Etihad Airways prepara su salto hacia Sudamérica

Por Ricardo J. Delpiano

Emirates, Qatar Airways y Etihad Airways son algunas de las compañías de mayor relevancia en el Medio Oriente. Sin embargo gracias a su fuerte crecimiento, capacidad de innovación y como parte esencial de una política de sus respectivos Estados, son todo un referente a nivel mundial, no sólo por el excelente servicio que ofrecen a sus pasajeros y clientes, sino por el rol que actualmente están desempeñando en el transporte aéreo mundial, actuando hoy como verdaderas aerolíneas globales, un concepto que no se veía desde años cuando la norteamericana Pan Am surcaba los cielos.

Tras nueve años de crecimiento, Etihad se prepara para aterrizar en Sudamérica a partir de 2013. Foto: Etihad Airways

Fundada en noviembre de 2003 como compañía nacional de los Emiratos Árabes Unidos, Etihad Airways nació con el objetivo de convertirse en un nuevo referente en la aviación comercial mundial. Aprovechando la posición estratégica de Abu Dhabi, la aerolínea se estableció como compañía nacional de los Emiratos Árabes Unidos, aprovechando la condición política de la ciudad que la vio nacer y como un intento quizás de proyectar a este emirato más allá, sin tener que verse opacado en parte por el desarrollo de su vecina Dubai.

A un ritmo mucho más lento que sus competidoras (Emirates y Qatar Airways) y manteniendo siempre una filosofía de que nada es imposible, Etihad Airways ha ido incrementando su presencia a nivel global a lo largo de estos años, sirviendo en la actualidad más de 84 destinos de pasajeros y carga en el Medio Oriente, Europa, África, Asia, Oceanía y Norteamérica. Su filosofía y excelencia en el servicio a bordo, superior según algunos al de sus vecinas, le ha permitido ganar diversos premios, siendo elegida “aerolínea líder” en los World Travel Awards en 2009, 2010 y 2011. Estos logros han sido fruto de un trabajo dedicado, que llevaron en su tiempo a que sus ejecutivos declararan que no “prefieren ser la aerolínea con más aviones, pero si con la mejor en servicio”, en directa alusión a su competidora.

Nacida en medio de una década turbulenta marcada por la presencia de las nuevas amenazas al sistema internacional (y aeronáutico), Etihad Airways se dio un plazo bastante extenso de más de cinco años para alcanzar la rentabilidad, la cual recién logró obtenerla en 2011 cuando reportó beneficios por US$ 14 millones. El año pasado y tras más de ocho años de inversiones en distintos rubros, que llevaron incluso a adquirir participaciones importantes en Air Berlin (30%) y Air Seychelles (40%), logró superar el punto de equilibrio, entregándole un escenario favorable para 2012, año que se ha iniciado con una incertidumbre por la situación económica mundial (especialmente por Europa).

Para este año y a pesar de la incertidumbre en el escenario Etihad planea seguir consolidando su presencia a nivel global, esperando que este crecimiento se vea reflejado en los beneficios, independiente del aumento del precio del petróleo. Su actual CEO, James Hogan, ha declarado incluso que esperan superar las financieras alcanzas el año pasado.

En lo que a operaciones se refiere, la aerolínea incrementará sus frecuencias a Bangkok, Basra (Iraq), Cairo, Damman, Kuwait, Londres (Heathrow), Kuala Lumpur, Washington DC, entre otras ciudades en la medida que vaya incorporando los tres Airbus A320 y cuatro Boeing 777-300ER previstos para este año. Con una flota de más de 70 aviones para fines de 2012, de los cuales 47 serían de largo alcance (16 A330-200, 6 A330-300, 4 A340-500, 7 A340-600 y 14 B777-300ER), Etihad dispondrá las herramientas necesarias para continuar su plan de expansión global, permitiéndole abrir su primer destino en Sudamérica a partir del próximo año, según ha declarado Hogan.

Independiente de que la compañía no se ha apresurado a anunciar cual será la primera ruta hacia la región, su llegada a Sudamérica significará el tercer aterrizaje de las aerolíneas del Golfo Pérsico luego del aterrizaje de Emirates y Qatar Airways en Brasil y Argentina como los primeros países. Esto permitiría continuar incrementando el número de conexiones desde esta zona del planeta a regiones que hasta hace algunos años parecían inalcanzables y que hoy son cada día más accesible, como consecuencia del auge económico que estas partes del globo están viviendo.

En este nuevo paso, no debiera descartarse el rol que Air Berlin pudiese desempeñar para Etihad, creando una fórmula alternativa para esta compañía en el caso de que decidiese no entrar en una competencia más directa con Emirates o Qatar, opción que también pudiese darse en forma complementaria en algunos destinos a donde la alemana ya opera.

Cualquiera sea el mecanismo, lo cierto es que con la llegada de Etihad, está más que claro que la presencia de este tipo de aerolíneas globales en América Latina es un hecho y al igual como sucede en otras regiones –como Oceanía- obligará a los operadores que atienden este mercado a buscar fórmulas alternativas para mantenerse en competencia.