil-comercial y militar), además de ampliar Toluca.
La acción política utilizada es un claro ejemplo de manipulación política bajo de un disfraz de participación popular, donde la ciudadanía no conoce el problema ni cuenta con los instrumentos básicos necesarios para tomar una decisión tan relevante para el país como es la construcción de un aeropuerto. Por consiguiente, el resultado era altamente esperable, así como la calificación “desastrosa” que recibe el país no sólo de la industria aérea, sino que también de organismos económicos internacionales.
IATA señala que “es extremadamente decepcionante que el Gobierno de México abandone la construcción del NAICM. El impacto de esta mala decisión repercutirá en las cifras de empleos y de crecimiento económico”. En el Foro de Líderes de ALTA, De Juniac indica el país (México) “necesita desesperadamente incrementar la capacidad aeroportuaria, el aeropuerto actual está altamente congestionado y se necesita un nuevo aeropuerto y cancelarlo retrasaría todo de cinco a 10 años”. Afirma que “sería un desastre”.
Similar opinión tiene Luis Felipe de Oliveira, director ejecutivo de ALTA, que según expone a EnElAire, que fue una mala decisión del nuevo Gobierno “no solo por las afectaciones que traerá a la industria aérea, si no también considerables afectaciones económicas para el país”. Desde su perspectiva en representación de la industria, contar con tres aeropuertos (Ciudad de México, Toluca y Santa Lucía), no sería viable porque provocará ineficiencias en servicios para los usuarios, con mayores costos y pérdida de conectividad aérea. “No es una solución viable tener tres aeropuertos, y es una lástima hundir el trabajo de este aeropuerto, que ya esta buen encaminado y perder el desarrollo económico y conectividad que México puede generar”.
Además del tema de ineficiencias en servicios, el tema técnico y de seguridad son las principales causas de rechazo a la habilitación de la base militar de Santa Lucía como nuevo aeropuerto paralelo al de Ciudad de México. Dentro de este punto, está el condicionamiento que impone la orografía del lugar que limita la circulación de aeronaves, así como los procedimientos de llegada y salida desde los aeropuertos de la capital azteca.
Para Bernardo Lisker, director del Centro para el Desarrollo de Sistemas Avanzados para la Aviación de la Corporación Mitre, el plan de Santa Lucía es bueno sólo del lado tierra, pero desde el lado aire representa una amenaza a la seguridad y no se traduce en incrementos de capacidad, que es lo que se busca.
“Técnicamente es un proceso que no es seguro, no es viable contundentemente. Aeronáuticamente no es viable no se puede, además crearía un espacio severamente congestionado”, sostiene, según consigna EnElAire. Lo anterior se explica por la interferencia que ocurriría al tener dos aviones volando, uno del norte y otro del este, los cuales deberán cruzar por un mismo punto con una separación vertical menor a los mil pies, mínimo exigido para la normativa aeronáutica internacional. Por lo anterior, la separación horizontal aumentará de las actuales cuatro millas a ocho por lo que se reduce la capacidad.
Al aspecto técnico, se agrega el impacto comercial que da sustento al negocio mismo de un aeropuerto. Con el tráfico aéreo dividido, líneas aéreas operando en dos o tres aeropuertos, los volúmenes de pasajeros también se distribuirán en distintos terminales reduciendo las posibilidades de negocio del administrador del aeropuerto como de los servicios aeronáuticos y no aeronáuticos comerciales que allí funcionan. Un proceso que tampoco entrega seguridad considerando que el poco interés que terminó siendo la opción de Toluca para algunas líneas aéreas mexicanas que, si bien iniciaron vuelos en ese aeropuerto, finalmente terminaron operando en el AICM, debido al poco interés de los viajeros.
López Obrador está empecinado a implementar su proyecto de cambio político comenzando con la paralización de las obras. Acatando la supuesta “voluntad popular” (contenida en algo más del 1,0% del padrón electoral mexicano) dice que el proyecto del NAICM será suspendido. Pese a asegurar que se respetarán los contratos e interés de los inversionistas del nuevo aeropuerto, no existe claridad en los costos que incurrirá México para compensarlos. Mientras tanto, ya anuncia la construcción de dos pistas adicionales para la base de Santa Lucía y la remodelación del AICM más Toluca.
Por las incertidumbres derivada de la cancelación del NAICM por medio de una elección popular poco representativa, las agencias HR Ratings y Fitch cambiaron a negativa la perspectiva de calificación para México. “La decisión de cancelar la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México envía una señal negativa a los inversionistas”, dice Fitch en un comunicado.
Ante la reacción económica negativa y el aumento del riesgo país, el empresario Carlos Slim, ha escrito al nuevo Presidente que no tenga la obra del NAICM en Texcoco, ofreciendo incluso de que sea terminado mediante inversiones privadas lo que no afectaría la inversión pública. Tanto el empresario como el Mandatario electo podrían reunirse en los próximos para abordar esta alternativa, que por el momento no modifica el panorama.
El ahora paralizado NAICM estaba llamado a ser el mayor aeropuerto de América Latina. Con un proyecto iniciado en 2014 y obras desde este año, consideraba en su primera fase una capacidad para movilizar a 50 millones de pasajeros por año hasta 2028. Inicialmente, tendría tres pistas de despegue de operación simultánea para 410.000 operacionales anuales, además de 95 puentes de embarque y 118 plataformas. Para la segunda etapa, se preveía un aumento de capacidad hasta los 120 millones de pasajeros por año, seis pistas de despegue con tres de operación simultánea para 1.000.000 millón de operaciones anuales y con 210 plataformas, todo en 4.430 hectáreas de terreno reservadas desde el comienzo.
6 comentarios:
Y en pocas horas la gran polemica!.pedahuel será el mejor de la region!.jaja y los demas como suelen decir ustedes solo las sobras.Son nuevos ricos y los felicito .tendran un aeropuerto nuevo pero seguiran con el mar en sus pies.
Construcciones tan relevantes como estas jamás deberían pasar por consulta pública ya que siempre habrá opositores. Una lástima.
Populismo, 100% populismo. Por acá no andamos lejos, recuerden la insistencia de ciertas autoridades por "Torquemada".
PS, al anónimo de las 01:09: dónde.aprendiste.ha.escrivir? Hijito de la déKada k...da me imagino.
Le dan color por la cosa del aeropuerto, toda esa inversión se puede reutilizar en el área social para hacer progresar al pueblo mexicano, la prioridad no puede ser un monstruoso aeropuerto que además ya está dando signos de corrupción por 16 millones de USD, eso no lo mencionan cierto?
Soy mexicano no es populismo. La obra era más chica que el nuevo aeropuerto de Beijing e hiba a costar más. Está llena de corrupción. Solo beneficiaria a los amigos del presidente que está por salir. No tienen idea de lo que es México. Con decirte que entregó su petróleo...
Nota tendenciosa. Les faltó decir que estaba construida sobre un lago y que los mismos constructores admiten que será costosisimo su mantenimiento por que cada año se undira y requerirá estar modificando y mejorando la estructura misma... Por eso los mexicanos no lo queremos...de verdad no tienen ni idea de lo que es México... Nota con tintes políticos e infundada... A reitero soy mexicano
Publicar un comentario