Por Ricardo J. Delpiano
Desde el 14 de junio, Air France se encuentra participando en el proyecto europeo IAGOS que utiliza aviones para monitorear la contaminación atmosférica y medir las variaciones del clima en una escala global. La participación de la aerolínea francesa se enmarca dentro de las políticas asumidas y como un deseo voluntario de crear conciencia sobre el impacto en la atmósfera del transporte aéreo.
El proyecto IAGOS utiliza aviones en servicio para crear un sistema global de observación del cambio climático. Los aviones llevan instrumentos certificados por la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA, por sus siglas en inglés) y miden el nivel de gases de efectos invernadero y partículas contaminantes en las nubes. Air France ya había participado en proyectos similares en 1994 y 2004 a través del programa MOZAIC dedicado a la medición del ozono, monóxido de carbono y vapor de agua a gran altitud.
Air France ha equipado un A340-300 para monitorear la atmósfera en rutas hacia África Occidental y el Caribe. Foto: Air France
Los datos obtenidos son transferidos en forma automática al Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) utilizando sólo un teléfono móvil integrado al sistema. Una vez procesados, la información queda a disposición de investigadores y estudiosos del clima y centros de investigación alrededor del mundo, con el fin de estudiar los ciclos de carbono y así, controlar las emisiones de CO2 conforme al Protocolo de Kyoto. Los datos también son de gran utilidad para la calibración de satélites.
Para llevar a cabo esta misión, Air France ha equipado un Airbus A340-300 con los equipos necesarios y que operará en rutas desde París a destinos en África Occidental y el Caribe, áreas en las cuales no están cubiertas por las otras aerolíneas que participan en IAGOS. Los aviones transportan pasajeros además de los equipos de medición, por lo que la participación de la aerolínea en este tipo de proyectos no representa un costo adicional para la empresa.
Para la recolección de datos, se instala una placa especial equipada con sondas similares a los tubos Pitot en la sección delantera del fuselaje cerca de la nariz del avión. La placa también incorpora una sonda dedicada exclusivamente a la medición de partículas en las nubes.
Los aviones de pasajeros de largo alcance son considerados adecuados para este tipo de investigaciones ya que recorren una larga distancia a altitud de crucero a diferencia de lo que sucede con las mediciones tradicionales que ocupan satélites o globos sondas. Aprovechando las operaciones regulares de una compañía aérea, las aerolíneas pueden contribuir en una recolección recurrente y diversa de los datos que servirán para las investigaciones futuras.
La participación en IAGOS representa para Air France una oportunidad para contribuir de manera proactiva con los objetivos fijados por la comunidad internacional mundial y la industria de la aviación para alcanzar un crecimiento neutro de las emisiones de CO2 al 2020.
Como parte de su política de crecimiento sustentable, Air France colabora también en el programa en la investigación de biocombustibles, además de insertar el concepto de sostenibilidad en todos sus productos y servicios, a través del reciclaje del 80% de los artículos utilizados durante el servicio a bordo.
Como muestra de los logros alcanzados en esta materia, Air France-KLM recibió en 2012 y por cuarto año consecutivo, la distinción de líder en desarrollo sustentable en el rubro transporte aéreo y el primer lugar en el sector “transportes y ocio”, según el Índice Sustentable de Dow Jones.
Alemania, Francia y el Reino Unido, además de la Organización Meteorológica Mundial, participan actualmente en IAGOS, mientras que otros Estados de la Unión Europea han expresado su interés en sumarse al IAGOS Research Infraestructure.
Entre las aerolíneas que participan en este programa están Air France, Air Namibia, British Airways, Cathay Pacific, China Airlines, Iberia y Lufthansa. Austrian Airlines colaboró con el proyecto MOZAIC entre 1995 y 2006 hasta el retiro del A340 de su flota. Otras compañías que han expresado su interés en participar son Philippines Airlines, South African Airways y Qantas.
El problema del cambio climático representa en la actualidad el desafío ambiental más importante que afecta la humanidad, debido a sus implicancias para la estabilidad política y la economía global. La necesidad de crear predicciones fiables respecto a los escenarios que presentará el clima en el futuro posee una gran importancia para establecer las adecuadas medidas de mitigación.
La participación de las líneas aéreas en este tipo de iniciativas, demuestra una vez más el compromiso del sector por avanzar hacia un desarrollo sustentable. No en vano, la aviación comercial ha sido la primera industria en establecer una voluntad en este aspecto con plazos y metas definidas.
La cooperación entre IAGOS y las aerolíneas se ha intensificado desde 2010 tras la erupción del volcán islandés y el posterior cierre del espacio aéreo europeo, con el objetivo de diseñar estrategias para medir el polvo atmosférico, incluyendo las cenizas volcánicas. Las mediciones son consideradas de utilidad para evitar pérdidas económicas y sociales en el futuro.
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