A pesar
de haber implementado un nuevo modelo de negocios –quizás el más coherente que
ha tenido, permitiéndole crecer y renovarse- la uruguaya Pluna enfrenta por
estos días una crisis de proporciones tras el descubrimiento de presuntas
irregularidades, mal manejo por parte de sus administradores (Grupo Leadgate) y
la aparición de deudas millonarias que ponen en duda las utilidades que la
aerolínea mostraba hasta hace algunos meses. Todo esto acompañado de un tinte
político, marcado por la participación que el Estado uruguayo posee en la
aerolínea (25%).
El
miércoles, un senador del Partido Nacional (opositor al actual gobierno),
denunció que la aerolínea estaba siendo vaciada por parte de la gestión
privada, que significaría que Pluna tendría pérdidas por US$ 70 millones,
además de deudas por US$ 300 millones con bancos extranjeros asociado con la
compra de los 13 Bombardier CRJ900NG que opera actualmente, la empresa de
petróleos ANCAP, el Banco República y tres fideicomisos.
La
respuesta no tardó en llegar desde la propia Pluna, quien indicó que los
inversionistas privados (entre ellos la canadiense Jazz -Air Canada-) habrían colocado US$ 30 millones, mientras que el
Estado (Pluna Ente) sólo US$ 5 millones. Como consecuencia del incremento de la
actividad, Pluna habría aportado al Estado US$ 50 millones por concepto de
tasas, impuestos y otros.
Pluna enfrenta por estas días una fuerte crisis con denuncias de irregularidades, deudas millonarias y una posible reducción de operaciones. Foto: S.Blaise-Vortexx
Ese
mismo día la situación alcanzó un punto crítico cuando ANCAP cortó el
suministro de combustible a la aerolínea, tras el incumplimiento de un pago por
US$ 1 millón que la aerolínea debió realizar, según se indicó en el diario El
País de Uruguay. Pluna logró solucionar el problema, pese a mantener una deuda
por US$ 5 millones por este concepto y a tener un ultimátum de la petrolera
estatal para pagar las provisiones de jet fuel semanal, cuyo gasto asciende a $
500.000 según el diario uruguayo.
A esto
se debe agregar la salida de varios funcionarios de la empresa, quienes han
presentado su renuncia desde marzo pasado, incluido el propio gerente general
de la empresa Jorge Lepra, agravando más la situación.
Sin
embargo, los hechos de las últimas horas han echado por el suelo la defensa que
ha hecho la administración de Pluna, pues en Uruguay se realizan negociaciones
entre el Ejecutivo y los inversionistas privados para establecer un plan de
salida inmediato. Este incluiría una capitalización por US$ 30 millones para
atender las obligaciones inmediatas, una estructura de 900 trabajadores, la
eliminación de varias rutas y la reducción de flota o en su defecto poner parte
de ella en arriendo a terceros con el fin de obtener ingresos adicionales. También
se habla la posibilidad de acortar la ruta del puente aéreo Montevideo-Buenos
Aires Aeroparque para obtener un ahorro del consumo de combustible de 30% y el
sobre costo del precio del petróleo de 40%, mientras que al otro lado del Río
de la Plata, Aerolíneas Argentinas goza de beneficios por este concepto. La
compañía ya ha reducido algunas frecuencias, como la ruta a Campinas y es
posible que se corten nuevas rutas.
En esa
línea, la situación de los vuelos dentro de Chile se encontraría amenazada.
Según informó Pluna a través del diario El Mercurio, la ruta Santiago-Concepción-Santiago
se definiría este mes, pudiendo ser una de las candidatas a ser suspendida con la
difícil situación que la empresa enfrenta. Por el mismo motivo, ya se descarta una
operación de Pluna hacia Antofagasta y Calama tal como estaba anunciado para este
año, lo que abre una nueva oportunidad para operadores nacionales como Sky
Airline y PAL Airlines, las cuales no contarán con un nuevo actor en dos de las
rutas más rentables del país. Bajo el mismo escenario, no debiera descartarse
también la posibilidad de que la uruguaya reduzca sus operaciones en el tramo
Montevideo-Santiago, en la medida que se defina el futuro de la flota.
Como
toda crisis, la situación de Pluna es consecuencia de una cadena de sucesos,
motivados en este caso, por la presencia de un conflicto político público-privado
en la aerolínea y por un supuesto mal manejo de la empresa por parte de sus
administradores, tal como se denuncia desde Uruguay. Esto habría provocado que
la explotación misma del modelo con el cual Leadgate reposicionó a Pluna no
habría sido explotado como corresponde, en contraste con otras aerolíneas que
han sabido beneficiarse de los incrementos del tráfico dentro de la región y de la mejor situación de sus
economías.
Considerando
el fuerte rol que todavía el Estado uruguayo ejerce sobre Pluna, es temprano para
referirse a que esta crisis constituya un posible anticipo del fin de esta
emblemática aerolínea latinoamericana, pero puede ser la puerta para que la
parte pública pueda recuperar dentro de la empresa, ya sea a través de una
mayor participación o en dineros aportados. Independiente de lo anterior y de
la gestión que se realice en la compañía, uno de los aspectos que Pluna deberá atender
es el rol que la aerolínea tendrá en el nuevo contexto del mercado aéreo
latinoamericano.
3 comentarios:
Creo que esta es lejos la peor aerolinea latinoamericana, en cuanto a mi experiencia, en servicio, puntualidad etc.-
Decir la peor es bastante.
Primero vuela en Aerolíneas Argentinas, Conviasa, PAL, etc.
Una pena, si bien el cobro del equipaje y la comida a bordo era extraño y a veces más caro que un pasaje en otras aerolíneas, de repente tenían buenas ofertas y proporcionaron una alternativa en los vuelos a MVD y conexiones, sobre todo Brasil.
Una excelente idea y bien implementada y funcional, pero al parecer, mal administrada
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