Por Ricardo J. Delpiano
La mañana de un 21 de agosto de 1910, la chacra “Valparaíso” –ubicada en la intersección de las avenidas Ramón Cruz e Irarrázaval, en la comuna de Nuñoa- fue testigo del comienzo de la aviación en Chile. Ese día, César Copetta consigue realizar el primer vuelo en un avión en Chile, hecho que inspiró a visionarios y pioneros que se convirtieron en los protagonistas de la aviación en Chile, sentando además, las bases del sistema aeronáutico nacional.
Por su trascendencia, la fecha de la hazaña de Copetta fue seleccionada como el “Día de la Dirección General de Aeronáutica Civil”. Fundada en 1930 como un organismo dedicado a normar y fiscalizar toda la actividad aérea que se desarrollase dentro del espacio aéreo nacional, la DGAC se concibe como parte de fundamental de una concepción única y visionaria del transporte aéreo, labor que a pesar del transcurrir de los años, no se ha visto interrumpido y hoy se proyecta hacia el futuro.
A 83 años de su creación, la DGAC se mantiene como uno de los pilares fundamentales que articula el sistema aeronáutico chileno, controlando y fiscalizando la actividad aérea que se realiza al país. Hoy la Institución destaca por encima de las otras instituciones públicas del país por la calidad y eficiencia de sus servicios y profesionales, como también por la tecnología de vanguardia puesta a disposición de todos los usuarios del sistema aeronáutico.
Por lo anterior, la DGAC es uno de los pocos organismos públicos calificados como inteligentes y predictivos, lo que le ha permitido tener la capacidad para establecer prioridades, fijar metas claras y colaborar intersectorialmente para construir la aerovía por la transita de manera segura el progreso aéreo de Chile.
Gracias al trabajo constante del equipo mancomunado de más de 3.500 profesionales y técnicos que integran la DGAC, Chile goza de un sistema aeronáutico de primer orden, con cielos seguros, libres e inteligentes. Esto ha sido reconocido no sólo por nuestras propias instituciones, sino por un sinnúmero de organizaciones internacionales, llevando a Chile a ocupar los primeros lugares a nivel mundial en lo que ha transporte aéreo y aeronavegabilidad se refiere.
Lo anterior se ha reflejado en la entrega de importantes reconocimientos internacionales, como el “Eagle Award” otorgado en 2007 por la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), por la excelencia en la prestación de servicios de navegación aérea; el reconocimiento por la rápida respuesta en la restauración de servicios de navegación aérea e instalaciones aeronáuticas, realizado por dicho organismo en 2010; y el premio Rolim Amaro, otorgado por la Asociación Latinoamericana y del Caribe del Transporte Aéreo (ALTA), en 2012.
Al cumplir un nuevo aniversario, la DGAC se convierte en un referente regional de modernidad y eficiencia, con aeropuertos y centros de control de primer nivel, innovaciones tecnológicas y nuevas concepciones de gestión, necesarias para una aviación en constante crecimiento.
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