domingo, 11 de marzo de 2018

Aeródromo de Mocopulli no vería ampliación hasta 2019 y líneas aéreas hacen sus observaciones respecto a las obras a realizar

Por Ricardo J. Delpiano

MHC Castro terminal (RD)
Foto: Ricardo J. Delpiano
Si bien se trata de uno de los terminales aéreos más modernos de Chile, el aeródromo de Mocopulli en la isla Grande de Chiloé, es uno de los que presenta un escenario más desafiante en cuanto a infraestructura. Cada vez que el único vuelo comercial de línea aérea aterriza, la cantidad de pasajeros hace saturar la pequeña capacidad de su terminal aéreo, limitando el potencial de crecimiento del propio aeródromo, como de la conectividad y oportunidades de desarrollo de toda la isla.

Por tal motivo, ya en 2014 el Ministerio de Obras Públicas (MOP) a través de su Dirección de Aeropuertos había incluido a Mocopulli en el plan de mejoramiento de aeródromos en un plazo máximo de dos años. Según lo expuesto en esa oportunidad, se planteaba que hacia no más de 2016, el aeródromo que atiende a la isla Chiloé, debería tener una nueva infraestructura que permitiese atender de mejor manera el creciente flujo de pasajeros.

Si bien esa situación está lejos de ser una realidad, ahora las autoridades señalan que recién a más tardar el año 2019 sería el plazo para mejorar la infraestructura del aeródromo a través del mecanismo de licitaciones. “Nosotros acabamos de terminar como Dirección de Aeropuertos, el diseño de arquitectura e ingeniería que va a permitir ampliar este terminal con todas las flexibilidades técnicas que permita el desarrollo de la aviación, que conecte a la isla Grande y por lo tanto, esperamos que si no es a finales de este año o si no el próximo estar licitando la construcción de esta ampliación”, señala Boris Olguín, director de Aeropuertos, según consigna radio Bío-Bío (19/02/2018).

El mejoramiento estaría orientado a mejorar la capacidad de pasajeros del actual edificio con el fin de permitir un incremento de pasajeros. De esta manera, se buscaría cumplir objetivo de mejorar la conectividad de la isla con una infraestructura capaz para atender una mayor cantidad de operaciones.

Por el momento, área de movimiento no presenta mayores desafíos dado que la pista de 2.000 metros de largo x 45 de ancho permite operar vuelos con aviones Airbus A320 o Boeing 737, utilizados por las principales líneas aéreas del país. Sin embargo, una ampliación de la plataforma de estacionamiento o la dotación de un sistema de ILS CAT III si podrían ser temas a solucionar en el corto plazo. El primero para permitir operaciones simultáneas de más de dos aviones y el segundo para asegurar la regularidad de los vuelos aún cuando se registren condiciones meteorológicas adversas, como ocurre en muchas zonas del sur de Chile.

El terminal de pasajeros es el mayor desafío, ya que como se constata, sólo un vuelo comercial de 174 pasajeros genera una saturación del edificio terminal. Si bien es algo específico, la situación afecta la calidad de servicio que recibe el usuario ya sea del propio aeródromo como de la línea aérea, siendo el usuario y la compañía aérea, los únicos afectados.

Actualmente, sólo LATAM opera en Chiloé con una frecuencia máxima de cuatro vuelos por semana los días miércoles, viernes, sábados y domingo. Considerando la capacidad de 174 asientos en sus A320, la compañía puede ofrecer más de 1.392 asientos. Según datos de la Junta Aeronáutica Civil (JAC), en 2017 el aeródromo de Mocopulli registró un movimiento de 67.573 pasajeros lo que representó un aumento de 14,7% en comparación al año 2016, tráfico aportado por LATAM en la ruta Santiago – Castro – Santiago, cuyo vuelo amplía la conectividad y potencia el turismo en ese destino.

Si bien Mocopulli tiene aún tiempos muertos, la ampliación brindaría una mayor flexibilidad a los operadores aéreos para que puedan diseñar sus itinerarios de acuerdo a sus capacidades e intereses comerciales y no limitarlos, dependiendo de las condiciones de la infraestructura. Por ser Chiloé un destino turístico altamente atractivo, la coordinación de los vuelos hacia/desde la isla con el resto de las operaciones resulta fundamental para asegurar viajes convenientes de manera tal de generar valor comercial a la ruta y así, fomentar el turismo y las oportunidades desarrollo económico para la localidad.

LAN A320 en Chiloé (RD)
Foto: Ricardo J. Delpiano
Como único operador a la fecha, en LATAM reciben con beneplácito los dichos de la autoridad destacando que Mocopulli es muy importante para la conectividad de la isla. “Entendemos que el proyecto de ampliación del aeródromo considera la operación con aviones A321 para el dimensionamiento de la infraestructura, capacidad de los procesos y requerimientos de la operación”, comenta Gonzalo Trucco, gerente de Aeropuertos de LATAM Chile.

Para esta compañía entre los temas más urgentes están el mejoramiento del edificio terminal y el aprovisionamiento de combustible, dado que el aeródromo podría ser una alternativa futura a Puerto Montt, siendo esto una “gran utilidad” para la red aeroportuaria nacional, especialmente en invierno. “Creemos que lo principal sería la ampliación de las salas de embarque y recepción, además de agregar más counters para atender a los pasajeros. También es muy importante que se considere la restricción de combustible, lo que mejoraría la operación desde Santiago”.

El tema de capacidad del terminal aéreo es para SKY también una prioridad más allá de la ampliación de la plataforma u otras obras en área movimiento. “En Chiloé, no es necesario diseñar un aeropuerto que tenga capacidad para dos vuelos simultáneo. Lo más correcto sería asegurar un servicio aeroportuario con sus respectivo slot para atender un solo vuelo de manera adecuada. Quizás sea bueno mejorar todo lo relacionado con facilidades para los pasajeros, porque si en el futuro el tamaño de avión promedio que se utilice en Chile va a tener 180 asientos, las zonas de embarque tienen que estar diseñadas al menos para ese flujo”, comenta Holger Paulmann, CEO de SKY.

Desde JetSMART también valoran la iniciativa pero insisten en la oportunidad que existe para optimizar las inversiones para adaptarla a los requerimientos de las compañías de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas en inglés) considerando que parte de importante de las operaciones aéreas en Chile se realizarán con ese modelo de negocios. “Es importante enfocar recursos en la habilitación de aeródromos como el de Chiloé, al igual que otros como Pucón, Concón, Puerto Natales, Los Ángeles o Chillán, que permitirían extender los beneficios de las tarifas bajas a más personas. De esta manera se beneficia el turismo, la economía regional y aumentan las opciones de conectividad”, agrega Estuardo Ortíz, CEO de JetSMART.

Por el momento SKY ni JetSMART operan en Castro, pero no se descarta que con el auge del turismo la llamada “Isla Grande” pueda convertirse en un potencial destino a futuro para estas líneas aéreas. En SKY, por ejemplo así lo creen. “Chiloé se está desarrollando como zona turística y definitivamente vamos a operar ahí en algún momento, pero reitero no significa que se inviertan una gran cantidad de recursos para un aeródromo que apenas recibe algunos vuelos a la semana”, dice su CEO.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No olvidarse además, que Mocopulli está en una zona lluviosa, y no posee manga de embarque. Felicitaciones a quienes aprobaron el proyecto de esa cajita de zapatos como terminal de pasajeros.