Cubriendo el vuelo 5L105 entre Santa Cruz
(Viru Viru) y La Paz, a las 22:00 hora del miércoles 16 de mayo aterrizaba en
el aeropuerto El Alto de la capital boliviana el Boeing 737-300 CP-2691,
oficialmente el último vuelo de AeroSur. Si bien se espera que la aerolínea pueda
realizar algunos vuelos esta semana, dicha operación constituyó el fin de la
emblemática aerolínea privada de Bolivia, la más grande del último tiempo tras
la quiebra del Lloyd Aéreo Boliviano (LAB).
Lo anterior no es más que el fin de una
muerte anunciada de una compañía que a pesar de haber alcanzado un lugar
importante en la aviación boliviana, se dejó estar en sus compromisos
contractuales adeudando cifras millonarias en impuestos dejados de pagar al
Estado (SIN) y otras obligaciones.
Según cita el diario La Razón (31/03/212), al
31 de marzo de 2012 la aerolínea mantenía deudas por Bs 2.038 millones (US$293
millones), de los cuales Bs.1338 millones correspondían a dineros que no se
pagaron al Servicio de Impuestos de Bolivia (SIN) y otros Bs. 700 millones en
deudas con acreedores. El monto total incluiría también los retrasos en los
pagos por el arriendo de aviones y el pago de los salarios a los trabajadores.
A esto se debe agregar otros Bs 2.200 millones en deudas tributarias por
multas, actualizaciones y sanciones que la empresa vino acumulando en los
últimos años.
Agobiada por sus deudas, AeroSur no resistió más y el pasado 16 de mayo efectuó su último vuelo. En la foto, uno de sus aviones emblema: el "Sharko", un Boeing 767-200ER. Foto: Sandro Koster/ Jetphotos.net
Si bien el problema de AeroSur surge como consecuencia de una combinación de factores administrativos internos y conflictos políticos entre Humberto Roca (su fundador, hoy en el auto exilio) y el gobierno de Evo Morales, la crisis de la aerolínea estalló el 15 de febrero pasado cuando el SIN instruyó a la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) el embargo, retención y remisión de pagos de la compañía por una deuda de Bs.108,7 millones desde 2004.
Con los fondos retenidos, AeroSur no pudo seguir afrontando más gastos y se vio en la obligación de devolver poco a poco sus aviones y reestructurar significativamente sus operaciones, llegando al mínimo de servicios domésticos (reducción del 89%) y la cancelación de casi todas sus rutas internacionales. Las cancelaciones y reprogramaciones de vuelos generó molestias en los pasajes y supuso una carga más en la pesada mochila de la aerolínea, que incluyó un embargo de cuentas en Argentina (Salta).
Con los fondos retenidos, AeroSur no pudo seguir afrontando más gastos y se vio en la obligación de devolver poco a poco sus aviones y reestructurar significativamente sus operaciones, llegando al mínimo de servicios domésticos (reducción del 89%) y la cancelación de casi todas sus rutas internacionales. Las cancelaciones y reprogramaciones de vuelos generó molestias en los pasajes y supuso una carga más en la pesada mochila de la aerolínea, que incluyó un embargo de cuentas en Argentina (Salta).
Producto de lo anterior y ante la imposibilidad de responder por los vuelos programados, la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT) aprobó una resolución que impidió a la línea aérea realizar venta anticipada de boletos, esto con el fin de asegurar que la empresa pudiese vender sólo en aquellos vuelos que realmente pudiese operar, agravando más su situación y falta de ingresos.
Con
el fin de buscar una solución, durante abril la actual administración había
planteado pagar sus deudas con el Estado, a cambio de solicitar una rebaja en
los impuestos sobre las utilidades y presentar un plan de rescate. AeroSur
aseguró que necesitaba al menos US$ 15 millones en inversión para sacar a flote
la compañía, además de tener “posibles interesados” en adquirir la empresa.
De
los posibles inversionistas, sólo emergió la figura de William Petty, un empresario minero de Estados
Unidos, con algunas inversiones en Bolivia y cercano a Evo Morales (según una
entrevista que el mismo concedió al diario El Deber). Sin embargo, más que el
convencimiento mostrado, su interés no pasó ser más que eso, ya que no logró demostrar
la solvencia económica para hacerse cargo de las deudas de AeroSur que en mayo
alcanzaban los Bs.3.500 millones.
Con
la caída de Petty como inversionista, fracasaron los intentos por establecer un
plan de salvataje de la empresa, aunque en la práctica no hubo ninguno sólido
que permitiese salir a la aerolínea de la virtual bancarrota en la que se
encuentra. Sin ello, la ATT revocó este viernes los permisos de operación de
AeroSur, con lo cual la empresa ya no cuenta la habilitación legal para operar.
De
los aviones que posee, un Boeing 737-200Adv se encuentra en Porto Alegre para
ser devuelto a su propietario, otro B737-300 está en ese país en check C aunque
su situación es incierta. Otros cuatro aviones B737-300 y B737-400s están fuera
de vuelo en Bolivia, así como también lo está el B767-200ER “Sharko” en Opa Locka, Miami. El B747-400 “Súper
Torísimo” ya fue devuelto a Virgin Atlantic. En sus últimas semanas, AeroSur
estaba por incorporar un B767-200ER y B747-400 (este ex Aerolíneas Argentinas)
para retomar los vuelos de largo alcance, pero la inviabilidad económica ha
hecho que estos aviones permanezcan estacionados en Viru Viru hasta nuevo
aviso.
Tras la retención de fondos AeroSur no pudo seguir manteniendo el leasing de sus aviones. Foto: Edgar Claude / Wikipedia
Para
la directiva de la boliviana, parte de la difícil situación de la aerolínea radica en el mal manejo y millonario desfalco
que Humberto Roca habría realizado en AeroSur antes su exilio por US$ 37,2
millones, según denunció el presidente de la aerolínea Sergio Sanzetenea,
indicando que desde 2010 se habrían detectado “irregularidades” en las cuentas.
Sin embargo, Roca se defiende y culpa al manejo de la actual directiva y a la
persecución que él y su aerolínea han sido objeto por parte del gobierno de Evo
Morales, el cual busca estatizar todas las rutas aéreas del país.
Según
la entrevista que el mismo Roca dio desde Miami a IBCE – la cual fue muy
criticada por la gente de Aerosur por el “lavado de manos” que el ejecutivo
hace respecto a la situación-, Evo Morales ha realizado una persecución a AeroSur
como parte de su lucha ideológica entre el rol del Estado y la participación
privada, asociada a su proyecto político. Según indica Roca en la entrevista,
el no pago de impuestos se debe a que éstos son inflados como parte de otras irregularidades
que existirían además de denunciar una vinculación entre funcionarios del
gobierno de Morales y la actual gestión de AeroSur.
Antes
de su exilio, Humberto Roca encabezó una férrea oposición contra la creación de
BoA Boliviana de Aviación, brazo con el cual el gobierno de Morales intentó
estatizar el servicio aéreo del país, quitándole mercado a aerolíneas privadas
(directamente a AeroSur) con tarifas promocionales y una política constante de
descuento, entre otras cosas, que habrían favorecido al rápido crecimiento de
la aerolínea que hoy posee casi la totalidad del mercado aéreo boliviano y
rutas internacionales a Buenos Aires y Sao Paulo, las mismas que AeroSur
operaba.
Humberto Roca, mantuvo una férrea oposición al rol del gobierno de Evo Morales en la aviación tras la creación de BoA Boliviana de Aviación. Foto: D. Madariaga
Sin
embargo, para el abogado y columnista del diario Los Tiempos, Marcelo González
Yaksic, el drama de AeroSur va más allá del conflicto político y se debe a sus
propios directivos, quiénes al igual como sucedió en el LAB no pueden hacer
frente a los malos manejos y a las deudas millonarias acumuladas, repitiendo la
historia aeronáutica boliviana. Según se desprende en su columna, para González
la falta de viabilidad para la empresa está en que sus directivos no reconocen
que AeroSur está quebrada, mientras que los trabajadores insisten con mantener
una empresa con muerte financiera.
Independiente
de quién tenga la razón, el fin de AeroSur es la repetición de la clásica historia que a
estado presente en la aviación latinoamericana, con proyectos que ambiciosos
sin un sustento sólido más que obtener beneficios a corto plazo. En el medio
trabajadores y familias que quedan en la incertidumbre, en un país marcado por
un escenario que tampoco entrega garantías suficientes para la generación de
otras alternativas o planes de inversión, al menos desde el ámbito privado.
Famosa
por sus estrategias de marketing innvodoras y por sus aviones pintados con distintos
animales- entre ellos un sonriente tiburón- AeroSur fue creada en 1992 como una
aerolínea enteramente dedicada a ofrecer vuelos domésticos en Bolivia con carácter “regional”. Con el tiempo avanzó hasta consolidarse como un operador aéreo que
supo constituirse como la alternativa al Lloyd Aéreo Boliviano (LAB). La quiebra del LAB en 2007, le permitió a
AeroSur crecer y obtener ingresos en forma rápida, convirtiéndose en la
aerolínea boliviana por excelencia, con vuelos internacionales a Argentina,
Brasil, Paraguay y Perú, sumándose posteriormente Estados Unidos y España. A
pesar de la operación histórica del LAB en Chile, AeroSur nunca consideró
vuelos a nuestro país por considerar que la demanda estaba cubierta por los
actuales operadores (LAN y Sky Airline).
La aparición de BoA supuso un importante
desafío, pues más que un competidor directo, representó un conflicto permanente
con el gobierno de Morales, al menos hasta el auto exilio de Roca a Florida. Este
hecho agravó la enemistad con un gobierno de por sí adverso a la gestión
privada y fue jugando en contra de la propia aerolínea, cuyos directivos
tampoco supieron hacer frente a los problemas internos y como a sus
obligaciones.
Pese a lo anterior, AeroSur destacó por haber
movilizado a más de 9 millones de pasajeros e innovar en temas de desarrollo
social, calidad de servicio, además estrategias de publicidad, creatividad.
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